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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

21% o el riesgo alto de desertizar Andalucía

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No tienen la culpa (obviamente) el PP ni Juanma Moreno de gobernar una de las zonas del sur de Europa más afectadas por la cruda realidad del cambio climático. Sí tienen su justa proporción de responsabilidad en la resistencia a asumir que la lucha por el clima debe ser una prioridad absoluta de cualquier gobierno mínimamente riguroso y sensible con los intereses de la ciudadanía.

Hoy toca analizar la gestión que desde 2018 ha encabezado Moreno en lo respectivo a medio ambiente (ver aquí), y el dato que destacamos provoca fiebre: el 21% del territorio andaluz corre un riesgo alto de desertificación, según los registros oficiales españoles y europeos. Y no se debe sólo al cambio climático, sino también a la conversión de cultivos de secano en regadío sin ningún control. Algo muy coherente con los programas ideológicos neoliberales. Lo prioritario es el corto plazo, el negocio o la rentabilidad inmediata. Importa menos que la consecuencia sea a medio plazo permitir o facilitar la transformación de un vergel en un desierto. Falta agua en Andalucía, y va a faltar mucha más en muy poco tiempo.

Moreno y su partido no han colocado como objetivo prioritario evitar ese altísimo y documentado riesgo. Pero, lo que es peor, están dispuestos a gobernar (y esa es la posibilidad más firme que contemplan las encuestas) de la mano de Vox, un partido directamente negacionista del cambio climático (y de tantas cosas más) que en su programa sobre medio ambiente lo único que contempla como objetivo básico es defender la caza y los toros, y (además) “poner freno” a lo que considera “ecologismo radical” (ver aquí). Con amigos o socios así, no hace falta oposición.

Hacerse selfies con vacas garantiza clicks y likes. Lo que no garantiza es el agua que precisan ganadería y agricultura. El cambio climático es una certeza científica y una amenaza económica y social. Despreciarlo o ignorarlo es una irresponsabilidad de gobernantes y votantes.

(Mañana analizaremos los números sobre Educación. Aquí puedes leer las entregas anteriores).

No tienen la culpa (obviamente) el PP ni Juanma Moreno de gobernar una de las zonas del sur de Europa más afectadas por la cruda realidad del cambio climático. Sí tienen su justa proporción de responsabilidad en la resistencia a asumir que la lucha por el clima debe ser una prioridad absoluta de cualquier gobierno mínimamente riguroso y sensible con los intereses de la ciudadanía.

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