Sra. ministra:
No le robaré mucho tiempo. Qué palabra "tiempo"... Hace ya casi 14 años del accidente del Yak-42 en el que perdieron la vida 62 militares españoles tras finalizar una misión internacional en Afganistán. Me pregunto en el momento de escribir estas letras cómo hubiera gestionado usted esta crisis: ¿Habría intentado localizar inmediatamente a las familias? ¿Habría ordenado que se informara puntualmente a los medios de comunicación con total transparencia y nitidez? ¿Habría pedido a los forenses de toda España voluntarios para identificar con total rigurosidad a los fallecidos? ¿Habría priorizado estas tareas a cualquier funeral de Estado?... ¿Habría pedido responsabilidades después de una investigación previa?
Finalmente, en una declaración pública, ¿habría pedido como ministra, madre, esposa, hermana y amiga perdón... perdón por tanto dolor?
Yo creo que aún está a tiempo. Sólo necesita dos gestos, nada políticos, sólo acordes a su condición de ministra y representante del Gobierno de todos los españoles:
1. Exigir la dimisión del actual embajador de España en Londres y ex ministro de Defensa, Federico Trillo.
2. Recibirnos y darnos un abrazo.... Un abrazo a los 62, a sus familias, a España... Por tanta irresponsabilidad política, por tanta negligencia, por tanta mentira.... Por tanto dolor, ministra.
El Consejo de Estado con su informe demoledor en el que dice explícitamente que se actuó con negligencia en la contratación del Yak-42 viene a mostrar un camino fundamental: unanimidad, sin distinción política, en un asunto gravísimo como el accidente del Yak-42.
En nombre de los 62 hagan una nueva política donde el interés de partido deje el sitio que nos corresponde a los ciudadanos. Se puede, se debe... Es parte del mandato de los españoles tras las últimas elecciones: una nueva transición democrática con un solo propósito, con un único fin, el bien de España.
Atentamente,
Los periodistas de TVE denuncian el tratamiento de la noticia sobre la responsabilidad de Trillo en la tragedia
Curra Ripollés
Hermana del comandante Ripollés
(Le echo de menos cada día de mi vida).
Sra. ministra: