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El vestido de Pedroche frente al salto al vacío de Broncano

Menudo lío. Hablar –perdón, escribir– del fin de año televisivo es, sobre todo –para qué nos vamos a engañar–, referirse a la transmisión de las campanadas en las diversas cadenas. Pero, otra vez –no nos vamos a engañar–, con todo el respeto al resto de televisiones que quisieron acompañar a su clientela en el tránsito de año, el duelo se centraba de nuevo entre TVE y Antena 3. O lo que viene a ser lo mismo, entre el atuendo de Cristina Pedroche, con Alberto Chicote al lado, y el salto al vacío de la cadena pública con el estreno de la pareja David Broncano-Lalachus.

La cadena privada encaminó su apuesta, por noveno año consecutivo, hacia ese minuto previo a la bajada del carillón en el que salta la sorpresa del atuendo de su estrella principal. Sí, esa es la única sorpresa. El resto, mensajes positivos de sus principales presentadores y de marcas comerciales que se apuntan a la cita.

¿Habrá conseguido vencer TVE a Antena 3 en la noche más importante del año televisivo? Por ahora que quede constancia de que la hasta hace poco convencional televisión pública se atreve a competir con imaginación y ausencia de complejos

Claro, si hablamos de sorpresas todo lo de TVE lo era. Desde el principio, con Broncano encaramado al tejado de su balcón, hasta el breve saludo al resto de televisiones, con una fijación especial en su principal –única– competidora. Un disparate, dirán unos; una genialidad, afirmarán otros. Lo cierto es que la pareja elegida no usó subterfugios: hicieron en las campanadas lo que hacen de lunes a jueves en La Revuelta: humor, improvisación –al menos aparente–, desparpajo y osadía. Un cóctel con el que el programa ha revolucionado las audiencias en sus casi cuatro meses de vida. ¿Lo habrán conseguido en la noche más importante del año televisivo? La respuesta la sabremos el jueves. Mientras, quede constancia de que la hasta hace poco convencional televisión pública se atreve a competir con imaginación y ausencia de complejos. 

Junto a Las campanadas, TVE sí se copió a sí misma al ser, un año más, el único grupo televisivo que despliega durante estas fiestas una auténtica programación especial. Verdad es que en las primeras horas del año reunió, como la mayoría, un carrusel de actuaciones musicales enlatadas, sin más distinción que los respectivos presentadores, pero, desde el sorteo de la tradicional lotería de Navidad, hasta la cabalgata de Reyes, salpica la programación con espacios realizados específicamente para estas fechas. Ejemplos en este mismo día 31 han vuelto a ser el programa de José Mota o ese Cachitos, alternativa por selección de contenidos y rótulos imaginativos al resto de espacios de madrugada.

En este punto, hay que destacar, una vez más, el Resumen del Año dirigido por Carlos del Amor con realización de Antonio Casado. El periodista no se ha conformado con las buenas críticas de las emisiones de años anteriores, protagonizadas por un actor incostestable en solitario, sino que ha vuelto a poner la imaginación en marcha para simular un casting presidido por Pedro Almódovar, como máximo responsable de elegir entre grandes intérpretes, y la deportista Carolina Marín. Cada uno de los intervinientes ha escogido un asunto relevante del panorama informativo de 2024 para desgranar su actuación y llevar a Almodóvar a concluir que todos eran imprescindibles. Concluir, no. Aún faltaba un cierre con el coro de la Unió Musical y la Banda Primitiva de Paiporta, que interpretó el éxito de Nino Bravo Un beso y una flor para elevar aún más la emoción que Carlos del Amor –todo creatividad y sensibilidad– había logrado transmitir a los espectadores.      

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