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El espíritu de Xirivella y la épica de la militancia

Odon Elorza

Nació con fuerza el sábado en esa localidad valenciana en la que Pedro Sánchez reapareció tras su dimisión como líder del PSOE y su renuncia al escaño de diputado. El acto fue diferente a lo tradicional porque, dentro de su sencillez, estaba envuelto de la magia que acompaña a la política cuando proyecta esperanza, ilusión colectiva, complicidad y reconocimiento de la polifonía que hay en el PSOE. También el clima de pasión que se respiraba hizo crecer el sentimiento de orgullo socialista y la confianza en un Pedro Sánchez que —con sus errores y miedos— es considerado como víctima de un complot.

El espíritu de Xirivella simboliza toda una reivindicación democrática y se apoya en tres consideraciones políticas de calado. Significa devolver la voz a la militancia del PSOE como un ejercicio de democracia interna que pasa por convocar sin demora interesada un Congreso con primarias, condición necesaria para recomponer la unidad de un partido que es y debe seguir siendo plural. A partir de ahí llegará la recuperación de la credibilidad si con un liderazgo incluyente y compartido salen reforzadas las señas de identidad de un partido socialdemócrata transformador.

El espíritu se ha ido gestando día a día, sobre todo desde el Comité Federal del 1 de octubre. Muchos y lamentables enfrentamientos y deslealtades acaecidos a lo largo de 2016, tras otro nefasto Comité Federal que impuso líneas rojas al diálogo celebrado el 28D de 2015, contribuyeron a proyectar la imagen de un PSOE roto que ya venía soportando los cantos en favor de una gran coalición y —a posterior— de una abstención que, finalmente, se plasmó con la investidura gratuita de Rajoy.

Estos hechos fueron alimentando un sentimiento reivindicativo y de enfado en las bases que quieren participar y ser consultadas. Una militancia que no padece ningún virus de podemización ni necesita que nadie tutele su capacidad de decisión.

No se debería alegar que ahora toca analizar las causas de las derrotas electorales antes de convocar las primarias. Hay trampa y suena a excusa para enfriar los apoyos a Sánchez y poder administrar los tiempos a conveniencia. En realidad, ese análisis, que incluya las declaraciones desleales y sus efectos, se puede abordar en un Comité Federal y no requiere de una conferencia. Además, unas primarias conllevan un debate en profundidad en torno a las propuestas que haga cada candidat@ sobre el modelo de partido, modelo territorial para un Estado plurinacional, política de alianzas y propuestas frente a la crisis así como los retos a superar por una nueva socialdemocracia en un mundo globalizado, tecnológico, cada vez más desigual por culpa del neoliberalismo y que ve amenazada su democracia por los populismos.

El peligro de permanecer sin liderazgo ni Ejecutiva Federal planeaba en Xirivella porque la situación supone dar una ventaja insuperable a un Rajoy que puede disolver el Parlamento cuando le convenga y pillar al PSOE enfrascado en debates sobre los resultados electorales. A no ser que exista un pacto no conocido que garantice (?) la duración mínima de la legislatura.

La unidad del PSOE no se puede imponer ni ser materia de disciplina sino que parte de la aceptación del pluralismo del partido, de la ética en los comportamientos y de las lealtades básicas. Debemos buscar la unidad de norte a sur, sin exclusiones ni más descalificaciones a compañer@s socialistas por pensar diferente. Nadie sobra en el Partido Socialista porque nuestros adversarios no son otros socialistas sino la derecha que ha provocado tantos sufrimientos a la ciudadanía y es responsable de la corrupción.

Los argumentos, la mesura y el respeto han de ir de la mano para ganar a quienes se mostraron, durante un año, contrarios a intentar construir un gobierno alternativo a Rajoy. El PSOE de Xirivella quiere reforzar un proyecto político colectivo que sea autónomo frente a las presiones del PP y de los poderes económicos, un proyecto de izquierdas que constituya una alternativa al PP, no que se presente como mera alternancia al PP. Y consciente de que la batalla interna parece  desigual, a la vista de la actitud de muchos medios y de la pesada maquinaria que maneja Ferraz, será necesario tirar de épica y promover, gracias a la movilización de la militancia, debates en las Casas del Pueblo.

En su primera intervención, Pedro Sánchez pidió perdón por los errores cometidos e insistió en la importancia de cumplir con la palabra dada al electorado, añadiendo que solo si somos capaces de unir al PSOE podremos ganar a la derecha y unir a la izquierda. Palabras muy aplaudidas por los presentes que gritaron repetidamente: “No es no”. El movimiento por la reconstrucción democrática del PSOE ha iniciado su marcha, con fuerza, para que nadie caiga en la resignación.

  -------------------------------------------Odon Elorza es diputado Socialista por Gipuzkoa

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