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25N: Juntas somos más fuertes

Paloma López Bermejo y Lidia Fernández Montes

Este lunes 25 de noviembre la violencia contra las mujeres requiere de una respuesta unitaria: tenemos que llenar las calles todas juntas.

Sin embargo, un año más, volvemos a encontrarnos con una doble convocatoria por parte de diferentes espacios, difícil de comprender por las víctimas y supervivientes de la violencia machista. Es fundamental recordar que la prioridad son ellas y que debemos combatir y erradicar la violación de los derechos humanos más extendida del mundo. Juntas, somos más fuertes.

No olvidemos que, en lo que va de año, el número de mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas en nuestro país ha sido de 40, tres de ellas en la Comunidad de Madrid. Diez menores han sido asesinadas y asesinados por violencia vicaria, y las denuncias por agresiones sexuales con penetración en nuestra región se han incrementado más de un 15% si se compara con el mismo periodo del año anterior, 2023.

La unidad del movimiento feminista consiguió, hace décadas, romper con la absoluta invisibilidad y naturalización de una violencia contra las mujeres que, hasta ese momento, estaba amparada bajo un sistema que garantizaba y perpetuaba esa desigualdad, dejando impunes las agresiones.

El patriarcado se ha servido de mitos, estereotipos y creencias que han impedido que esta injusticia se abordase con la profundidad que merece

Recordemos también que, a lo largo de nuestra historia, el patriarcado se ha servido de mitos, estereotipos y creencias que han impedido que esta injusticia se abordase con la profundidad que merece, y a ello ha contribuido el desinterés y la desidia de muchos gobiernos, el de la Comunidad de Madrid entre ellos.

La extrema derecha ha puesto al feminismo y el desmantelamiento de los derechos de las mujeres en el centro de la diana. De hecho, el próximo mes de diciembre se celebrará en el Senado un encuentro mundial, la sexta cumbre transatlántica de la Red Política de Valores que, entre otras cuestiones, tratará de asesinato, la cultura de la muerte o la interrupción del embarazo. Avanzan con un discurso obsesivo sobre el matrimonio tradicional, la familia tradicional, los roles de género tradicionales y, sobre todo, la negación de la violencia machista y el ejercicio de poder masculino sobre el cuerpo de las mujeres.

Un negacionismo vinculado a determinados sectores de la iglesia católica y a la nostalgia del franquismo, hablando de violencia intrafamiliar, usando el lenguaje como un elemento performativo de la realidad.

Por eso es necesario recordar que no se ha alcanzado la igualdad y que el feminismo solo se pasa de rosca para quienes ven en riesgo sus “privilegios”, mantenidos a lo largo de siglos de discriminación contra las mujeres.

El tiempo que se avecina requiere resistencia, y solo se resiste con organización y unidad y será esa unidad la que nos permita no solo resistir, sino avanzar en derechos.

Por eso, el 25N es el tiempo de la unidad. No hay ningún elemento lo suficientemente importante para no salir juntas a las calles. Tenemos 364 días para debatir sobre cualquier cuestión, pero el 25N es el día de la unidad, de decir que estamos HARTAS, hartas de que nos maten por ser mujeres. Y ese grito, HARTAS, ha de ser nuestro #MeToo, que nos unió hace ya una década y donde todas las mujeres nos sentimos reconocidas. Y ese día especialmente, por favor compañeras, unidad. Por todas. Por nosotras.

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Paloma López Bermejo y Lidia Fernández Montes, secretaria general y secretaria de las mujeres de CCOO de Madrid.

Este lunes 25 de noviembre la violencia contra las mujeres requiere de una respuesta unitaria: tenemos que llenar las calles todas juntas.

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