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Un mal silencioso y silenciado: el abuso y maltrato hacia las personas mayores

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Ana María Aguilar Manjón

Es relativamente reciente que el trato inadecuado y el maltrato hacia las personas mayores ocupe el espacio no sólo profesional sino social y mediático. Este último, cuando se produce un hecho contra la seguridad y/o la integridad física o psíquica de las mismas.

Es en el último cuarto del siglo pasado cuando comienza a abordarse el tema. La primera referencia internacional data del año 1989 con la Declaración de Hong Kong sobre el Maltrato de Ancianos adoptada por la 41ª Asamblea de la Asociación Médica Mundial (AMM) en septiembre de ese año y revisada en su redacción en la 126ª Sesión del Consejo Jerusalén, Israel, mayo 1990 y la 170ª Sesión del Consejo Divonne-les-Bains, Francia, mayo 2005. Reafirmada por la 200ª Sesión del Consejo de la AMM, Oslo, Noruega, abril 2015.

En nuestro país, se celebrará seis años más tarde (1995) la Primera Conferencia Nacional de Consenso sobre el Anciano Maltratado que concluirá con la Declaración de Almería sobre el anciano maltratado. Y el IMSERSO publicará en el 2005 una Guía de actuación ante los malos tratos a personas mayores y participará en el año 2007 realizando la aportación española a los avances internacionales en la adaptación lingüística y cultural de un instrumento de detección de sospecha de maltrato hacia personas mayores.

En Madrid, hemos tenido que esperar hasta el año 2017 (28 de junio) para que el Ayuntamiento de la capital aprobara una declaración institucional: “… alzar una única voz de denuncia ante una realidad que queremos combatir, un asunto importante y pendiente para que, a través de esa sensibilización, Administraciones Públicas, entidades privadas, la ciudadanía a título individual o como sociedad en general, actuemos y tomemos medidas que garanticen un adecuado trato a las personas mayores y un respeto de la dignidad que todo ser humano merece; a través de la progresiva desaparición de toda forma de abuso y maltrato en la vejez” , comprometiéndose a desarrollar un Protocolo de Prevención, Detección y Abordaje del Maltrato a las Personas Mayores en las instituciones municipales que se dedican a la atención a las mismas. Será en el año 2018 cuando vea la luz la Guía contra el maltrato a las personas mayores que cumple, en parte, con el compromiso adquirido al incluir un Protocolo de actuación.

Mucho más reciente es la publicación realizada sobre Buen trato a las personas mayores por parte de la Dirección de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, que data de febrero de 2021.

Desde el punto de vista sociosanitario, todas y cada una de las acciones que se pueden encuadrar como conductas de micromaltrato o maltrato tienen como consecuencia el sufrimiento de una persona mayor

Hasta entonces y posteriormente, pese a ello, hemos conocido de casos desgraciados en los que personas mayores eran víctimas de malos tratos. Y sí, hay que decir víctimas porque, aunque los malos tratos pueden presentar grados diferentes y en algunos podemos hablar de perjudicados desde la perspectiva penal, desde el punto de vista sociosanitario todas y cada una de las acciones que se pueden encuadrar como conductas de micromaltrato o maltrato tienen como consecuencia el sufrimiento de una persona mayor, configurándose como víctima de dicha conducta al sufrirla y especialmente, cuando los casos saltan a los medios de comunicación, ya hablamos de malos tratos graves o muy graves y en dichas situaciones, las personas mayores pasan a ser víctimas desde la perspectiva penal.

En los espacios profesionales se tiene conciencia de que se está frente a un problema de gran magnitud (Declaración de Toronto, OMS, 2002) y se comienza a hablar de que hemos de enfrentarnos a un problema de Salud Pública, el del abuso y mal trato a las personas mayores, y que es imprescindible una actuación que supere la elaboración de guías y protocolos, que son necesarios, pero no suficientes.

El problema se presenta fundamentalmente en sociedades desarrolladas debido al envejecimiento de la población, la mayor esperanza de vida, el incremento de situaciones de dependencia y sobre todo por el mayor y mejor reconocimiento de los derechos de las personas mayores, pero no podemos olvidar los cambios sociales, culturales, los estereotipos negativos sobre el envejecimiento, los cuales fomentan la discriminación por la edad (edadismo). Los expertos pronostican un aumento considerable de tales situaciones, ya la OMS en 2017 afirmaba en un comunicado de prensa del Departamento de Envejecimiento y Ciclo de Vida que “El maltrato a las personas de edad está en aumento, causando graves consecuencias personales y sociales para los más de 141 millones de ancianos del mundo. A pesar de su frecuencia y de sus graves consecuencias para la salud, los malos tratos a las personas mayores continúan siendo una de las formas de violencia menos estudiadas en las encuestas de salud y una de las menos incluidas en los planes nacionales de prevención”.

Su abordaje ha contado con una gran dificultad añadida, los criterios y perspectivas diferentes bajo las que se realizan las investigaciones en las diferentes regiones del planeta y que estaba relacionada fundamentalmente con la falta de una definición universal. Los trabajos han avanzado hasta consensuar dichos criterios. Así, un buen resumen del alcance del problema a nivel mundial lo podemos encontrar en la publicación de la OMS, “Maltrato de las personas mayores”, de 4 de octubre de 2021, en el que a modo de resumen indica que:

  • En el último año, aproximadamente 1 de cada 6 personas mayores de 60 años sufrieron algún tipo de abuso en entornos comunitarios.
  • Las tasas de maltrato a personas mayores son altas en instituciones como residencias de ancianos y centros de atención de larga duración: 2 de cada 3 trabajadores de estas instituciones indican haber infligido malos tratos en el último año.

Los datos que arroja el resumen son escalofriantes. En España, se estima que el 6% de la población de personas mayores sufre malos tratos, si bien se sospecha que puede ser mayor por la falta de denuncia, pero no se cuenta con mecanismos estables que faciliten los datos necesarios, ni se promueven las investigaciones al efecto. El último Informe sobre Las personas mayores en España editado por el IMSERSO en 2018 no recoge ningún dato en este sentido. Tampoco aparece visible en la Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención en el Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad en ninguna de las áreas posibles dentro de la Prevención: Envejecimiento saludable o Prevención de la Violencia.

La detección de casos de malos tratos a personas mayores presenta adicionalmente dos dificultades: la falta de denuncia y la falta de conciencia, tanto por parte de la persona mayor como por parte de la persona que realiza las conductas de maltrato o negligencia, e influye el contexto en el que se produzca. Se cuenta con menos datos del maltrato en instituciones.

Este miércoles 15 de junio se conmemora el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez declarado por las NNUU. Es necesario que la estrategia de prevención visibilice el problema

Los casos más alarmantes en este último periodo de pandemia los tenemos muy presentes: las personas mayores que sufrieron el abandono en los centros residenciales en los picos más agudos de la pandemia de covid-19 que aún vivimos. Pero no sólo, también en sus domicilios. Y para quienes, en su memoria, pedimos una justa aclaración y asunción de las responsabilidades por parte de quienes de manera irresponsable emitieron unos protocolos de actuación, conocidos como Protocolos de vergüenza, que impidieron una atención adecuada.

Aún hoy continuamos asistiendo a noticias sobre familiares de personas mayores que viven en centros residenciales que denuncian la atención inadecuada por parte de los centros a residentes.

Y no han faltado las noticias de malos tratos dados por parte de trabajadoras a residentes, aunque en estos casos resulte más difícil su conocimiento por el hermetismo con el que los centros operan.

Pero también nos encontramos con otras noticias que se producen en domicilios que, aun siendo puntuales afortunadamente, nos hacen ver que no somos conocedoras del alcance real del problema.

En Madrid, en el momento en que se aprobó el Protocolo, venía funcionando una unidad especial de la policía municipal, la UAPMMM (Unidad de Apoyo y Protección Mujer, Menor y Mayor) que en el año 2016 incorpora el área de Mayores y que trabaja en colaboración con los Servicios Sociales Municipales en la medida que existe la sospecha de trato inadecuado o maltrato. Se trata de prevenir. Pero siendo una buena medida, es insuficiente.

El pasado día 31 de mayo, se aprobó en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid el documento de Acuerdos para el Nuevo Sistema Público de Servicios Sociales, y no siendo el tema que nos ocupa exclusivo de dicho área, hemos de alegrarnos porque se contempla como una de las medidas a implantar, la creación de los Equipos de Coordinación de Mayores Vulnerables (ECMAV) que estarán compuestos por Atención Social Primaria (ASP) y Atención Social Especializada (ASE), esperemos que los protocolos que se desarrollen contemplen de manera transversal las actuaciones.

También se encuentra en el final del proceso la modificación de la Ordenanza reguladora del servicio de ayuda a domicilio para personas mayores y personas con discapacidad y de los servicios de centros de día, residencias y apartamentos para personas mayores y del centro municipal de Atención Integral Neurocognitiva Doctor Salgado Alba del Ayuntamiento de Madrid. Su importancia es crucial. Se trata de la norma reguladora de acceso a los principales servicios de atención a las personas mayores. Garantizar y facilitar su acceso y adecuada atención también favorece el Buen Trato institucional que debe dispensarse. Esperemos que el resultado suponga un avance en la mejora de estos.

La prevención tiene que contemplar aspectos como la sensibilización y la concienciación, además de la investigación para poder conocer el alcance del fenómeno que se pretende prevenir. No en vano, son las medidas (a modo de Respuesta) que la OMS mantiene en marcha para colaborar con los diferentes países.

Este miércoles 15 de junio se conmemora el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez declarado por las NNUU. Es necesario que la estrategia de prevención visibilice el problema. Que la ciudadanía madrileña conozca que la “Ciudad Amigable” que dice ser Madrid, contempla la erradicación y prevención de los malos tratos a personas mayores. Que se den a conocer los diferentes tipos de conductas que son considerados “micromaltrato” o trato malo, así como aquellas que constituyen un “Buen trato”.

Porque hablar de las personas mayores como si no estuvieran, amenazar con abandonarlas, no respetar su autonomía o su intimidad, ignorarlas, infantilizarlas o utilizar lenguaje imperativo también son susceptibles de considerarlas micromaltrato.

Y por supuesto, que se le dé la importancia necesaria poniendo a disposición los medios para conocer su alcance a través de la investigación.

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Ana María Aguilar Manjón es secretaria de mayores del PSOE de Madrid Ciudad.

Es relativamente reciente que el trato inadecuado y el maltrato hacia las personas mayores ocupe el espacio no sólo profesional sino social y mediático. Este último, cuando se produce un hecho contra la seguridad y/o la integridad física o psíquica de las mismas.

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