Niños, niñas, adolescentes y salud mental
En La vieja compañera (2021), mi paisano el periodista Anxo Lugilde desgrana sus años de lucha contra la depresión. Es, dicho con sus palabras, “un mal invisible, que provoca un sufrimiento insoportable, una depresión del alma con vocación asesina que siempre vuelve”.
La crisis sanitaria provocada por la covid-19 ha tenido un gran impacto en la salud de los grupos más vulnerables. La pandemia arrojó luz sobre algo que estaba oculto, destapó la discriminación y el estigma que conllevan los problemas de salud mental. Nos enfrentamos a una mayor incidencia de la depresión, de la ansiedad y del trastorno de estrés postraumático. La pandemia ha puesto de manifiesto un aumento de trastornos mentales y de conducta en niños, niñas y adolescentes. Son estas etapas de la vida en las que se establecen los cimientos necesarios para el desarrollo físico, social y emocional; también para la salud y la enfermedad.
En estos problemas se entrecruzan elementos que abordan el enfoque social –como el género o la clase social– en el conjunto de los determinantes de salud y afectan en mayor medida a las personas más frágiles, pudiendo llegar a quebrarla. Los socialistas trabajamos para que el código postal no influya en las expectativas de vida de nuestras niñas, niños y adolescentes.
El Gobierno de España está comprometido con la salud mental. Tiene una carta de navegación en lo relativo a la infancia y adolescencia, que permite afrontar y llevar a cabo acciones en esta materia. Siguiendo esta hoja de ruta se produjo la aprobación, en agosto de 2021, de la creación de la especialidad de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia, que va a preparar a los profesionales sanitarios para responder a las necesidades específicas de este grupo de edad, en cuanto a la prevención y atención.
Unos meses después, en diciembre de 2021, tras casi 12 años sin actualizarse, salió adelante, por consenso, en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y con el apoyo de las sociedades científicas, un programa que incluye una línea de acción específica dirigida a mejorar la salud mental de niños y adolescentes: la Estrategia de Salud Mental (2021-2026).
La posibilidad de ser escuchado puede marcar la diferencia. Por eso se construyen acciones destinadas a salvar vidas
El Plan de Acción en Salud Mental y covid-19 2022-2024, que el propio presidente del Gobierno Pedro Sánchez presentó en octubre de 2021, contará para su abordaje con una financiación de 100 millones de euros, de los cuales 30 millones son para 2022; complementan y activan las medidas contempladas en la Estrategia.
La posibilidad de ser escuchado puede marcar la diferencia. Por eso se construyen acciones destinadas a salvar vidas. El Gobierno de España está trabajando en la puesta en marcha de una medida dirigida a todos, también a los más jóvenes: el servicio telefónico 024. Es una línea de atención confidencial y gratuita, disponible las 24 horas, los 365 días del año, para personas con conducta suicida y sus familiares. El último informe sobre salud mental en la infancia y adolescencia de Save the Children (febrero 2022) alerta de que un 3% de niños y adolescentes tuvieron pensamientos suicidas en 2021. Sitúa a la conducta suicida como la primera causa de muerte entre los más jóvenes, una tragedia con un gran impacto emocional, social y económico en el entorno de las personas fallecidas. Causa un desgarro tan doloroso que puede llegar a cronificarse. Hay margen para evitarlo.
Como ha dicho la ministra de Sanidad, Carolina Darias, hay acción, compromiso y determinación del Gobierno de España en el abordaje de los problemas de salud mental de la población infantil y adolescente. Porque hay que dar respuesta a quienes tienen problemas de salud mental.