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Reindustrializar sí o sí

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Pedro Luis Hojas Cancho

Nos enfrentamos a un nuevo reto histórico, quizás el más importante para el futuro económico de España, y por ello exigimos que nuestra clase política, que el Gobierno, esté a la altura de este nuevo escenario final. Ha llegado el momento de elegir entre reconstruir e industrializar el país o quedarnos de brazos cruzados, mientras nuestros políticos están a lo suyo, a sus intereses partidistas, y dejan que sean otros quienes tomen la iniciativa y releguen a España al último escalón industrial de la era pospandemia.

Aunque la actual situación industrial viene de lejos, la pandemia ha incidido aún más en la hemorragia industrial que viene sufriendo la economía española por la ausencia de un modelo de política industrial y la ceguera de los partidos políticos, centrados más en sus guerras partidistas que en las necesidades industriales del país, lo que ha facilitado la destrucción de cientos de miles de empleos de calidad.

La crisis de las mascarillas y ahora la de las vacunas nos han demostrado que necesitamos una acción política coordinada que dirija los esfuerzos de todos a potenciar tanto nuestra industria básica como la más especializada. Necesitamos robots y técnicos especializados, pero también trabajadores y trabajadoras agrarios y/o de la industria manufacturera. Dejar a otros países la producción de mascarillas ocasionó un enorme problema de desabastecimiento que a algunos les ha hecho darse de bruces con la realidad de los intereses geopolíticos y la necesidad de apostar por una industria propia diversificada y circular, que asegure la fabricación de productos esenciales de calidad para el consumo nacional y apueste por los sectores estratégicos.

Por eso desde UGT FICA llevamos años reclamando una política industrial de Estado que sea producto del consenso de políticos y agentes sociales, ajenos a los vaivenes políticos que se repiten con cada cambio de gobierno. No es razonable cambiar las leyes de juego por motivos partidistas o ideológicos, como ocurre, por ejemplo, con la educación. Tampoco es razonable que cada Gobierno de Comunidad Autónoma actúe por su cuenta. Es necesario tener muy clara la política industrial que necesita el país y para ello es fundamental que alcancemos un Pacto de Estado por la Industria entre todos los agentes económicos, políticos y sociales. Negociar, ceder y acordar. Nadie tiene el patrimonio de la razón ni nadie debe quedar fuera de la negociación, pero tampoco es razonable dejar la política industrial española al albur de los políticos de turno, de los mercados o la “buena voluntad” de los fondos de inversión.

Tenemos recientes los casos de Alcoa, Siemens Gamesa, Nissan o Bosch, por citar solo unos ejemplos cercanos, en donde los intereses empresariales y de las multinacionales han primado sobre los intereses del conjunto del país. No podemos consentir este desequilibrio. Tenemos que proteger nuestra industria estratégica como hacen el resto de países de nuestro entorno, porque mientras en España discutimos sobre si la industria sí o si la industria tal vez, el resto del mundo toma medidas, inyecta ayudas a sus sectores y rescata empresas en dificultades.

Paralelamente, asistimos a la inminente llegada de los fondos europeos de reconstrucción, cuya asignación va a ser fundamental para sentar las bases del modelo de país que pretendemos construir de cara a las próximas décadas. En ambos debates, nuestra Federación está participando muy activamente, apostando por un cambio de modelo productivo que dote a nuestra economía de mayor solidez y asegure el futuro de nuestra industria.

Pero en la reconstrucción de nuestra economía que se está planteando, no puede dejarse atrás a una de las partes de la ecuación. Me refiero a la parte social, a los trabajadores y trabajadoras de este país que siempre están cuando se les necesita. Las bases de la reindustrialización deben cimentarse también en la recuperación y potenciación de los derechos laborales de todos los trabajadores y trabajadoras de este país, derogando la reforma laboral. Desde UGT FICA vamos a vigilar para que nadie quede atrás. Estamos a favor de reconstruir y de reindustrializar, pero el esfuerzo debe ser común y debe contar con todos los eslabones de la cadena.

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Es mucho lo que está en el tablero de juego y esta vez no podemos fallar. Confiamos en la capacidad de nuestro país para salir adelante, pero hace falta que todos empujemos en la misma dirección para dar ese pequeño tirón que nos lance hacia adelante. Exigimos a nuestra clase política que aparque la dialéctica de la bronca, que deje a un lado sus intereses partidistas, que se pongan en “modo” de pensar en el interés común de la ciudadanía, para que la reconstrucción y reindustrialización de nuestro país sea, por fin, un hecho y no un discurso “manido” que al final quede en un eslogan sugerente.

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Pedro Luis Hojas Cancho es Secretario general de UGT FICA

Nos enfrentamos a un nuevo reto histórico, quizás el más importante para el futuro económico de España, y por ello exigimos que nuestra clase política, que el Gobierno, esté a la altura de este nuevo escenario final. Ha llegado el momento de elegir entre reconstruir e industrializar el país o quedarnos de brazos cruzados, mientras nuestros políticos están a lo suyo, a sus intereses partidistas, y dejan que sean otros quienes tomen la iniciativa y releguen a España al último escalón industrial de la era pospandemia.

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