El río Tajo necesita un caudal ecológico suficiente

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Alejandro Sánchez

Existe en España una especie de sentimiento atávico de que todo el agua dulce que corre por los ríos debe utilizarse para uso humano, particularmente para regar, y que la que llega al mar se "desperdicia". Esto, desde el punto de vista ecológico es, por supuesto, una barbaridad, ya que estos aportes fluviales son fundamentales para los ecosistemas marinos, por ejemplo para el mantenimiento de los bancos pesqueros, de los deltas e incluso de las playas de las que vive media España. Y además los ríos, incluso los mediterráneos, deben llevar el agua suficiente para que los hábitats y las poblaciones vinculadas a esos cauces fluviales puedan sobrevivir. Pero aunque no tenga fundamento científico ninguno, no deja de ser una creencia profundamente arraigada en amplias capas de la sociedad y que aflora de sequía en sequía, azuzada convenientemente en vísperas electorales por determinados grupos político-mediáticos.

Ahora le ha tocado la china a Teresa Ribera de ser la diana de las iras de los agricultores y políticos de las comunidades levantinas por tener la osadía de defender un caudal ecológico para el río Tajo que cumpla con las exigencias de las leyes españolas y europeas, como ha reiterado el Tribunal Supremo. Lo que más llama la atención de este episodio es que sea el presidente socialista de la Generalitat, Ximo Puig, el que se haya puesto a la cabeza de la manifestación.

El río Tajo a su paso por Aranjuez se encuentra gravemente enfermo y la pérdida de valor medioambiental, turístico, etnográfico y económico de la vega de Aranjuez es manifiesta

Sin embargo, hay que recordar que el trasvase Tajo-Segura solo puede trasvasar agua cuando existe un excedente en los embalses de cabecera, y que el cálculo del mismo debe contar con un caudal ecológico mínimo que garantice la supervivencia de la cuenca. El Ministerio ha propuesto que este caudal sea de 7 metros cúbicos por segundo al pasar por Aranjuez a partir de este año 2023, llegando a 8,65 m3/s en 2027. Sin embargo, desde Verdes Equo y Más Madrid reclamamos que esta cifra llegue a los 14 m3/s en consonancia con lo que reclaman las plataformas de defensa del río Tajo y las organizaciones ecologistas. Todo el lío viene por pasar de los 6 m3/s de caudal mínimo actual (que no es para nada ecológico) a los 7, que están lejísimos de esos 14 que reivindicamos desde Aranjuez, no digamos ya en Toledo o Talavera.

Lo peor de todo es que tanto Ximo Puig como el presidente de Murcia o el resto de políticos que han venido a protestar a Madrid por esta decisión, entienden que todo lo que pase de esos 6 m3 les pertenece y se debe trasvasar. Es el mundo al revés. En lugar de establecer científicamente cuáles son las necesidades ecológicas del Tajo para su supervivencia y a partir de ahí establecer las cantidades que se podrían trasvasar, se pretende arramblar con todo el supuesto "sobrante" a partir de una cifra decidida "políticamente". Y todo ello sin tener en absoluto en consideración la emergencia climática que estamos viviendo y que está año tras año disminuyendo la disponibilidad de agua dulce y haciendo que los periodos de sequía sean más frecuentes y más prolongados.

La consecuencia de esta manera de entender la política hidrológica ha sido un río moribundo, cuyo cauce y riberas se mueren por falta de caudal. El río Tajo a su paso por Aranjuez se encuentra gravemente enfermo y la pérdida de valor medioambiental, turístico, etnográfico y económico de la vega de Aranjuez es manifiesta. Una vega que además está supuestamente protegida por distintas directivas europeas por sus valores ambientales y por la Unesco como Paisaje Patrimonio de la Humanidad, porque aunque la Comunidad de Madrid ni está ni se la espera en este debate, el río Tajo también es un río madrileño.

Así pues, desde estas líneas le pedimos a la ministra Ribera la firmeza y valentía de la que carece la Comunidad de Madrid, para defender un caudal ecológico suficiente para el Tajo en Aranjuez en consonancia con sus valores naturales y culturales, y que pasa seguramente por bastante más de esos 8,65 m3 que proponen para 2027.

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Alejandro Sánchez, diputado de Más Madrid – Verdes EQUO en la Asamblea de Madrid.

Existe en España una especie de sentimiento atávico de que todo el agua dulce que corre por los ríos debe utilizarse para uso humano, particularmente para regar, y que la que llega al mar se "desperdicia". Esto, desde el punto de vista ecológico es, por supuesto, una barbaridad, ya que estos aportes fluviales son fundamentales para los ecosistemas marinos, por ejemplo para el mantenimiento de los bancos pesqueros, de los deltas e incluso de las playas de las que vive media España. Y además los ríos, incluso los mediterráneos, deben llevar el agua suficiente para que los hábitats y las poblaciones vinculadas a esos cauces fluviales puedan sobrevivir. Pero aunque no tenga fundamento científico ninguno, no deja de ser una creencia profundamente arraigada en amplias capas de la sociedad y que aflora de sequía en sequía, azuzada convenientemente en vísperas electorales por determinados grupos político-mediáticos.

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