Espectáculos
El abusivo negocio de la reventa de entradas: webs que siguen haciendo caja beneficiadas por un vacío legal
Las polémicas en torno a la reventa de entradas no dejan de sucederse. Y ningún tipo de espectáculo se libra de esta práctica. A mediados de febrero fue el fútbol, y a principios, lo era la música. El día 14 de ese mes, la Policía Nacional detuvo a dos personas por revender y falsificar entradas para el partido que disputaron ese mismo día el Real Madrid y el Paris Saint Germain. Durante la operación, los agentes intervinieron algunos tickets que habían llegado a alcanzar precios de hasta 14.000 euros. El pasado 26 de enero, cuando salían a la venta las entradas para el concierto que U2 ofrecerá en Madrid el próximo 20 de septiembre, el mismo problema: las entradas se agotaron pocos minutos después de las 10.00 horas de la mañana, cuando comenzaba la venta oficial. En ese mismo momento, canales secundarios de venta ya las ofrecían a precios muy superiores. Este hecho provocó que la banda irlandesa estableciera una nueva fecha para su espectáculo en la capital el 21 de septiembre. Y la historia se repitió: un día antes de que se pudieran comprar los tickets, estos ya estaban disponibles en páginas de venta secundaria y a precios muy por encima de los oficiales.
La polémica, de hecho, llegó incluso al Congreso de los Diputados. El PSOE registró en la Mesa de la Cámara Baja una proposición no de leyproposición no de ley para frenar estas prácticas mediante medidas como establecer un sistema de identificación digital único y limitar las posibilidades de incremento sobre el precio original para evitar el fraude en la venta online. "Llevamos meses trabajando en esto con reuniones con asociaciones de usuarios y consumidores y también con los promotores. Queremos poner orden en este terreno, que a veces parece el Far West", dijo el secretario de Cultura y Deportes de la formación socialista, Ibán García del Blanco. Mediante estas propuestas, explicó, el partido pretende sentar una "base" para llegar a un acuerdo con el resto de formaciones políticas, puesto que es "una auténtica burbuja" en la que "nadie se beneficia más allá de los especuladores".
Sin embargo, la Comisión de Interior del Congreso ya aprobó, el pasado 27 de enero, una proposición no de ley presentada por Ciudadanos en la que la formación naranja urgía al Gobierno a regular y limitar la reventa de entradas. El diputado del partido Félix Álvarez aseguró entonces que esta práctica "especulativa y abusiva pone en riesgo los derechos y la seguridad de los consumidores".
Por su parte, el Gobierno afirma estar trabajando en esto. El ministro de Educación, Cultura y Deportes, Íñigo Méndez de Vigo –que solicitó al ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado investigaran lo sucedido con la venta de entradas para los conciertos de U2–, afirmó que la institución está llevando a cabo una investigación "puntual" por una presunta estafa a través de la página web Viagogo.es. De esta forma, el Ministerio exigió un requerimiento de información a las entidades promotoras y vendedoras del concierto, Live Nation y Ticketmaster. Las pesquisas, según Méndez de Vigo, "van por buena dirección".
Del mercado oficial al mercado secundario 'online'
Para Facua-Consumidores en Acción, el principal problema de la reventa de entradas para espectáculos son las plataformas que se dedican especialmente a llevar a cabo estas prácticas. "El problema no es tanto el particular que vende una entrada a otro porque no puede asistir al evento, sino las páginas web que venden entradas a un precio mucho más elevado del que se marca de manera oficial", explica a este diario Rubén Sánchez, portavoz de la asociación.
Es lo que ocurrió con las entradas para el concierto de U2 en Madrid. Y lo que continúa ocurriendo. Mientras en Ticketmaster estaba colgado el cartel de "entradas agotadas" –que apareció, según informaron muchos fans a Europa Press, incluso dos minutos después del inicio de la venta–, otras web como Viagogo.es las continuaba vendiendo. Es más, la plataforma aseguraba que "se están vendiendo rápido" y que más de 2.000 personas estaban buscando entradas para ese evento. Sin embargo, ninguna entrada se situaba por debajo de los 200 euros, mientras que de forma oficial se vendían, como mínimo, por 35.
A través de un informe remitido a la Secretaría General Técnica del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, Facua afirma que "en muchos casos, estas entradas desaparecen de los canales oficiales pocos minutos después del inicio de su venta y pasan a comercializarse en plataformas donde se multiplica su precio". Y la asociación acusa, directamente, a Ticketmaster. "Su página web frecuentemente deja de funcionar justo cuando se inicia la venta (...) y poco después anuncia que ya las ha vendido todas. A partir de entonces, la empresa suele anunciar que las entradas se revenden a través de una filial, Seatwave". Contra estas plataformas, opina Sánchez, hay que imponer multas porque, hasta ahora, "no se ha investigado nada ni se han castigado estas prácticas".
Esto ha llevado a crear sospechas de que entidades como Ticketmaster reservan presuntamente un porcentaje de entradas para estas páginas secundarias, muchas veces dependientes de ellas mismas. "En Londres ha ocurrido, pero es imposible saber si esto se ha producido en España", explica en conversación con infoLibre Gabriel Rossy, abogado de la Asociación de Promotores Musicales. "En Italia, por ejemplo, se descubrió que Live Nation vendió un cupo de entradas a páginas de reventa, que luego le devolvió parte de los beneficios", critica. "Si esto ha ocurrido con el concierto de U2 en Madrid, solo lo podrá saber Interior cuando finalice su investigación", añade. La promotora y vendedora, en cambio, ya se ha defendido: "Es enfermizo pensar que desviamos entradas para la reventa", se defendieron. "U2 no ha tocado en Madrid en 13 años. ¿Cuánta gente va a estar intentando comprar a la misma hora?"
No solo los consumidores han manifestado su malestar, sino que artistas y promotores musicales se han sumado también a la protesta. Así, el año pasado, Alejandro Sanz, uno de los perjudicados por la reventa masiva en red, anunció la creación de una alianza anti-reventa: "No es justo que unos pocos se aprovechen de las ilusiones de muchos", manifestó. Joaquín Sabina, de la misma manera, denunció, junto a su representante y promotores, a la web Viagogo.es por la venta fraudulenta de entradas para un concierto en el Coliseum de A Coruña que ni siquiera se había anunciado. Estas entradas, que se vendían a 90 euros, se ofrecían en la plataforma por más de 500.
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Pero, ¿es legal la reventa? Como tal, no. En el año 1982, con motivo del Mundial de Fútbol que se celebró en Barcelona, España aprobó una ley que prohibía esta práctica. Sin embargo, el texto, adaptado a la época, contempla sanciones por la reventa callejera y ambulante pero, como no se ha actualizado desde entonces, no da cabida a la reventa por Internet, creando un vacío legal difícil de combatir si no se modifica la normativa.
"En sí misma, la reventa online es legal", afirma Rossy. Sin embargo, en la práctica, "tal y como lo hacen estas páginas web, es una estafa", puntualiza. En primer lugar, porque engañan sobre la fiabilidad de la entrada. "Al comprar en reventa, la gente no contempla que la entrada sea falsa, y puede serlo porque viene de otra persona desconocida", explica. En segundo lugar, porque muchas veces los promotores prohiben expresamente la reventa. "En estos casos, al comprarla no se adquiere el derecho a entrar, otra cosa es que se detecte o no". En tercer lugar, porque las entradas que se ofrecen en las páginas web de reventa se ofrecen antes de que salgan a la venta de forma oficial, como ocurrió con el concierto de Joaquín Sabina. "Esto no lo dicen, pero nadie te asegura que puedas entrar al evento porque, realmente, no estás comprando nada". De esta manera, continúa, "las venden muy caras para 'ver si cuela' y, si lo hace, luego se buscan la manera de conseguir la entrada más barata para conseguir el máximo beneficio posible". Y, en cuarto lugar, porque, en el caso de que las entradas sean nominativas, "estas web falsifican el nombre" de los compradores. "Esto es un delito, y se castiga con penas de hasta cuatro años de cárcel", afirma Rossy.
¿Quiénes llevan a cabo estas prácticas? Según Rossy, son particulares, empresas que venden y revenden entradas "como si fueran brokers de la Bolsa" y, también, las propias páginas web de reventa. Por ello, opina que las soluciones pasan, en primer lugar por elaborar una ley que avance en la prohibición de la reventa lucrativa en Internet y, sobre todo, por la transparencia. "Es imprescindible que la gente que esté comprando en el mercado secundario sepa que eso es reventa, porque lo normal es que se oculte", afirma. Solo así se podrá acabar con este "crimen organizado" que genera "frustración y desilusión".