"La acción individual es importante, pero el impacto lo genera la acción colectiva"

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Júlia Oller

La situación de emergencia climática exige que los gobiernos y las instituciones internacionales actúen cuanto antes y pongan en marcha medidas eficaces para frenar y revertir el calentamiento global. En torno a este objetivo se ha articulado la semana de la huelga por el clima, una movilización ciudadana a nivel global que arrancó el pasado viernes 20 de septiembre y que desarrollará actividades hasta el día 27. La huelga coincide con la Cumbre sobre Acción Climática que celebra la ONU en Nueva York entre el 20 y el 23 de septiembre y en la que ya han sido vetados los discursos de Brasil y Estados Unidos, entre otros, por su falta de compromiso para disminuir los efectos de la contaminación en el planeta.

Al encuentro de Naciones Unidas asiste María Laín, una joven toledana de 25 años y estudiante de un máster en Cooperación Internacional. Tras estudiar tres años de Medicina en Barcelona, Laín abandonó la carrera por falta de vocación y puso rumbo a Reino Unido, donde cursó Filosofía y Letras en la Universidad de Warwick. A su regreso a España, comenzó a implicarse en el activismo ecologista a través de Fridays For Future (FFF), cuya cara más visible es la joven activista sueca Greta Thunberg, y Extinction RebellionExtinction Rebellion. A Nueva York acude después de haber sido seleccionada entre miles de jóvenes y con la esperanza de que pronto exista una legislación vinculante que obligue a los gobiernos de todo el mundo a respetar el Acuerdo de París –que establece medidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero–.

La convocatoria de la semana de huelga se ha extendido por 185 países y a ella se han sumado miles de entidades y asociaciones. También lo han hecho algunas empresas, como Lush o Ben&Jerry’s, con las contradicciones que ello supone y a las que el movimiento ecologista deberá hacer frente en un futuro no muy lejano. En España, la movilización principal tendrá lugar el viernes 27. Laín, que ha participado activamente en su organización, atiende a infoLibre de camino al aeropuerto, escasas horas antes de tomar un vuelo para cruzar el Atlántico.

PREGUNTA. ¿Cómo ha sido tu proceso de concienciación e implicación en el activismo ecologista?

RESPUESTA: Desde pequeña he tenido sensibilidad por el tema. Sufría mucho cuando había sequías y vigilaba que en casa nadie gastara más agua de la necesaria. Llegué a mandar alguna carta al alcalde de Toledo para que pusieran contenedores de reciclaje más accesibles. El caso es que se me fue olvidando la cuestión, porque no había nadie que me siguiera mucho el rollo, y lo fui dejando hasta llegar a la universidad. En el máster, un profesor nos explicó la situación real tanto a nivel científico, como político y económico. Eso coincidió con el momento en el que Greta Thunberg dio su primer discurso en la ONU, en Polonia, y Anuna de Wever (activista belga de 17 años) se empezó a manifestar en Bruselas. Todo se sincronizó: conocí a una chica de Extinction Rebellion y, a partir de ahí, nos organizamos para hacer la primera manifestación, el 15 de marzo de 2019. Fue todo muy rápido, porque las asambleas las empezamos en enero. Hay muchísima gente implicada: en el grupo de Telegram de Fridays For Future somos cerca de 400 personas. De hecho, nos tuvimos que pasar a Telegram porque sobrepasamos la capacidad límite de los grupos de WhatsApp.

P: ¿Cuáles son las reivindicaciones más importantes con las que vas a Nueva York?

R: Yo creo que lo más importante es que se promulguen leyes vinculantes para respetar el Acuerdo de París. A mí me gustaría que decidieran de manera real parar de extraer petróleo del suelo y dejar de contaminar con los gases de efecto invernadero, que se pusieran en marcha medidas reales para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero. Y cuanto antes.

P: Entre creer que por comprar unas pajitas metálicas estamos salvando el mundo y caer en la desesperanza total, ¿cuál es la actitud más realista y útil en la acción climática?

R: En primer lugar hay que conocer la realidad, informarse muy bien: leer, ir a congresos, informarse como sea. Eso es crucial para luego decidir movilizarse. La acción individual es importante y está muy bien que cada uno de nosotros nos esforcemos, porque eso marca una gran diferencia y, sobre todo, da ejemplo y conciencia a los demás. Pero la acción colectiva es lo que genera un impacto más grande, es necesario unirse en una movilización colectiva. La parálisis porque es todo demasiado abrumador no te lleva a ninguna parte, sólo a deprimirte (se ríe). Esa opción yo ni la contemplo, pero es verdad que la situación da un poco de miedo.

P: ¿Por qué crees que la juventud está teniendo un papel tan protagonista en la movilización?

R: Todo este problema es también una lucha de intereses muy grande y eso a los jóvenes no se les puede achacar, porque la mayor parte de la gente joven no está definida por unos intereses políticos y económicos, sino que simplemente queremos lo mejor para el planeta y para nuestro futuro. Eso es lo más potente de la generación más joven. Y me alegra que hayamos sido nosotros quienes nos hayamos movilizado tanto.

P: Los niveles de concienciación están creciendo, pero los grupos ecologistas llevan muchos años empujando. ¿Por qué ahora?

R: Yo creo que ha sido una conjunción de elementos: el hecho de que Greta Thunberg sea tan joven y tenga un atractivo y un carisma tan grande ha ayudado mucho; en nuestra generación ha habido un poco de conciencia ecologista, o por lo menos un poco más que en la de nuestros padres; y, por último, es determinante el hecho de ver que todo esto te va a afectar a ti directamente, darte cuenta de que te va a tocar a ti, y a nadie más, lidiar con las consecuencias.

P: Sobre Greta Thunberg: ¿crees que el éxito del ecologismo pasa necesariamente por hiperliderazgos o hay que apostar más bien por la horizontalidad?

Greta no ha buscado ser una líder totalitaria, ella ha hecho lo que creía que era correcto y ha tenido una repercusión brutal, pero ella no ha buscado, ni creo que busque, ser la protagonista de todo esto. Es innegable que tenerla a ella de figura simbólica ha sido de mucha ayuda, es importante tener una persona que lidere.

P: En Estados Unidos, congresistas como Alexandria Ocasio-Cortez han puesto sobre la mesa el Green New Deal, un plan que desde algunos sectores se critica y se califica como “capitalismo verde”. ¿Es suficiente lo que propone este plan?Green New Deal

R: Todo es insuficiente. Lo ideal sería el decrecimiento y cambiar el modelo económico y de producción, pero la realidad actual es la que es y en Estados Unidos hay lo que hay. Por eso el Green New Deal es necesario, al menos temporalmente. No es que sea la solución última, pero hay que caminar hacia eso, y, si no se empieza por algún sitio, va a ser imposible.

P: Greenwashing. ¿Qué riesgo hay de que el capitalismo mercantilice la lucha ecologista, como ha hecho con otros movimientos sociales, y lo desactive?Greenwashing

R: Siempre hay riesgos. En Extinction Rebellion y en FFF estamos intentando por todos los medios que eso no suceda y que las empresas tengan claro que lo que queremos no es un greenwashing, sino cambios reales, pero nosotros no podemos controlarlo todo; simplemente podemos decir lo que nos parece y lo que creemos que es mejor.

P: El pasado 17 de septiembre el Congreso de los Diputados aprobó la declaración de emergencia climática en España (con los votos en contra de Vox). ¿Cuál es la valoración de las asociaciones de las que formas parte?

R: Para la lucha contra el cambio climática es irresponsable que no se forme gobierno. Declarar el estado de emergencia climática en sí mismo no sirve para nada, no es lo que nos interesa. Eso tiene que ir acompañado de medidas reales, y, para ello, necesitamos un gobierno. Estamos un poco descontentos con cómo se ha hecho.

 

La situación de emergencia climática exige que los gobiernos y las instituciones internacionales actúen cuanto antes y pongan en marcha medidas eficaces para frenar y revertir el calentamiento global. En torno a este objetivo se ha articulado la semana de la huelga por el clima, una movilización ciudadana a nivel global que arrancó el pasado viernes 20 de septiembre y que desarrollará actividades hasta el día 27. La huelga coincide con la Cumbre sobre Acción Climática que celebra la ONU en Nueva York entre el 20 y el 23 de septiembre y en la que ya han sido vetados los discursos de Brasil y Estados Unidos, entre otros, por su falta de compromiso para disminuir los efectos de la contaminación en el planeta.

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