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Begoña Gómez cambia de estrategia en un caso con mil frentes abiertos que se van desinflando

Alcaldes progresistas al frente de la procesión: la batalla municipal por la laicidad no termina de arrancar

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Las elecciones municipales de 2015 trajeron consigo un sustancial cambio en el lienzo político. La llegada de los bautizados como ayuntamientos del cambio propició una eclosión de promesas y expectativas. Uno de aquellos cambios que abanderaban los nuevos líderes que arribaron a las instituciones fue el de la laicidad institucional. Con el fin de hacer de esta pretensión una realidad, se crea en 2015, de mano de la organización Europa Laica, la Red de Municipios por un Estado Laico. Tres años después, sin embargo, la iniciativa parece estancada y aunque sí existen ayuntamientos que han dado el paso, gran parte de las propuestas que estaban sobre la mesa no han cristalizado.

"En el ámbito de los colectivos y asociaciones laicistas y del librepensamiento también se generaron enormes expectativas de un posible cambio, para ganar complicidades con la laicidad y, en este caso, de apoyo a la construcción de un Estado laico, desde la base municipal", sostiene Europa Laica en su página web. Por este motivo, y "con la finalidad de ir rompiendo con una inercia institucional cripto-católica, heredera del nacional-catolicismo de la dictadura", la plataforma lanza "casi inmediatamente una propuesta de creación de una Red de Municipios por un Estado Laico".

Los miembros de la plataforma se pusieron en marcha a través de reuniones con líderes políticos de los diferentes ayuntamientos, con el fin de "impulsar mociones y reglamentos para avanzar en una necesaria laicidad institucional del ámbito local, base de todo proyecto plural y democrático". Sin embargo, tal y como confirma Antonio Gómez, presidente de Europa Laica, en conversación con infoLibre, tan sólo una veintena de ayuntamientos han acordado sumarse a la propuesta. "La idea es que alguno de ellos tome en sus manos la secretaría de la red municipal", explica Gómez.

"La red lo que pretende –continúa el portavoz– es imponer la laicidad institucional y para eso busca trabajar en todos los ámbitos, no sólo en lo simbólico", sino también en terrenos como la "concesión de servicios públicos universales", es decir, situar "lo común por encima de o particular".

La idea inicial, que se mantiene firme tres años después, consiste en "la secularización de los ámbitos municipales" y trata de cultivar "una idea republicana de la cosa pública, la potenciación de los servicios públicos como universales, vinculados a un principio indisociable de la democracia como es el laicismo", agrega Gómez. Sin embargo, admite el portavoz, "no ha tenido gran éxito, aunque hay ayuntamientos grandes que sí se han adherido". Es el caso de Santiago de Compostela, Oviedo, Gijón, Avilés, Rivas Vaciamadrid, Alcorcón o València entre otros.

Símbolos, servicios públicos y actividad municipal

¿Qué implica adherirse a la Red de Municipios por un Estado Laico? En un primer momento, Europa Laica propuso una quincena de principios, objetivos y compromisos para todo aquel que se sumara a la red. Se trataba, entre otras cuestiones, de suprimir la simbología religiosa de los actos oficiales; evitar la financiación pública o exenciones fiscales municipales para la instalación de infraestructuras o realización de actividades a confesiones o instituciones religiosas; favorecer la celebración de ceremonias civiles; velar por la laicidad de las enseñanzas impartidas en los centros educativos públicos o elaborar ordenanzas y reglamentos específicos de laicidad municipal.

El Ayuntamiento de València, tras aprobar su incorporación en enero de 2017, asumía algunas de estas tareas a través de la aprobación de una serie de puntos, entre los que se acordó adaptar los reglamentos municipales de honores y protocolos de los entes públicos a la no confesionalidad del Estado; la ausencia de símbolos religiosos en los espacios de titularidad pública; la incorporación de referencias y conmemoraciones de carácter civil al calendario oficial, centros públicos y callejeros municipales y finalmente su adhesión de manera oficial a la citada red.

En el caso de Rivas Vaciamadrid, el Pleno municipal acordó su compromiso con la red y además aprobó instar al Gobierno municipal a "la elaboración de una normativa propia sobre laicismo". Tal y como explica Antonio Gómez, en Rivas "han hecho un protocolo, han aprobado un reglamento de laicidad y se intenta, entre otras cuestiones, que el Ayuntamiento haga servicios de ritos de paso civiles".

Gómez incide en la importancia de poner en valor los servicios públicos dentro de su iniciativa. "Muchos de los servicios sociales en la actualidad están externalizados y se están cediendo a las confesiones religiosas" a través de "actividad caritativa", que se utiliza para "recoger fondos con dinero público". A su juicio, es importante que desde los municipios se ponga fin a este tipo de prácticas. Otro problema que subraya el portavoz de Europa Laica es el monopolio del patrimonio histórico-cultural por parte de la Iglesia Católica. "La autoridad pública es la que financia toda la conservación y la Iglesia es la que recauda dinero a través de la venta de entradas", comenta.

En Santiago de Compostela, señala Gómez, el alcalde Martiño Noriega, al frente del Ayuntamiento desde el año 2015 por Compostela Aberta, "está abriendo senderos" para determinar cómo, "viviendo en una ciudad con un patrimonio histórico-cultural eclesiástico tan importante", se puede "hacer un esfuerzo para que tenga un uso civil o se plantee una visión civil". Desde su aterrizaje en el Consistorio, Noriega no ha acudido ningún año a la ofrenda del Apóstol y de hecho Santiago fue foco de polémica al negarse a subvencionar las cofradías de Semana Santa. Las consecuencias no han sido pocas. Este año, el regidor denunció amenazas de muerte como parte de una "campaña interesada" contra el pregón de Carnaval, que incluía una sátira del Apóstol Santiago.

Otra cuestión clave, según señala Antonio Gómez, atiende a la fiscalidad. Oviedo, por ejemplo, celebrará en octubre unas jornadas sobre la fiscalidad de la Iglesia en el ámbito municipal. La ciudad ya anunció en enero de este año que pedirá a la Iglesia el pago de impuestos por sus edificios sin culto a partir del año que viene. El Ayuntamiento, explica el portavoz de la plataforma, va además a llamar a los miembros de la red para intentar que se sumen a la iniciativa.

Rédito electoral

Pese a la voluntad de los municipios que sí se han incorporado a la red, los obstáculos que se ha ido encontrando a lo largo de los años no son pocos. "Hace dos años en Murcia se presentó la iniciativa", narra Antonio Gómez, pero paralelamente a la moción se organizaron unas concentraciones de más de mil personas delante del Ayuntamiento. Según publicó entonces el diario La Opinión de Murcia, "presidentes de cofradías, representantes políticos del Partido Popular y C's, miembros de la Iglesia Católica, así como representantes de distintos cabildos de cofradías de la Región y cientos de murcianos se dieron cita para mostrar su unión ante lo que consideran un ataque a sus creencias".

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Antonio Gómez destaca que uno de "los principales animadores" de las concentraciones fue el actual número dos del PP, "mano derecha de [Pablo] Casado", Teodoro García Egea. Así, dice el activista, "penetran las sectas católicas en los partidos".

El caso de Madrid –igual que el de Barcelona– es especialmente sangrante para los miembros de Europa Laica. "No quiere formar parte, ningún grupo lo ha propuesto, no se ha votado nunca", lamenta Gómez. En ese sentido, agrega, la alcaldesa, Manuela Carmena, "deja mucho que desear, va a todos los eventos religiosos, da dinero a entidades religiosas y en lugar de aconfesionalidad, promueve una especie de multiconfesionalidad". El motivo lo achaca el activista un posible "interés electoral". Manuela Carmena "dijo durante la campaña que no iría a ningún acto confesional" y lo cierto es que en el primer año de su mandato no acudió a la ofrenda de La Paloma, "pero la obligaron a ir" debido al rechazo que generó. Gómez insiste en que no se trata de una cuestión solamente simbólica. "Cuando Carmena va a las misas, representa a todos los madrileños", observa.

La cuestión electoral, no obstante, no siempre supone un lastre para la laicidad. Ejemplo de ello es el caso de Martiño Noriega, que pese a su férrea posición al respecto, no sólo parece que revalidará la alcaldía según las últimas encuestas, sino que obtendría un mayor número de votos en las próximas municipales.

Las elecciones municipales de 2015 trajeron consigo un sustancial cambio en el lienzo político. La llegada de los bautizados como ayuntamientos del cambio propició una eclosión de promesas y expectativas. Uno de aquellos cambios que abanderaban los nuevos líderes que arribaron a las instituciones fue el de la laicidad institucional. Con el fin de hacer de esta pretensión una realidad, se crea en 2015, de mano de la organización Europa Laica, la Red de Municipios por un Estado Laico. Tres años después, sin embargo, la iniciativa parece estancada y aunque sí existen ayuntamientos que han dado el paso, gran parte de las propuestas que estaban sobre la mesa no han cristalizado.

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