El nuevo ciclo electoral
El alejamiento de Díaz y Rivera allana el camino al adelanto electoral en Andalucía
Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, se refirió este lunes abiertamente en la posibilidad de un adelanto electoral, decisión que sólo puede tomar ella, como establece el Estatuto de autonomía. No lo descartó. Al contrario, alentó la idea, al negarse con rotundidad a aceptar la exigencia planteada por Ciudadanos, su socio de legislatura, que tras tres años de apoyo ahora reclama la eliminación de los aforamientos autonómicos como requisito para apoyar los presupuestos de 2019.
"Ya la discusión es [si las elecciones son] tres meses antes o tres meses después, cuando llevamos un año escuchando a algunos que va a haber elecciones", dijo en referencia al PP en una entrevista en la cadena Ser. El periodista Fernando Pérez Monguió le preguntó entonces si la estabilidad del Gobierno andaluz, y por lo tanto la terminación de la legislatura en la fecha previa, dependía de la aprobación de los presupuestos andaluces: "Bueno, claro. Es normal que influya", respondió Díaz.
La presidenta, que intentó cargar con la responsabilidad de un hipotético adelanto a Albert Rivera, no se refirió a esta posibilidad en términos dramáticos. Se trataría de si los comicios son "tres meses" antes o después, reiteró, aunque insistió en que su voluntad es terminar la legislatura. "No depende sólo de mí", señaló la presidenta, que afirmó que si hay adelanto o no "lo vamos a ver" en el arranque del curso político, "en cuestión de semanas", en función –dijo– de si Ciudadanos quiere "darnos órdenes desde Madrid y Cataluña".
Un adelanto de alrededor de tres meses sería lo que se viene llamando en las conversaciones informales sobre el tema un "adelanto técnico", que a priori requeriría menos justificación política, al estar la legislatura casi agotada. El camino hacia un adelanto de este tipo, sin estar todavía expedito, sí quedó este lunes algo más despejado. Hipotéticamente un adelanto podría interesar a Díaz por dos motivos: uno) actualmente las encuestas sonríen al PSOE, tanto a nivel general como en Andalucía; dos) cuanto más separadas estén las elecciones andaluzas de las municipales y autonómicas, en teoría será más fácil encontrar un aliado para la investidura.
En 2015, con las andaluzas en marzo y las municipales en mayo, hubo que esperar a junio para el acuerdo. Si se mantiene el esquema en 2019 como está previsto (andaluzas en marzo, municipales-autonómicas en mayo), el problema podría repetirse. Este es uno de los factores que podrían aconsejar un adelanto a Díaz, que no ha acompañado su alejamiento de Cs de un acercamiento a Podemos e IU, lo cual podría salvar lo que queda de legislatura.
Lo evidente es que todos los partidos actúan ya en clave únicamente electoral y que la legislatura está en su tramo final. Tras tomarse sus vacaciones veraniegas, los dirigentes políticos andaluces han regresado al trabajo con el posible adelanto en el centro de la agenda. Juan Marín, líder de Ciudadanos en Andalucía, vinculó cualquier apoyo a los presupuestos autonómicos a que se cumplan dos puntos concretos del acuerdo de investidura con el PSOE: la eliminación de los aforamientos a nivel autonómico y la aprobación de una ley electoral con mayor "proporcionalidad" y "listas abiertas o desbloqueadas". El presidente del partido, Albert Rivera, y la portavoz nacional y jefa de la oposición en Cataluña, Inés Arrimadas, repitieron y amplificaron el mensaje de Marín, que revalidó su condición de candidato en unas primarias exprés en julio.
Ciudadanos ha apoyado tres presupuestos autonómicos. La relación de la cúpula del PSOE andaluz con Marín y los suyos ha sido buena durante toda la legislatura, así como la de Díaz con Rivera. El pacto que ambas formaciones firmaron está lejos de su cumplimiento, pero durante todo el primer tramo de legislatura la dirección de Ciudadanos en Andalucía reivindicó la vigencia del acuerdo y su carácter de "oposición útil". Rivera también lo hacía. La proximidad de las elecciones, previstas en principio para marzo de 2019, ha coincidido con un progresivo distanciamiento entre los dos socios.
La oposición cree que el alejamiento es táctico, puro teatro: que Díaz y Marín sólo tratan de borrar las huellas de su colaboración para acudir ahora a por el voto a izquierda y derecha, respectivamente. Este relato se abrió hueco en primavera, con Ciudadanos lanzado en las encuestas, si bien el panorama para la formación naranja ha cambiado a raíz de la moción de censura que ha aupado a Pedro Sánchez y del ascenso al liderazgo del PP de Pablo Casado, sucesos que han cambiado un guión político que favorecía a Rivera.
No obstante, el líder nacional de Cs no evidencia miedo a las urnas. La exigencia planteada por él mismo, Marín y Arrimadas al PSOE es de complicado cumplimiento en los plazos que requeriría como requisito para aprobar el presupuesto. Dirigentes del PSOE y miembros del Gobierno andaluz repiten desde el domingo que la eliminación de los aforamientos autonómicos requeriría una reforma del Estatuto de autonomía de Andalucía, que debería pasar por las Cortes Generales y ser ratificada en un referéndum. Este requisito, insisten desde el PSOE, es una intromisión "desde Madrid y Barcelona" en los asuntos andaluces.
Por la mañana Juan Cornejo, secretario de Organización del PSOE andaluz, pidió a Cs "sensatez". Insistió en la idea de la "estabilidad", la misma palabra que Díaz repetía como requisito para culminar la legislatura del pacto con IU, que acabó rompiendo en enero de 2015 tras un progresivo distanciamiento con la coalición de izquierdas. "Es imposible hacerlo [la eliminación de los aforamientos] en el espacio de tiempo que queda", dijo Cornejo. Mostró sus dudas con respecto a la posibilidad de negociar el presupuesto con Podemos e IU, aunque numéricamente es posible, ya que entre los tres partidos suman con holgura mayoría absoluta. No obstante, Cornejo afirmó que no sacar los presupuestos no era sinónimo de adelanto.
Díaz fue por la tarde en la Ser más contundente que su número dos. Hubo un aparente desajuste en los mensajes de ambos en relación con las consecuencias que tendría no sacar el presupuesto. Para Díaz, "claro" que podría suponer el fin de la legislatura. "Cuando no haya estabilidad, pues es evidente que tendrán que hablar los andaluces", afirmó Díaz, que acusó a Rivera de dar un "volantazo" fruto de los "nervios" en su pelea con Casado por ver "quién es más de derechas". Díaz afirmó que el caso ha evidenciado una "falta de autonomía" de Ciudadanos en Andalucía. Es un mensaje duro con Marín, que –a pesar de todo– sigue siendo a priori el socio potencial más probable del PSOE tras las próximas elecciones. Preocupa en el PSOE que, si Cs queda segundo o tercero muy cerca del PP, se vea como alternativa real a los socialistas y no quiera pactar.
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Sin complicidad con Podemos e IU
Los comicios serán cuando decida Díaz, que si quiere adelantarlos necesita una excusa. Un relato. La posición de Ciudadanos le facilita ese relato. Su negativa a aceptar la exigencia de Cs ha sido tan rotunda como la propia exigencia de Cs. Está por ver si hay rectificación total o parcial de alguno de los dos. Si no la hay –y la antesala electoral es poco propicia para rectificaciones políticas–, las opciones del PSOE para sacar las cuentas serían el PP, harto improbable, y Podemos-IU. La complicidad entre Díaz y los máximos dirigentes de las dos formaciones de izquierdas, Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, es escasa tirando a nula. Este martes Díaz dijo que ambos se han abierto ahora a negociar el presupuesto "con la boca pequeña". El PSOE no quiere verse en el escenario de tener que negociar con Podemos e IU en una situación análoga a la de Pedro Sánchez en Madrid, si bien la comparación siempre sería inexacta porque la relación de fuerzas no es la misma.
Díaz sí expresó claramente su deseo de no compartir cita electoral con las generales. Lo dijo a su manera. Los comicios deben tener "acento andaluz", afirmó. Las circunstancias que pueden ayudar a la presidenta a adelantar elecciones no son sólo andaluzas. Díaz recordó que las cuentas andaluzas están conectadas a las negociaciones generales. "Hay 1.100 millones que nos estamos jugando", afirmó, en referencia a 750 en los anticipos de las liquidaciones de entregas a cuenta, y los 350 –dijo– que supondría una relajación del objeto de déficit. Díaz acusa a PP y a Podemos de ser responsable de que Andalucía pierda estos 350 millones por votar en contra del techo de gasto. No lanza ningún mensaje para construir potenciales alianzas para lo que queda de legislatura. Todo lo que dice es en clave de culpabilización de sus adversarios.