No es la primera vez que se describe una relación entre el consumo de alimentos ultraprocesados −elaborados principalmente con ingredientes industriales− y diversos daños a la salud. Dos estudios publicados esta semana en la revista British Medical Journal (The BMJ) continúan en esta línea y alertan de su riesgo.
La primera investigación, un trabajo observacional realizado en EEUU, ha encontrado que en hombres el consumo de altas tasas de esos alimentos aumenta el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. La investigación ha incluido a más de 200.000 participantes, que fueron seguidos durante casi tres décadas.
Los autores, investigadores de la Universidad Tufts y la de Harvard, ambas en Boston (EE UU), han observado que el riesgo de desarrollar este tipo de tumor era un 29% mayor en los hombres que consumían comidas y bebidas altamente procesadas en grandes cantidades, comparado con los que las utilizaban menos. En mujeres, en cambio, no se ha encontrado la misma tendencia.
“El cáncer tarda años o incluso décadas en desarrollarse, por lo tanto, se necesita mucho tiempo para ver un posible efecto del consumo de alimentos ultraprocesados sobre su aparición”, explica Mingyang Song, coautor senior y profesor en Harvard. “Por eso es importante realizar seguimientos a largo plazo”, añade.
“Las carnes procesadas son un fuerte factor de riesgo para esta enfermedad. Además, los alimentos elaborados principalmente con ingredientes industriales tienen un alto contenido de azúcares añadidos y bajas cantidades de fibra, lo que contribuye al aumento de peso y al riesgo de desarrollar obesidad, un factor de riesgo establecido para el cáncer colorrectal”, cuenta Lu Wang, primera autora del estudio e investigadora en la Escuela Friedman de Ciencias y Políticas de Nutrición en Tufts.
Los resultados revelaron diferencias en las formas en que hombres y mujeres consumen alimentos altamente procesados y el posible riesgo de cáncer asociado. Entre los participantes, más de 206.000, el equipo de investigación documentó 1294 casos de tumor colorrectal entre los hombres y 1922 entre las mujeres.
El equipo encontró que la asociación más fuerte entre la neoplasia y los alimentos ultraprocesados observada en los hombres provenía de los productos listos para comer a base de carne, pollo o pescado.
“Estos incluyen algunas carnes procesadas como salchichas, tocino, jamón y pasteles de pescado. Lo cual es consistente con nuestra hipótesis”, afirma Wang. Además, los investigadores observaron que también un mayor consumo de bebidas azucaradas, como refrescos o zumos de fruta industriales, se asocia con un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad en los hombres.
En general, no hubo evidencia de una relación entre el consumo de ultraprocesados y el riesgo de cáncer colorrectal entre las mujeres. “Aún no está claro el motivo de esta discrepancia, pero es posible que la composición de los alimentos consumidos por hombres y por mujeres sea diferente”, cuenta Wang a SINC.
“Se necesitarán más estudios para determinar si existe realmente una diferencia debida al sexo o si la falta de asociación entre el cáncer colorrectal y el consumo de estos alimentos registrada en mujeres es debida a otros posibles factores”, añade Song.
Cambiar los patrones dietéticos
El segundo trabajo, basado en datos sobre hábitos alimenticios e información de la salud de 22.895 italianos –con una edad media de 55 años y el 48% hombres– entre 2005 y 2019, muestra que aquellos individuos con una dieta que contara con más alimentos procesados tenían un 19% más de riesgo de muerte por cualquier causa y hasta un 32% más de riesgo de fallecimiento por enfermedad cardiovascular que los que comían de una forma más sana.
Los autores de los dos nuevos trabajos consideran que, dadas todas las pruebas acumuladas ya sobre sus efectos nocivos, deberían implantarse medidas para limitar el consumo de ciertos tipos de ultraprocesados, promover dietas más sanas y reformular las recomendaciones alimenticias prestando más atención al nivel de procesado.
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“El procesamiento químico de los alimentos puede ayudar a prolongar su vida útil”, explica Zhang, “Pero muchas comidas y bebidas elaboradas con ingredientes industriales son menos saludables que sus alternativas no procesadas”, añade. “Necesitamos concienciar a la población sobre los riesgos asociados con el consumo en grandes cantidades de alimentos poco saludables, y hacer que sea más fácil elegir opciones más sanas”, advierte la epidemióloga.
Los autores esperan que estos datos contribuyan a favorecer cambios en las recomendaciones y regulaciones dietéticas. “Sin embargo, una transformación a largo plazo requerirá un enfoque de varios pasos”, dice Wang. “Es importante seguir estudiando el vínculo entre estas enfermedades y la dieta, así como las posibles intervenciones que podrían ayudar a mejorar los hábitos dietéticos en la población general”, concluye.
Este artículo fue publicado originalmente en la Agencia Sinc, la agencia de noticias científicas de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología
No es la primera vez que se describe una relación entre el consumo de alimentos ultraprocesados −elaborados principalmente con ingredientes industriales− y diversos daños a la salud. Dos estudios publicados esta semana en la revista British Medical Journal (The BMJ) continúan en esta línea y alertan de su riesgo.