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Antero Ruiz: “Todas las decisiones importantes de Caja Madrid se tomaban en IU colectivamente”

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Es el primer caído por el escándalo de las tarjetas B en Izquierda Unida-Comunidad de Madrid (IU-CM): Antero Ruiz (Quero, Toledo, 1950). La Presidencia Regional le pidió el viernes su acta de diputado autonómico por ser el "responsable político" de un hecho desvelado por infoLibre: que la fianza de un recurso judicial presentado por un representante de IU en Caja Madrid contra el Gobierno de Esperanza Aguirre fue pagado con la tarjeta B de un estrecho colaborador de Miguel Blesa. Eso ocurrió a principios de 2009, cuando Ruiz era secretario de Política Institucional dentro de una dirección colegiada, ya que el coordinador regional, Fernando Marín, había dimitido un año antes. Ruiz mantuvo la cartera después de que la asamblea de IU-CM aupase al liderazgo a Gregorio Gordo. Un área de poder de la que dependían todos los asuntos relativos a Caja Madrid. 

Ruiz, con quien este sábado conversó telefónicamente infoLibre, se siente dolido, "víctima" de un "linchamiento", porque los suyos necesitaban buscar un "chivo expiatorio" con el que purgar su culpa. Dice que sí sabía de la existencia de aquella iniciativa judicial, pero nada de la fianza que pagó la mano derecha de Blesa, Enrique de la Torre, con su visa black. Y destaca que todas las decisiones importantes se tomaban "colectivamente", por el conjunto de la dirección. Acusa a sus compañeros de acusarle "sin pruebas" ni "datos", y por eso promete ir "hasta el final" para demostrar su "inocencia". 

PREGUNTA: ¿De qué se le responsabiliza exactamente? ¿Qué papel jugó usted en la presentación de aquel recurso judicial, en 2009?recurso judicial, en 2009

RESPUESTA: Eso me gustaría saber a mí, saber de qué se me acusa. No se me ha aclarado en ningún momento. Los miembros de la comisión de investigación me preguntaron cuál era mi relación con aquel recurso porque yo era el secretario de Política Institucional. Dije que sí, que efectivamente desde la secretaría teníamos relación con los temas de Caja Madrid. Dije que me acordaba de la querella, que la pusimos, pero ni tan siquiera sabía que había habido una fianza, porque no era mi cometido. Me preguntaban por algo que no tenía ni idea. La fianza debía de ser algo que imagino que gestionó la Secretaría de Finanzas, como es normal, y la asesoría jurídica. Yo no tenía ni idea, no sabía que se había puesto una fianza. Les dije que no podía ayudarles. Me insistieron varias veces, me pidieron que hiciera memoria, que era importante conocer ese dato, porque tenían ya algunos indicios de que no la había pagado IU, por lo que había declarado otro compañero antes que yo, el abogado que elaboró el escrito [Juanma Vela]. Me preguntaron muchas veces si había dado la orden directamente al abogado para poner la querella. Les respondí que no me acordaba y no me constaba que hubiera sido yo, que podría haber sido cualquier compañero porque en aquel momento [enero de 2009] gobernaba IU una dirección colegiada, y podía haber sido el compañero Pedro Orgaz [el secretario de Finanzas, ya fallecido] el que hubiera dado esa orden. No hubo más preguntas, ni más interés por alguna otra cuestión.

P.: Defiende que su papel fue tangencial. 

R.: Mi labor era más política, y este era un asunto más del área de Finanzas.

P.: ¿Quién llevaba directamente los asuntos de la caja? ¿Usted? ¿Era Ángel Pérez, portavoz en el Ayuntamiento; Miguel Reneses, portavoz de Economía en la Asamblea...? Ambos han sido señalados internamente.señalados

R.: Miguel [Reneses] llevaba la Comisión de Economía de la Asamblea, y en calidad de portavoz tenía alguna relación con los asuntos de Caja Madrid, como la negociación de la Ley de Cajas. Ángel era portavoz en el Ayuntamiento. Su relación con la entidad no debió de ir mucho más allá. Todos los temas eran tratados en la dirección colegiada. Nadie toma las decisiones por su cuenta en IU. Todas se toman de forma colectiva. Y todos los temas importantes de la caja se decidían muy colectivamente. Lo de la presentación del recurso contra el Gobierno de Aguirre se decidió en una ejecutiva, porque era una situación grave, y afectaba a un compañero que teníamos en la Comisión de Control [Juan Gómez Castañeda], al que la Consejería de Economía y Hacienda echó de manera arbitraria. Él también nos lo pidió. 

P.: ¿Todos los miembros de la dirección tenían conocimiento pleno de lo que pasaba en la caja?

R.: De los temas más importantes, sí. Este de la querella fue uno de ellos. También el acuerdo de estabilidad que se firmó en junio de 2009, y fue aprobado por la ejecutiva. Aquel acuerdo era importante porque daba continuidad a nuestros planteamientos políticos en la caja (la naturaleza jurídica, la obra social, el crédito a los ahorradores y a la pequeña empresa…). También se debatió la Ley de Cajas, que en principio rechazamos pero que luego el PP reformó y dio marcha atrás. Y también se debatió lo que entonces se llamó el SIP [el Sistema Institucional de Protección, la fusión fría de las cajas]. La actividad de la caja, el día a día, era más labor de los consejeros. Había una asamblea general y tomaban decisiones pero ahí no interveníamos.

P.: Ángel Pérez dijo el pasado julio que la dirección estaba plenamente informada de lo que ocurría en la caja. la dirección estaba plenamente informada

R.: Tampoco es así. Los grandes temas, pero el día a día no. Teníamos información porque teníamos gente allí, y había reuniones semestrales, pero no hacíamos un seguimiento absolutamente de todo. Según la Ley de Cajas, los consejeros eran propuestos desde los partidos, patronal, sindicatos y entidades representativas, pero siempre eran elegidos formalmente por las instituciones. Y la ley prohibía que siguieran directrices de los partidos. Habría sido ilegal. Los consejeros funcionaban con cierta autonomía, con arreglo a los planteamientos que teníamos en la organización. Pero en el día a día no entrábamos.

P.: ¿No pasaron por la ejecutiva temas como la venta masiva de preferentes o la compra del banco de Miami?

R.: No, para nada.

P.: ¿Quién tenía interlocución directa con José Antonio Moral Santín?

R.: Interlocución directa con él no se tenía. Se tenía con el grupo de consejeros de IU, que se reunía cada seis meses. Había una persona que convocaba y coordinaba esas reuniones [Lidia Fernández, miembro de la asamblea general de Caja Madrid y secretaria regional de Comunicación de IU] y yo como responsable del área de Institucional iba algunas veces, no siempre. Ellos, aparte de estas reuniones que eran en torno al orden del día, tomaban sus decisiones y las compartían con la gente de Comfia [el brazo de banca de CCOO], los independientes y progresistas. Ese grupo de setenta y tantos consejeros se reunía y definía sus posiciones. Yo a esas reuniones no iba. Sólo asistía a las de nuestros 16 o 18 consejeros. De aquellos asuntos importantes, yo trasladaba alguno a la organización. Pero no estábamos encima de cada uno de los temas. 

P.: ¿Nadie tenía una relación más directa con Moral?

R.: No. Él era miembro de los órganos de dirección. Y venía a los órganos, y se relacionaba con todo el mundo.

P.: ¿Nunca se le pidió cuentas por sus enormes retribuciones, unos 526.000 euros al año? ¿Nunca se le pidió explicaciones por su gestión? ¿Nadie sabía nada de sus movimientos, de la existencia de las tarjetas opacas?unos 526.000 euros al año

R.: Qué va. Para nada. Nos dijo que no tenía salario, que cobraba unas dietas porque seguía ejerciendo como profesor en la Universidad. Nadie podía sospechar que eran unas dietas tan altas. Más aún, los que lo conocíamos e íbamos a tomar una caña con él sabíamos que era un tacaño. No se gastaba nunca nada, la mayoría de las veces había que invitarle. No pagaba nunca. Era tacaño, tacaño. Era un tío simpático, que se ganaba a la gente, didáctico, con mucha capacidad política. Pero nunca pagaba. Llevaba más bien una vida austera.

P.: ¿Nadie nunca sospechó en IU que pudiera tener patrimonio excesivo?

R.: No, para nada. Tenía su casa [en Madrid] y luego en León debía de tener alguna vivienda, pero nunca fui. Él viajaba bastante a León.

P.: ¿Nunca nadie le pidió explicaciones, nadie?

R.: No, para nada. Cuando salió publicado su sueldo escandaloso por primera vez, compareció en la Comisión de Finanzas [de IU-CM], en la que no estaba yo, y la gente salió muy convencida de las explicaciones que él dio.

P.: ¿Él dio dinero a la organización, cuyo origen no explicitó?

R.: Él cumplía con la carta financiera [la donación que deben hacer a IU todos sus representantes en las instituciones], como todos los cargos públicos. Pero desconozco qué cantidades pasaba.

P.: ¿Pudo haber financiación irregular en IU?

R.: No, para nada. Nunca. No tengo datos. No me consta. Fui secretario de Organización y Finanzas [en los noventa] y nunca jamás hubo financiación irregular, ni donaciones más allá de las de los cargos públicos. Y mucho menos financiación irregular.

P.: La Fundación de Estudios Municipales y Territoriales (Fundeste, la fundación de IU-CM), sí recibió mucho dinero a través de la Fundación Caja Madrid, y apenas tenía actividad. 

R.: La subvención estaba regulada por ley y la actividad de la fundación… No puedo decir que no tuviera actividad. No llevaba este tema, pero sí hacía jornadas y demás. Pero no puedo concretar el contenido. No era mi cometido.  

P.: ¿Quién apoyó y promovió a Moral como consejero de Caja Madrid? ¿Por qué se le eligió? 

R.: Moral era un tipo que pertenecía a los órganos de dirección. A Moral como tal no se le apoyaba. Cuando había que elegir consejeros, las propuestas eran colectivas. Moral llegó a lo que llegó por su capacidad política. Estuvo además dos legislaturas como diputado en la Asamblea y se le propuso desde los órganos de dirección. No recuerdo si alguna persona de la dirección le apoyó más o menos.

P.: ¿No fue una apuesta personal, en este caso de quien estaba al frente, el coordinador regional entre 1993 y 2000, Ángel Pérez?

R.: Las decisiones en IU son colectivas siempre, nunca se hacen de manera individual. Proponíamos personas que luego las instituciones elegían. Y les proponíamos para que fueran consejeros generales en la asamblea. Que luego estuviesen en los órganos de gobierno se decidía desde la propia caja.

P.: ¿Por qué algunos dirigentes de IU-CM han defendido vehementemente a Moral Santín, incluso después de ser imputado?

R.: No puedo asegurar que se le haya defendido con tanto ahínco como se dice. Era una persona con mucha capacidad, con mucho ímpetu de trabajo. 

P.: En 2009, en pleno proceso de relevo en la cúpula de la caja, ciertos sectores de IU-CM expresaban su malestar con la gestión de Moral. ¿Se sospechaba que podía haber algo extraño?

R.: Pues no. Sí hubo en IU posicionamientos de sectores muy minoritarios que planteaban incluso si era conveniente o no nuestra presencia en la caja, no por nada en concreto, sino por filosofía. Igual que ha habido gente que cuestionaba si debíamos estar o no en las instituciones o en determinados organismos. En IU esas posiciones eran muy minoritarias. La política de IU era muy clara, y muy mayoritaria: entendíamos que teníamos que estar en los sitios para incidir políticamente, para defender nuestros planteamientos.

P.: ¿Llegó a pedir Moral en algún momento que suavizaran la crítica contra el PP?

R.: Para nada. No estaba permitido en IU. La confrontación con el PP era diaria y permanente.

P.: Se lo preguntaba porque el escándalo de las tarjetas ha dejado al descubierto que Miguel Blesa logró 'someter' a los consejeros a través de altas retribuciones y 'tarjetas B'. ¿Nunca tuvieron la sensación de que Moral estaba 'comprado' por Blesa? ¿Por qué un consejero nombrado a propuesta de IU sostenía tan ferozmente a Blesa, hasta convertirse en uno de sus hombres de confianza?altas retribuciones y 'tarjetas B'

R.: No teníamos esa sospecha. Lo que intuimos ahora es que esa pudo ser una posibilidad, que los consejeros estuviesen comprados. Nosotros hemos condenado los sueldos y la irregularidad de esas tarjetas. Ahora bien, la responsabilidad es de las personas que usaron esas tarjetas. Dentro de las organizaciones no teníamos idea de esta posibilidad. De ahí que yo defienda mi inocencia. Porque nadie dentro de IU tenía conocimiento de que estas tarjetas existieran y de que los consejeros estaban comprados. Moral era, de hecho, una persona muy radical en sus planteamientos. 

P.: Entenderá que los ciudadanos se pregunten cómo era posible que existiera todo este sistema de canonjías, de despilfarro mientras la caja se hundía sin que quienes propusieron a esos consejeros supieran nada. ¿Qué fallaba ahí?

R.: No es que fallara nada. Es que eran cuestiones muy personales. Los consejeros funcionaban con mucha independencia dentro de las cajas porque la ley lo exigía así. No es que hubiera fallos en las organizaciones, es que se desconocía este tema. Que la gente viviera más desahogadamente no era algo que se pudiera detectar fácilmente. No es una organización la que ha fallado, sino todo el mundo. Pero a ninguna organización se le está ocurriendo abrir una comisión de investigación interna, como a nosotros, para buscar responsabilidades políticas, porque no las hay, porque era algo individual y particular, y nadie sabía que este sistema pudiera existir, y nadie lo está respaldando ahora.

P.: ¿No reconoce que hubo siquiera falta de control?

R.: No, es que no era posible controlar eso ni teníamos la obligación de controlar la vida de nadie.

P.: Pero tenían responsabilidad en la medida en que cogobernaban una caja que se fue a la quiebra, y por la que el Estado tuvo que inyectar 22.400 millones de euros.

R.: Ni gobernábamos ni cogobernábamos las cajas. Eran entidades independientes. Teníamos opiniones políticas sobre su naturaleza, qué hacer con sus beneficios… De lo demás no teníamos obligación de control.

P.: ¿Se siente defraudado por Moral y los otros dos consejeros nombrados por IU, Rubén Cruz y Juan Gómez Castañeda? ¿Qué relación tiene con ellos?

R.: Hace tiempo que no tengo ninguna. Se fueron apartando de la organización. Uno se siente defraudado cuando conoce estas actitudes totalmente condenables y que nunca se tenían que haber dado. Siento cierta decepción de compañeros que jamás pensaba que pudieran tener estas prácticas.

P.: En esta comisión de investigación se han buscado responsables políticos y se le ha señalado directamente y se le ha pedido el acta de diputado. ¿Quiénes son los responsables políticos, a su juicio?se le ha señalado directamente y se le ha pedido el acta de diputado

R.: No comparto lo que la comisión de investigación ha hecho. Yo creo que no hay responsables políticos. Para mí sería muy fácil pedir responsabilidades políticas por la misma regla de tres a toda la dirección que decidió nombrar a los consejeros. Porque ahí fue la primera culpa. O como en 2009 había una dirección colegiada, pues pedirle cuentas a toda ella. No voy a plantear eso. No tengo ninguna responsabilidad, no sé de qué se me acusa todavía. Se me ha dicho que como era el responsable de Institucional, mía es la responsabilidad. Pero no hay ninguna acusación contra mí, ni una, ni un solo dato. Y por eso no voy a dimitir como diputado en la Asamblea, porque no tengo responsabilidad.

Si dimitiera o aceptara esa responsabilidad, admitiría que tengo alguna culpa sobre algo que se está investigando como un delito. Y por ahí no voy a pasar. A cualquiera que se le ocurra difamarme con este tema, se va a ver conmigo en los tribunales, lo tengo claro. No voy a permitir que nadie me relacione con el asunto de las tarjetas. Sobre la querella, he dicho que no tenía responsabilidad de la fianza, que no lo sabía, que no sabía que no la pagó IU, que es lo que concluye el dictamen de la comisión, que se leyó en la reunión de la Presidencia, pero no se entregó. Algo que es anormal, antiestaturio, porque la gente votó sin conocer las conclusiones en detalle. En el párrafo que se me nombra, se dice que era secretario de Institucional y mantenía una relación política con Moral. Y por eso se toma la decisión.

Estoy viendo la posibilidad de impugnar la propia reunión de la Presidencia. Todos los pasos que voy a dar serán ante los órganos de IU. Tenemos una organización muy garantista y voy a recurrir a esos órganos porque no hay ni una sola prueba que determine la sanción que se ha tomado. Me considero un Excalibur [el perro de la enferma de ébola Teresa Romero, al que la Comunidad de Madrid sacrificó], sin tener culpa de nada.

P.: ¿Se siente como un chivo expiatorio?

R.: Sí, como un chivo expiatorio, como una cabeza de turco. He sufrido linchamiento. Las razones que se daban era que había que tomar una decisión porque la calle lo pedía y había que sancionar a alguien. Se me sanciona sin pruebas y de la manera más inquisidora y estalinista. Me siento muy mal y no voy a dimitir. No voy a dar un paso atrás. Considero que se me acusa de algo muy grave. No me voy a rendir y voy a dar la batalla, y voy a recurrir primero a los órganos internos. Y como no hay pruebas, me darán la razón.

P.: Dentro de IU se ha hablado de si convenía zanjar este asunto cortando la cabeza de quienes se entiende que tenían más responsabilidad, como los coordinadores regionales… quienes se entiende que tenían más responsabilidad

R.: Es normal que la gente lo plantee. Cuando se pone el listón tan bajo, como se ha puesto conmigo, es normal que la gente pida que se suba hacia arriba, porque había gente con más responsabilidad, como los coordinadores. Por lo que se me acusa a mí se puede acusar a muchísima gente de IU. Se me sanciona por sospechas o intuiciones. Por eso mismo se podría sancionar a mucha gente. Mi organización se ha metido en un jardín que no es normal. Sinceramente, pienso que más allá de los consejeros y los usuarios de las tarjetas, nadie tiene responsabilidades ni tenía conocimiento. Por eso no voy a señalar nunca a nadie, porque no lo creo. Pero veo lógico que la gente se pregunte: "¿Por qué nos quedamos en este, si este era un pringadillo, si había gente con más responsabilidad?" Si la sanción que me ponen a mí es por la responsabilidad, puede haber quien piense que los había que tenían más que yo.

P.: ¿Usted a quién reportaba sobre los asuntos de la caja?

R.: Reportaba colectivamente. Lo planteaba dentro de la ejecutiva, dentro de la dirección colegiada [de 2008-2009], no despachaba con nadie personalmente. Pero con quien más relación puedes tener es con el coordinador, pero en el momento que se investiga [en la presentación del recurso judicial] había una dirección colegiada, y las decisiones eran muy compartidas, porque este es el funcionamiento habitual de IU. Difícilmente nadie toma una decisión muy individual. Por eso me sorprende tanto esta decisión.

P.: ¿Le sancionan con la esperanza de que se levante un cortafuegos, para evitar una crisis interna mayor?

R.: Espero que no haya sido esa la decisión. Llevo militando muchos años y sigo teniendo confianza en mi organización. Nunca voy a pensar que IU tenga una actuación así. La decisión está más forzada por los acontecimientos y por buscar una responsabilidad. Quiero pensar eso, no otra cosa. No tengo motivos. Me siento una víctima, pero no voy a acusar a nadie. Por lo menos en estos momentos. Me voy a quedar aquí y me voy a defender.

P.: ¿Cuándo dice “por lo menos en estos momentos” es porque tiene información comprometedora que utilizará en su defensa?

R.: Si al final detecto que ha habido una caza de brujas o un linchamiento motivado por determinada gente, lo denunciaré. Pero no tengo ahora elementos como para llegar a esa conclusión.

P.: ¿Ni tiene más información?

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R.: No. Lo que puedo decir es que se ha cometido una terrible injusticia que no está motivada por nada. No puedo asumir una responsabilidad de estas características. Sentía que se me decía: 'Sacrifícate por IU'. Yo por IU he hecho muchos sacrificios, he dedicado muchas horas de mi vida, pero esto no lo puedo aceptar porque no es justo. No es la forma de resolver un problema, por mucho que la calle esté pidiendo sangre.

P.: ¿Entiende la indignación de los ciudadanos con PSOE, PP e IU, por la gestión de una caja que ha llegado a la ruina?

R.: Por supuesto, comprendo y comparto esa indignación y creo que hace mucho daño a la política y al sistema político y se puede entender que la desafección de los ciudadanos tiene que ver con estos casos. Yo estoy indignado también. 

Es el primer caído por el escándalo de las tarjetas B en Izquierda Unida-Comunidad de Madrid (IU-CM): Antero Ruiz (Quero, Toledo, 1950). La Presidencia Regional le pidió el viernes su acta de diputado autonómico por ser el "responsable político" de un hecho desvelado por infoLibre: que la fianza de un recurso judicial presentado por un representante de IU en Caja Madrid contra el Gobierno de Esperanza Aguirre fue pagado con la tarjeta B de un estrecho colaborador de Miguel Blesa. Eso ocurrió a principios de 2009, cuando Ruiz era secretario de Política Institucional dentro de una dirección colegiada, ya que el coordinador regional, Fernando Marín, había dimitido un año antes. Ruiz mantuvo la cartera después de que la asamblea de IU-CM aupase al liderazgo a Gregorio Gordo. Un área de poder de la que dependían todos los asuntos relativos a Caja Madrid. 

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