El arquitecto que diseñó el paseo hundido en Vigo apunta a "la falta de mantenimiento" como causa del derrumbe

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La pasarela de madera que se desplomó durante la última actuación del festival O Marisquiño en Vigo (Pontevedra).

En el año 1992 el Ayuntamiento de Vigo, la Zona Franca de la ciudad y la Autoridad Portuaria firmaban el convenio Abrir Vigo al Mar, un proyecto de transformación urbanística que tenía como objetivo lo evidente: hacer del puerto un lugar accesible para la ciudadanía. En 1993 el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra gana el Concurso Nacional de Ideas para la Ordenación del Frente Marítimo de Vigo y entre 1997 y 1998 se lleva a cabo la construcción. Este domingo, dos décadas después, la obra se ha convertido en protagonista involuntaria de todas las portadas, al derribarse su estructura durante el festival de cultura urbana O Marisquiño, dejando a más de 400 heridos.

Tanto el Ayuntamiento de Vigo, liderado por el socialista Abel Caballero, como la Autoridad Portuaria, dirigida por algunos miembros designados por el Partido Popular, han señalado a la estructura de hormigón que sostiene el paseo como raíz del problema. "Nuestro encargo fue el de colocar un pavimento de madera sobre ese pantalán", explica en conversación con infoLibre el arquitecto Vázquez Consuegra. Esa base sobre la que se asentó la obra se trataba en origen de "una infraestructura portuaria destinada al aparcamiento de los vehículos de los propietarios de los yates" y el encargo de Abrir Vigo al Mar consistía en "dotarlo de un pavimento acorde con el paseo marítimo". El trabajo, por tanto, se basó en "colocar una tarima de madera flotante sobre esa estructura ya existente, que era una solera de hormigón".

Aquella estructura previa, según ha señalado el propio alcalde de la ciudad, contaba hasta el día de su declive con más de 35 años de antigüedad. "Las estructuras de hormigón no son para siempre", observa el arquitecto, quien insiste en que "hay que cuidarlas, protegerlas, sobre todo cuando están sometidas a ambientes tan agresivos como el borde marítimo". En este sentido, "una estructura de hormigón visto necesita un mantenimiento continuado, mucho más en este caso que es estructura de pilotis que se clavan en el agua". Una estructura de pilotis está formada por pilares de hormigón que sostienen un plano horizontal, como es el caso del paseo. 

Si bien el arquitecto expresa cautela a la hora de dirimir las posibles causas del derrumbe, e insiste en esperar a la determinación de los peritos, subraya que "efectivamente es necesario mantenimiento sostenido, continuado y exhaustivo". Aunque Vázquez Consuegra incide en que desconoce si hubo o no mantenimiento, opina que "probablemente las deficiencias podían venir de la falta de mantenimiento de esa estructura de hormigón".

A cuestiones de mantenimiento apunta también el ingeniero Rafael Magro, vicedecano de la demarcación de Madrid del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, quien en declaraciones a infoLibre explica que "sin duda, los ambientes agresivos y el ambiente marino, no sólo el mar, aceleran el deterioro". Lo aconsejable, dice, es realizar "revisiones periódicas y cuando se vea, por ejemplo, que el recubrimiento de las armaduras de una estructura no es el idóneo, repararlo de inmediato". 

El ingeniero coincide asimismo en que las obras marítimas "tienen una vida útil muy larga" pero siempre y cuando estén sujetas, matiza, a dichas revisiones. "Si el programa de revisiones y las pertinentes reparaciones es el correcto, la vida útil de la infraestructura se alarga de forma notable", asevera y recuerda que "un buen mantenimiento evita desgracias como lo que acaba de ocurrir en Vigo".

Magro no elude, por otro lado, la llamada resonancia como posible factor a la hora de explicar el derrumbe. "Todas las estructuras vibran al menos con una frecuencia natural, si sobre ellas actúa una fuerza periódica, puede ocurrir que la estructura entre en lo que se denomina resonancia", explica el experto. Se trata de "un caso no habitual pero muy documentado a lo largo de los años en la ingeniería civil". Para que esto hubiera ocurrido, añade, el público debería haber saltado al unísono durante un periodo de tiempo "suficiente para que la estructura entrara en resonancia con la frecuencia de los saltos". Aunque "no es imposible", el ingeniero admite que resulta "poco probable".

¿Estructura en buen estado?

Las instituciones viguesas han coincidido en señalar que el problema proviene de la gran estructura ya existente durante el inicio de Abrir Vigo al Mar. Cabe preguntarse entonces si, en el momento de materializar el proyecto, sus responsables tuvieron en cuenta el estado de aquella estructura. "Este tipo de obra es competencia de los ingenieros de caminos, pero en cualquier caso, antes de construir sobre una obra ya realizada con anterioridad, es preciso comprobar el estado de la misma", sostiene el Rafael Magro.

A la pregunta sobre si en su momento se detectó que la estructura podía ser problemática, Vázquez Consuegra responde a infoLibre con un no rotundo. "Esa estructura ya existía, serían responsables los calculistas que la hicieron, pero era realmente una plataforma de aparcamientos, por lo tanto en principio era aceptable que pudiera incorporarse la zona peatonal", señala el arquitecto.

Las empresas responsables de construir el pavimento, dentro del proyecto de transformación urbana, fueron Sacyr, S.A. y Arias Hermanos, S.A. bajo la Unión Temporal de Empresas Vigomar. La primera de las constructoras no ha contestado a las preguntas formuladas por este periódico, mientras que la segunda ha confirmado que "efectivamente Arias Hermanos ejecutó esa obra hace 25 años con Sacyr en una U.T.E, obra licitada y dirigida por Zona Franca de Vigo". No obstante, ha señalado un portavoz autorizado de la empresa, Arias Hermanos "ha cambiado de propietarios en estos 25 años en dos ocasiones", la última de ellas hace tan sólo dos meses cuando se incorporan los actuales dueños. "Nos encantaría poder responder a todas vuestras preguntas pero no nos parece responsable hablar de algo que no pertenece a la gestión ni ejecución por parte de la actual compañía, ya que ninguno de los propietarios ni directivos actuales participó en la misma, por lo cual no podemos disponer de esa información", indicó el portavoz. 

Los detalles en torno al origen y el estado de la base de hormigón previa a Abrir Vigo al Mar no están claros. El Consorcio de la Zona Franca de Vigo se intenta desligar de aquella obra. El Ayuntamiento, por su parte, sugiere que sus datos se encuentran en los archivos históricos del Puerto, mientras que la Autoridad Portuaria admite estar investigando esta cuestión pero señala que aquella estructura fue responsabilidad del Real Club Náutico de Vigo.

Desde esta última entidad señalan no saber "qué pasó hace 35 años" y reconocen no tener "históricos informatizados". En todo caso, apuntan, "ese paseo se hizo con motivo de Abrir Vigo al Mar en 1992 y ahí hubo una constructora que hizo obra". El club destaca, asimismo, tener únicamente "concesión de la lámina de agua, pero nada en tierra".

Responsabilidad, mantenimiento y seguridad

A falta de determinar si la raíz del problema parte de un defecto de construcción en las losas de hormigón o de carencias en su mantenimiento, las diferentes autoridades miran hacia otro lado a la hora de asumir responsabilidades. Autoridad Portuaria señala, con el fin de consolidar su versión, a la Ley 10/2017 de espectáculos públicos y actividades recreativas de Galicia, concretamente a su quinto artículo, que fija dentro de las competencias municipales "otorgar las licencias que correspondan en relación con los espectáculos públicos y las actividades recreativas que se desarrollen dentro del término municipal", además de adoptar medidas para "el desarrollo ordenado de los espectáculos públicos", ejercer las funciones "de inspección y control" y realizar las "actuaciones precisas" para su adecuado transcurso.

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Por otro lado, el Puerto vigués también se refiere al convenio de colaboración Abrir Vigo al Mar, donde queda establecido que, por un periodo de 50 años, "el Ayuntamiento se compromete al mantenimiento de toda la actuación en perfecto estado de conservación, bien con sus propios medios o bien con la oportuna contratación de obras y servicios".

Abel Caballero, no obstante, recordó este martes que "lo que se hundió es un muelle competencia exclusiva del Puerto" y añadió que "esto no es opinable". Según subrayó, el Boletín Oficial del Estado (BOE) señala en una orden publicada en abril de 2015 que "aquello es una instalación portuaria náutica-deportiva". El alcalde garantizó asimismo que "se sabrá por quién" fue construida la estructura, "se sabrá cuándo y se sabrá que no formó parte de Abrir Vigo al Mar". Además, el regidor recordó que el mantenimiento del que habla el convenio atañe únicamente al pavimento, pero en ningún caso a la estructura que se hundió.

Como colofón de la polémica, la Xunta de Galicia puso en tela de juicio la regularidad del evento. El Gobierno autonómico aseguró este martes que no existe constancia de la inscripción en el registro electrónico oficial de plan alguno de seguridad de autoprotección por parte de la organización del festival. Por el contrario, fuentes pertenecientes a O Marisquiño señalaron el lunes a infoLibre que sí habían realizado un plan de seguridad, mientras que el propio Abel Caballero confirmó en reiteradas ocasiones que el evento presentó un plan de autoprotección en regla. "En el plan de autoprotección vienen todas las circunstancias de seguridad y eso es lo que el ayuntamiento aprueba, que es a lo que le obliga la ley", indicó al respecto este martes.

En el año 1992 el Ayuntamiento de Vigo, la Zona Franca de la ciudad y la Autoridad Portuaria firmaban el convenio Abrir Vigo al Mar, un proyecto de transformación urbanística que tenía como objetivo lo evidente: hacer del puerto un lugar accesible para la ciudadanía. En 1993 el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra gana el Concurso Nacional de Ideas para la Ordenación del Frente Marítimo de Vigo y entre 1997 y 1998 se lleva a cabo la construcción. Este domingo, dos décadas después, la obra se ha convertido en protagonista involuntaria de todas las portadas, al derribarse su estructura durante el festival de cultura urbana O Marisquiño, dejando a más de 400 heridos.

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