De Artur Mas a Otegi: las voces que 'susurran' a Puigdemont para evitar una repetición electoral

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De la decisión que tome Junts Per Catalunya depende la continuidad de Pedro Sánchez en la Moncloa otra legislatura más. Si votan en contra, el país se vería abocado a una repetición electoral que dejaría la puerta abierta a un gobierno del PP con la extrema derecha. Conscientes de ello, los independentistas catalanes tratan de vender cara su abstención en una eventual investidura del líder socialista. La respuesta pasa por sí o sí por Waterloo, el lugar de residencia del expresident Carles Puigdemont, que aunque ya no ocupa un cargo dentro de la dirección del partido, sigue ostentando el liderazgo moral del espacio. El expresident de la Generalitat aseguró el pasado sábado que "el chantaje político" no hará que Junts vote a favor de la investidura y descartó que la negociación sea en clave personal ante su compleja situación judicial.

Las reivindicaciones de Puigdemont y Junts pivotan, fundamentalmente, sobre dos cuestiones: la autodeterminación y la amnistía para todas aquellas causas judiciales relacionadas con el procés y con las movilizaciones posteriores al 1-O. El PSOE, por lo pronto, cierra la puerta a ambas exigencias y sitúa el límite de la negociación el marco constitucional. Ante la complejidad de las negociaciones, todas las partes apelan a la "discreción" y la sensación general es que el asunto se demorará todo lo que Sánchez y Puigdemont estén dispuestos a aguantar.

En Junts no esconden que esta decisión ha abierto un debate en el seno de la formación entre sus dos almas: los que apuestan por dar un giro más pragmático al partido y los que reivindican una línea más dura para diferenciarse de ERC. Este último sector, encabezado por Laura Borràs, se impuso hace un año en la decisión de salir del Ejecutivo de la Generalitat. Por el momento en el espacio postconvergente apremian a los socialistas a mover ficha.

Ante este incierto escenario hay figuras —más o menos— cercanas a Junts o que ostentan una posición clave en el independentismo que ya están advirtiendo de las consecuencias de votar en contra de una investidura de Sánchez, en un contexto de claro retroceso para el independentismo, que ha perdido nueve escaños respecto a 2019, y de las consecuencias que implicaría para Cataluña tener un gobierno de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal.

Artur Mas (PDeCat)

El antecesor de Puigdemont en el cargo, Artur Mas, es una de esas voces que se ha pronunciado para advertir de las consecuencias de una repetición electoral. Mas no milita en Junts sino en el PDeCat, pero ha pedido al expresident de la Generalitat que sea "más exigente que intransigente" en la negociación de la investidura. En una entrevista en Catalunya Ràdio, Mas ha calificado de "temeridad" la repetición electoral, un "escenario no deseable" porque, a su juicio, se perdería una "oportunidad de oro" para presionar al Gobierno del Estado. Al mismo tiempo ha cerrado ciertas filas con la petición de ERC y ha defendido una "estrategia conjunta de negociación" entre ambas formaciones.

Oriol Junqueras (y la cúpula de ERC)

La cúpula de Esquerra Republicana ha publicado una carta dirigiéndose a su exsocio en el Gobierno de la Generalitat para "sumar esfuerzos" dentro del independentismo para abordar la negociación con Sánchez. Los republicanos coinciden en plantear la amnistía y la autodeterminación, pero también abogan por "dar respuesta a las necesidades de la gente" abordando asuntos como en el traspaso integral de Cercanías y acabar con llamado déficit fiscal, demandas asumibles para los socialistas. La misiva, firmada por el líder del partido, Oriol Junqueras, pero también por el president Pere Aragonès, la secretaria general, Marta Rovira, y sus sendos portavoces en Madrid y Barcelona, Gabriel Rufián y Marta Vilalta, entre otros, forma parte de la estrategia de los republicanos para blindar la vía del diálogo frente a la repetición electoral.

Arnaldo Otegi (EH Bildu)

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Otra de las voces que se ha pronunciado favorablemente sobre la investidura de Sánchez es el líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi. "Inclinaremos siempre la balanza hacia el soberanismo, el progresismo y la izquierda”, aseguró en la noche electoral el abertzale. En los días posteriores a los comicios solicitó "un ejercicio de responsabilidad" a todas las partes, incluido el expresident Carles Puigdemont, a quien le dejó el siguiente recado: "Creo que Cataluña ha votado masivamente para impedir un bloque reaccionario en el Estado español", afirmó, no sin antes matizar que es "absolutamente respetuoso" con lo que decida cada formación. Además, pidió al presidente del Gobierno en funciones que se moviera para allanar el camino al resto de grupos.

Jaume Asens (Sumar)

El hasta ahora presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Jaume Asens, se ha erigido como negociador por parte de Sumar para negociar con Puigdemont una eventual investidura, pese a haber sido apartado de las listas de los comunes. Asens lideró la petición de los indultos y la reforma del código penal, además de haberse desplazado a Waterloo en alguna ocasión y haber visitado a los líderes independentistas cuando estaban en prisión. Desde Junts le reconocen su labor y, pese a las buenas relaciones que mantienen con él, insisten en que la negociación es con los socialistas y no con la coalición de Yolanda Díaz.

María Jesús Montero y Félix Bolaños (PSOE)

La ministra de Hacienda en funciones y número dos del PSOE, María Jesús Montero, está pilotando las negociaciones con los independentistas junto al ministro de la Presidencia en funciones, Félix Bolaños, sobre las que el PSOE quiere mantener absoluto silencio. La palabra "discreción" es la más repetida en las filas socialistas y ni siquiera Montero ha querido confirmar públicamente que Sánchez le haya encomendado esa misión, pero ambos están curtidos en el arte de la negociación tras una legislatura sin mayorías claras. Los socialistas se muestran convencidos de que no habrá repetición electoral aunque son conscientes de los difíciles equilibrios que tendrán que hacer si finalmente logran sacar la investidura adelante.

De la decisión que tome Junts Per Catalunya depende la continuidad de Pedro Sánchez en la Moncloa otra legislatura más. Si votan en contra, el país se vería abocado a una repetición electoral que dejaría la puerta abierta a un gobierno del PP con la extrema derecha. Conscientes de ello, los independentistas catalanes tratan de vender cara su abstención en una eventual investidura del líder socialista. La respuesta pasa por sí o sí por Waterloo, el lugar de residencia del expresident Carles Puigdemont, que aunque ya no ocupa un cargo dentro de la dirección del partido, sigue ostentando el liderazgo moral del espacio. El expresident de la Generalitat aseguró el pasado sábado que "el chantaje político" no hará que Junts vote a favor de la investidura y descartó que la negociación sea en clave personal ante su compleja situación judicial.

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