Podemos asume que sobreactuó en su estreno en el Congreso y dirigirá el foco a su diálogo con el PSOE

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La dirección de Podemos se repliega ante la polémica generada por sus gestos en la jornada de constitución de las Cortes Generales. Fuentes de la cúpula del partido admiten que no calcularon bien la repercusión mediática que iban a tener las elaboradas fórmulas utilizadas de sus diputados para prometer la Constitución o la presencia del bebé de Carolina Bescansa en el Congreso, y por ello su intención es intentar centrar sus mensajes en los próximos días y semanas en la negociación sobre los grupos parlamentarios y la posible investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

La constitución de un Congreso de los Diputados inundado de caras nuevas fue, también, un compendio de escenificaciones de algunos grupos. Las más comentadas, sin embargo, fueron las de Podemos y sus alianzas territoriales –En Comú Podem, Compromís-Podemos-És el moment y En Marea–, que prometieron sus cargos con una larga fórmula en la que algunos no dudaron en utilizar lengua de signos (así lo hizo Pablo Iglesias), apelar a la reforma constitucional o incluso sacar un ramo de flores como símbolo del compromiso para la defensa del medio ambiente (la opción que escogió Rosa Martínez, una de las tres parlamentarias de Equo integradas en Podemos).

El gesto que más cola trajo, sin embargo, fue el que protagonizó la número tres de Podemos, Carolina Bescansa, que se llevó a su hijo de cinco meses al Congreso, lo que suscitó críticas de algunos diputados e incluso del ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, que aseguró que es “muy lamentable instrumentalizar a los niños con fines políticos”. La propia Bescansa, por su parte, justificó su gesto como una acción para "visibilizar más el trabajo de las mujeres que crían a sus hijos", y el partido explicó que se trató de un "gesto simbólico por la reivindicación de todas las mujeres que tienen que poder conciliar vida familiar y personal y vida laboral y hoy día no pueden".

En cualquier caso, la dirección de Podemos ha llegado a la conclusión de que calculó erróneamente la dimensión mediática que iba a tener el conjunto de sus gestos del pasado miércoles. "Hubiera bastado con lanzar otros mensajes" que expresasen ideas similares, admiten los dirigentes consultados, que reconocen que sus diputados sobreactuaron, por ejemplo, a la hora de prometer la Constitución con la fórmula "Prometo acatar la Constitución y trabajar para cambiarla. Nunca más un país sin su gente y sin sus pueblos", acompañada de una frase escogida por cada uno de los parlamentarios.

Las fórmulas fueron múltiples y provocaron airadas protestas desde la bancada del PP. "Prometo acatar esta constitución y trabajar para cambiarla. Por la soberanía del pueblo, por una España nueva, per la fraternitat entre els pobles. Porque fueron somos, porque somos serán. Nunca más un país sin su gente" sostuvo el número dos de Podemos, Íñigo Errejón; "Viva España. Viva el pueblo. Vivan los trabajadores", prometió por su parte el secretario de Relaciones con la sociedad civil, Rafael Mayoral. 

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Pero no sólo algunos diputados se quejaron de la actitud de los parlamentarios de Podemos: medios como El Mundo publicaron editoriales en los que pidieron "reformar el Congreso sin convertirlo en un espectáculo". Y es que la cúpula de la formación morada lamenta que la táctica elegida para visibilizar su entrada al Congreso ha eclipsado, por ejemplo, la presencia en el hemiciclo del diputado por Segovia Pedro Gómez de la Serna, expulsado del grupo parlamentario del PP y que ha pedido su baja del partido al estar siendo investigado por varios delitos, entre ellos supuestamente encabezar una organización criminal.

Por ello, la intención de los dirigentes del partido morado es tratar de centrar sus mensajes en las diferencias que mantienen con el PSOE a la hora de pactar asuntos como los grupos parlamentarios –el plazo para registrarlos termina el martes 19– o la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. En este sentido, Iglesias también lanzó mensajes el pasado miércoles con un tono muy duro: "Creo que la gente que te votó no quería que te pusieras de acuerdo con el PP. Ojalá nos hubiéramos podido entender, pero para estar con el PP con nosotros no cuentes", espetó en referencia a Sánchez, a quien acusó de haber formado un "trío del bunker" con los líderes del PP y Ciudadanos, Mariano Rajoy y Albert Rivera.

El líder de los socialistas calificó este jueves de "pataleta" de "niño pequeño" las declaraciones de Iglesias tras su pacto con Ciudadanos, e insistió en la necesidad de alcanzar un "pacto a la portuguesa" entre las fuerzas a las que "une el cambio". Pero el número dos de Podemos, Íñigo Errejón, respondió asegurando que "en políticas hechos son amores y no buenas razones". "Uno no puede estar repitiendo por las mañanas 'Portugal, Portugal, Portugal' y, por las tardes, cuando tiene que tomar su primera decisión de la legislatura: 'Alemania, Alemania, Alemania'", criticó Errejón, que sin embargo señaló que su partido tiene "la mano tendida" sin "ninguna línea roja" pero con "convicciones".

La dirección de Podemos se repliega ante la polémica generada por sus gestos en la jornada de constitución de las Cortes Generales. Fuentes de la cúpula del partido admiten que no calcularon bien la repercusión mediática que iban a tener las elaboradas fórmulas utilizadas de sus diputados para prometer la Constitución o la presencia del bebé de Carolina Bescansa en el Congreso, y por ello su intención es intentar centrar sus mensajes en los próximos días y semanas en la negociación sobre los grupos parlamentarios y la posible investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

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