Ayuso redobla su desprecio a las víctimas en residencias tras cinco años negando el Protocolo de la Vergüenza

Descuelgan el teléfono sin ocultar su malestar ni maquillar su tono de voz. Han pasado tan sólo unas pocas horas desde que el jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, mintiese y atacase a los familiares de las víctimas de las residencias de la Comunidad de Madrid. "Es una más. Nos insultan constantemente y desde el principio", lamenta Carmen López, portavoz de Marea de Residencias. Sus palabras denotan la resignación de quien ha vivido los últimos cinco años escuchando frases similares. Pero también un enorme enfado. "Han calumniado a una compañera y vamos a ir a por todas contra él", añade María Jesús Valero, del colectivo 7291 Verdad y Justicia. Las dos organizaciones ya han exigido la dimisión de Rodríguez, que por su parte pidió disculpas por la mentira lanzada en la noche del domingo. Pero eso sí: sin borrar el mensaje ni rectificar en el resto de sus palabras.
Todo ocurrió tras la emisión del último programa de Lo de Évole. El que fuera director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, se sentó frente al periodista Jordi Évole con motivo de los cinco años del inicio la crisis sanitaria. Así que también hubo hueco para rememorar lo que ocurrió en las que se convirtieron en la zona cero del covid-19. "Mi madre tenía 88 años y la última vez que la vimos fue el sábado anterior al cierre de las residencias, en marzo de 2020. A partir de ahí empezó la pesadilla", contó ante las cámaras la hija de una de las ancianas fallecida en un geriátrico madrileño durante la primera ola. Como ella, hubo otras 9.467, 7.291 sin asistencia sanitaria. "Eso no puede quedar en el olvido", sentenció la mujer.
Fue entonces cuando la mano derecha de Ayuso utilizó las redes sociales para asegurar que mentía. "Ya tengo comprobado que la primera señora [...] no tenía a su madre en ninguna residencia de la Comunidad de Madrid", publicó. El lunes por la mañana, menos de doce horas después, rectificó. Pero sólo en lo relativo a su identidad. Rodríguez no hizo ni un sólo comentario sobre el mensaje en el que advirtió con investigar a los familiares de las víctimas. Tampoco explicó cómo había comprobado que el testimonio de aquella mujer era cierto. Y tampoco mencionó nada sobre el cuestionamiento que hizo de las propias víctimas. "Si estos testimonios nos dan su nombre, comprobaremos si es verdad y cuántas veces al año visitaban a sus familiares. No vaya a ser que es mentira" [sic], publicó.
Desde ese momento, los chats de las plataformas de los familiares fueron un hervidero de mensajes. "Estuvimos hasta las dos de la mañana únicamente intentando digerir lo que había pasado", recuerda Valero, todavía incrédula. No es la primera vez que tiene que hacerlo, pero aun así ella se sigue sorprendiendo de este tipo de declaraciones. "Y creo que todavía nos queda muchísimo por oír", lamenta.
El Gobierno de Ayuso y su equipo de propaganda llevan desde 2020 negando que no se diera asistencia sanitaria a esas 7.291 personas fallecidas. Cinco años vetando que la Asamblea de Madrid investigue, o siquiera aborde, lo sucedido en las residencias de mayores de la región. Y cinco años de un continuo desprecio a miles de familias que, aseguran, todavía no han podido pasar página. "Hay días en los que estamos tranquilos porque no hay novedades, pero cuando escuchamos un improperio de este tipo recordamos automáticamente todas las barbaridades y mentiras que se nos han dicho", denuncia Valero.
Del "ya lo han superado" al "no se salvaban en ningún sitio"
Es lo que los expertos llaman "revictimización". Cada vez que una institución les ignora o les lanza acusaciones de este tipo, ocurre. De hecho, las plataformas de familiares y la organización Psicología Sin Fronteras ya iniciaron un proyecto para ayudar psicológicamente a todos los familiares que todavía no han podido superarlo. Porque muchos siguen de baja. O medicándose. Y ocurre aunque el que fuera portavoz del Ejecutivo madrileño, y hoy presidente de la Asamblea de Madrid, Enrique Ossorio, afirmase hace ya más de dos años que los familiares de las víctimas "ya lo han superado". "Volver a esto, por interés electoral, no es procedente", dijo en una rueda de prensa.
Ese ha sido uno de los argumentos más utilizados. Para el Gobierno de Ayuso, la tragedia de las residencias no es más que una forma de hacerle oposición. Desde la política, pero también desde los medios de comunicación. Así lo expresó hace apenas tres días la propia presidenta, cuando en un acto en Ribadeo (Lugo) respondió que este asunto no es más que una polémica creada "por una plataforma política organizada por resentidos del PSOE y Más Madrid que se quedaron fuera de las listas" y que actúan junto a "una serie de periodistas activistas que nunca han querido conocer la verdad". "Están utilizando una cifra inventada y muchas familias nos han escrito para pedir que les bajen de esas cifras porque les da vergüenza", aseguró, entre aplausos de los presentes.
Hasta ese día constaba tan sólo una petición en ese sentido. Al menos de manera oficial, aunque el Gobierno se ha negado en varias ocasiones a detallar por parte de quién venía. E incluso de mostrarla. Fue en diciembre, y en mitad de un Pleno en la Asamblea, cuando Ayuso leyó el escrito que supuestamente había recibido por parte de Raúl, el hijo de un fallecido en una residencia de Madrid "perfectamente asistido y en paz". En la misiva, el firmante cargaba expresamente contra la "secta" de Más Madrid, que utilizaba las muertes, decía, con pretensiones "espúreas y meramente electorales". "No se puede ser más vil y miserable", sentenciaba la carta.
No era esa ni muchísimo menos la primera vez que la gestión de los geriátricos durante la crisis sanitaria se covertía en orden del día en la Cámara. Fue ese también el escenario en el que Ayuso preguntó "con qué dinero están pagando" las familias todas las iniciativas judiciales. Y donde escucharon también una de las declaraciones que más daño les ha causado.
Ocurrió hace ahora, exactamente, un año. Después de que la líder de Más Madrid, Manuela Bergerot, leyera los testimonios recogidos por las actas que la Policía Municipal redactó desde varios geriátricos madrileños durante las peores semanas de la pandemia, Ayuso quitó importancia a lo ocurrido asegurando que "había muertos en todas partes". "En las casas, en los hospitales, en las residencias, todo colapsado. ¿Y sabe lo que sucedía también? Que mucha gente mayor cuando iba a los hospitales también fallecía. Porque cuando una persona mayor está gravemente enferma con el covid-19, con la carga viral que había entonces, no se salvaba en ningún sitio", aseguró.
Del "borrador" al pasó "en todo el mundo"
Nunca antes había hablado de derivaciones a los hospitales sin negar la existencia de un protocolo que de facto lo prohibió en lo peor de la pandemia. Como desveló infoLibre, el 18 de marzo de 2020 la Comunidad de Madrid aprobó y distribuyó la primera versión de su Protocolo de la Vergüenza, un documento que, literalmente, estableció "criterios de exclusión" que impidieron la derivación de miles de residentes desde los geriátricos madrileños hasta el hospital. Y que era de obligado cumplimiento, según ha declarado ante el juez, y en varias ocasiones, el que en aquella época era consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero. Y también directoras de varios centros.
Sin embargo, Ayuso y todo su Gobierno defendieron desde el primer momento que el documento no era más que un "borrador" que, por tanto, no se cumplió. Al menos no de manera obligada. Lo que ocurrió en las residencias de mayores, han defendido y todavía hoy defienden, ocurrió "en todo el mundo". Madrid no tuvo nada de especial. Lo repitió de hecho la propia Ayuso el viernes en Ribadeo. "Murió gente en toda España, en residencias de todo el país", defendió. Y esas declaraciones son ciertas, pero es que tienen matices.
La presidida por Ayuso fue la única comunidad donde se aprobó y aplicó un protocolo tan restrictivo. Afectaba tanto a personas con covid como a personas con otras patologías. Por tanto, el elemento clave que utilizó el Gobierno madrileño para decidir si un residente podía recibir o no asistencia en un hospital fue si esa persona era capaz de moverse por sí misma o si entendía los mensajes que recibía. En otras comunidades, como Cataluña, se aprobaron también Protocolos que suponían una discriminación de las personas mayores. Pero no de la misma manera. Y los datos lo demuestran: En los meses de marzo y abril de 2020, el 77% de los residentes fallecidos en Madrid lo hicieron en el propio centro residencial y en Cataluña esa cifra se situó en el 72%.
"La pandemia se cebó con Madrid", dijo sin embargo Ayuso el viernes. Y cuestionó hasta las cifras. "Esa plataforma de resentidos políticos [...] ha intentado llevar a los tribunales esa verdad sin contar que murió gente en otras comunidades autónomas. ¿Cuántos muertos ha habido en España por la pandemia? Si ni siquiera la gente lo sabe, el Gobierno no sabe ni cuánta gente se le murió. ¿Sí sabe usted la cifra, con comas, de la Comunidad de Madrid? Qué suerte tiene", espetó en la rueda de prensa, provocando carcajadas y aplausos de los presentes.
Comparecencias vetadas porque sirven para "hacer política"
Pero los desprecios a los familiares de los fallecidos en residencias no terminan ahí. Más allá de las palabras, señalan desde las dos organizaciones principales de familiares, también ha habido hechos. Y no pocos. "Intentaron callarme en la Asamblea, han bloqueado la comparecencia de miembros de la comisión ciudadana y han impedido que se reabra la de investigación", relata Carmen López.
No olvida lo que pasó el 4 de marzo. Apenas pudo enlazar dos frases seguidas en la comisión de Familia y Asuntos Sociales cuando fue interrumpida por el presidente del organismo, el diputado conservador Miguel Ángel Rumayor, que no quiso seguir escuchando después de que López llamase "víctimas" a las 7.291 personas fallecidas en residencias. "Tiene que hablar usted de la situación de las residencias, está usted hablando de un suceso de hace cuatro años", le dijo. "Considero que para hablar de las residencias en la actualidad y el futuro es preciso analizar el pasado y el presente", respondió ella. "Ha hecho política", sentenció él.
Esa explicación es parte del argumentario. Y de las razones que han ofrecido miembros del PP en otras ocasiones para frenar otras comparencias. Según denunciaron en varias ocasiones desde el PSOE y Más Madrid, la maquinaria de los conservadores madrileños han bloqueado varias veces que los miembros de la Comisión de la Verdad —el tribunal ciudadano que cifró en informe en hasta 4.000 el número de mayores que podrían haberse salvado si no se hubiera aplicado el Protocolo de la Vergüenza— pisaran la Asamblea. Ni Fernando Lamata, médico, experto en gestión y administración sanitaria, ni la epidemióloga María Victoria Zunzunegui han podido hacerlo.
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Fuera de las instituciones, además, el PP de Ayuso también ha tratado de silenciar los actos organizados en torno al informe de la Comisión de la Verdad. E incluso acciones de denuncia de lo ocurrido en las residencias durante los peores meses de la pandemia.
Por eso el de Miguel Ángel Rodríguez ha sido tan sólo un capítulo más de lo que las familias consideran un "catálogo de la infamia". "Por desgracia, son reiteradas las actuaciones de altos cargos del Gobierno madrileño que hieren a las víctimas y sus familiares. No nos vamos a rendir", lamentaron.
Tras su comunicado, también desde Más Madrid y PSOE han pedido la dimisión de Rodríguez. O, al menos, su cese. "Le pregunto si le parece que una persona que dedica sus noches a amenazar y difamar a las víctimas del peor episodio de la pandemia puede ser el jefe de gabinete de la Presidenta de la Comunidad de Madrid", preguntó Bergerot a Ayuso. "Estamos a la espera de que el Gobierno de la Comunidad de Madrid dé señales de alguna humanidad y de alguna empatía", añadió la portavoz socialista Mar Espinar. El portavoz del PP en la Asamblea, Carlos Díaz Pache, se ha limitado a asegurar que una vez que Rodríguez ha reconocido que "ha cometido un error y ha pedido disculpas", "no hay mucho más que decir sobre el tema".