LA BATALLA DEL 28M
La batalla manchega: los candidatos ignoran a Madrid y a Page sólo le vale la mayoría absoluta
Diecisiete. Este es el número mágico en Castilla-La Mancha. Supone la barrera de la mayoría absoluta en unas Cortes con 33 escaños. Y es la cifra que necesita Emiliano García-Page para seguir al frente de la Junta y revalidar el 28M por tercera vez la Presidencia de esta comunidad.
La batalla de Castilla-La Mancha será una de las claves de esa macronoche electoral, en la que van a las urnas doce comunidades autónomas y los más de 8.100 ayuntamientos. Y se trata de uno de los principales bastiones de los socialistas, un objetivo a la vez muy anhelado por Alberto Núñez Feijóo para intentar pintar de azul el mapa de España tras esa cita.
Una guerra muy particular, con su propia idiosincrasia electoral. Además, con un marcado perfil propio, en el que los propios candidatos no siguen al pie de la letra lo que mandan las directrices desde Madrid y que se han salido en los últimos días de las líneas estratégicas para ese 28M marcadas por comités electorales y gurús capitalinos.
García-Page sigue mostrando esa personalidad sin ataduras, confrontando en algunos temas con el propio Gobierno central y con la calle Ferraz. Y busca precisamente esa identificación propia de cara al electorado desmarcándose de Pedro Sánchez. Así entiende que se gana en su tierra. Con esa imagen de que no se calla nada y que no está bajo el yugo del partidismo.
El PP ya no defiende la lista más votada
Pero es que desde el PP, Francisco Núñez se ha saltado el discurso esta semana marcado por Génova 13 de pedir que gobierne la lista más votada (un argumento exprimido principalmente por Alberto Núñez Feijóo pensando en el panorama después de las generales a finales de año). El aspirante conservador es un pupilo de María Dolores de Cospedal, que luego mostró sintonía con Pablo Casado (al que conocía de toda la época de Nuevas Generaciones) y ahora se muestra al lado de Alberto Núñez Feijóo, después de haber participado en el apuñalamiento político del exlíder en Génova 13 aquella cainita noche del 23 de febrero.
Núñez, a pesar de su posicionamiento con Feijóo, no seguirá su doctrina y ha declarado que pactará con Vox si le dan los números aunque no gane en votos la noche del 28-M. El pasado lunes lanzó: "Tengo claro que vengo a gobernar y hacerlo ganando al PSOE. Interpretaré los resultados y haré lo mejor. Estoy para gobernar y para formar Gobierno, pero la democracia manda y los ciudadanos decidirán con su voto". En un primer momento, Génova insistió en que su propuesta, según remarcó en rueda de prensa Borja Sémper, era que en comunidades y ayuntamientos gobierne la lista más votada (y que luego se pactaran en las cámaras las leyes). Pero ahora el propio líder nacional del partido, durante su visita a Cuenca este miércoles, se autoenmendó, soltando ahora que se trata de una petición exclusivamente para las municipales.
Podemos no votaría a Page en la investidura
Pero no sólo el PP se sale del guion establecido. También Podemos quiere marcar territorio y se aleja de la estructura de coaliciones establecidas entre PSOE y UP, en la que siempre la elección de los miembros de cada ala lo hace el propio partido. Pero, el candidato morado, José Luis García-Gascón, ha avanzado que vetaría a García-Page, en el caso de que diera la suma entre los dos espacios, y exigiría a los socialistas otra figura para la investidura.
Esta será su postura, afirmó, "mientras Emiliano García-Page siga atacando al Gobierno de coalición progresista y siga haciendo políticas de derechas alineándose con el PP de Alberto Núñez Feijóo". "Entraríamos desde el principio y no a media legislatura, tras una negociación con un acuerdo más ambicioso y formando un Gobierno delimitando consejerías, competencias y presupuesto suficiente, con poder para cambiar la vida de la gente", formuló el miembro de UP, marcando distancia con la estrategia que se siguió en la legislatura 2015-209, cuando se formó la coalición dos años después de la investidura.
El escenario: encuestas para Page y una ley electoral restrictiva
Pero ese escenario parece poco probable, tanto porque las encuestas dibujan otro panorama y por el rechazo que ya ha hecho a esa opción que ha hecho el propio Page. Actualmente, el socialista gobierna con mayoría absoluta, con 19 escaños en las Cortes regionales, mientras que se sientan allí también el PP (10) y Ciudadanos (4).
Los sondeos vuelen a apuntar a una mayoría de García-Page, con el PP como segunda fuerza. A Cs se le da ya por amortizado y no aparece en los barómetros. Sí tiene posibilidades de entrar Vox, y Podemos mantiene débiles esperanzas. En la encuesta de diciembre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), se vaticinaba este escenario: PSOE (15-22), PP (6-13), Vox (1-6) y Unidas Podemos (0-4). Según Sigma Dos para El Mundo, en un estudio de finales de noviembre, Page tendría entre 16 y 17 asientos en el Parlamento, en tanto que Nuñez se haría con 14-15 y la ultraderecha entraría con dos.
En el entorno de García-Page, hacen la reflexión de que el escenario de bloques no ha cambiado respecto a hace cuatro años: mayoría absoluta del PSOE o suma de las derechas (en esta ocasión sería el PP con Vox y no con Cs). A los naranjas ya los ven fuera del Parlamento y creen casi imposible que entre Unidas Podemos, en virtud del sistema electoral.
Y es que la ley que impera fue la aprobada, cuando tenía mayoría absoluta, por parte de María Dolores de Cospedal. Entonces se disminuyó a 33 el número de parlamentarios, reduciendo muchas las posibilidades de entrada de partidos más pequeños. Lanzan esta reflexión fuentes socialistas: “Tenemos los mismos diputados para cinco provincias que La Rioja, diez veces más pequeña, con una sola provincia. Para que una tercera fuerza entre tiene que pasar del diez por ciento”. Ahí ven con posibilidades a los de Santiago Abascal, que estarían, según sus cálculos entre el diez y el once por ciento, con Toledo como la circunscripción más proclive. A pesar de las críticas del PSOE a este sistema, no se ha cambiado porque, explican, habría que ir al Congreso y allí el PP no está por la labor. “¿Qué hacemos? ¿La sacamos con ERC y Bildu?”, lanzan desde la federación socialista.
A Page sólo le vale la absoluta
“Nos la jugamos a la mayoría absoluta”, recalcan fuentes cercanas al presidente autonómico. A su favor, observan, está que García-Page “se ha consolidado todavía más como referente político y social”. Ponen en valor también el alto grado de conocimiento: “Incluso el CIS nos da subiendo en voto”. Son datos “coherentes” con las encuestas internas que manejan, apostillan las fuentes consultadas.
Además, después del anuncio de no respetar la lista más votada, ven a Francisco Núñez “a la desesperada”. También apuntan que el candidato del PP lleva años sin esconder que pactaría con la ultraderecha, esto en un momento en el que se ven claramente los problemas del Gobierno de Alfonso Fernández Mañueco y Juan García-Gallardo en Castilla y León. Sobre las palabras de Unidas Podemos, en el entorno de Page lanzan: “Después de cuatro años de vacaciones, ahora quieren sacar la cabeza”.
El líder socialista lleva como principales credenciales a las urnas, según confiesan los suyos, el haber cumplido con el programa y mostrará con orgullo haber contestado a la pandemia con el mayor incremento en la sanidad pública (se ha pasado de 24.000 profesionales sanitarios a 35.000). También ondeará como bandera electoral que se haya seguido creando empleo. Además, señalan las fuentes, respecto al contexto nacional, se “ha mantenido una posición coherente con lo que se ha hecho toda la vida y con el discurso histórico de la comunidad”.
Desde el entorno de Page se defiende que se personalice la campaña y creen que Ferraz ha tomado respecto a eso una posición inteligente. Manifiestan que quieren tratar temas autonómicos y no, como Isabel Díaz Ayuso, asuntos generales. “Hablaremos del hospital público de Toledo. Es el marco en el que gana la izquierda”. De esa manera se entierran asuntos que chocan con Sánchez como la fórmula de alianzas en el Congreso o la reforma de la malversación, aunque en las últimas semanas se han visto sintonías en otras cuestiones como el proyecto de decreto sobre el Tajo.
Qué piensan los electores
Castilla-La Mancha tiene sus propios parámetros electorales y sociológicos. Según los datos recogidos por el CIS, el 56,9% califica de “buena” o “muy buena” la situación de la comunidad frente al 27% que dice que es “mala” o “muy mala” y el 15,7% la tilda de “regular”. Además, también ganan los que creen que la gestión de García-Page es buena, con un 55,5% frente a los que la tachan de mala (33,3%) y regular (8,7%).
Los aspectos que tiene mejor nota de los ciudadanos en la comunidad son la gestión turística, la seguridad, la cultura y la educación, mientras que las peores valoraciones están relacionadas con las posibilidades para hacer negocios o para encontrar un trabajo. En general, se aprueba, con un 5,08, la gestión llevada a cabo por el Ejecutivo socialista.
Con una característica muy especial, según recoge el CIS: es la única autonomía de las que va a elecciones el próximo 28-M en la que los temas nacionales tienen más peso que los autonómicos (49,2% frente a 43,3%). Los votantes tendrán, reconocen en el sondeo, más en cuenta al candidato que al partido. Esto explica mucho la estrategia del propio Page, centrado en tirar él y distanciándose muchas veces de Sánchez. Eso sí, el PSOE sigue siendo el partido que despierta más simpatía en la autonomía, con 5,6 puntos más sobre los populares. Y los habitantes se sitúan en el centro izquierda, autoasignándose un 4,93 de media en la escala ideológica (con el 1 en el lado más izquierdo y el 10 en el extremo derecho). Destaca también que es la autonomía de la que va a elecciones con el porcentaje más alto de católicos practicantes (un 24,2%).