El capitán de un barco con aceite de palma retiene a seis activistas de Greenpeace en el Golfo de Cádiz

3

infoLibre

Seis activistas de Greenpeace han sido retenidos durante la mañana de este sábado tras subir a bordo, en aguas del Golfo de Cádiz, de un barco que transportaba aceite de palma "procedente de la destrucción de los bosques de Indonesia". Según ha informado la propia organización ecologista en un comunicado y que recoge Europa Press el capitán del barco Stolt Tenacity ha arrestado en un camarote a los activistas y ha cambiado el rumbo del barco una vez que ya se había llegado a aguas portuguesas para volver a España.

Desde Greenpeace explican que el cargamento procede de la multinacional Wilmar International, el mayor comerciante de aceite de palma del mundo, y se dirigía a los Países Bajos. Es, por ejemplo, el principal proveedor de aceite de palma de la multinacional Mondelez, fabricante de las galletas Oreo. También se usa en los chocolates Cadbury o las galletas Ritz.

El grupo de activistas, procedentes de Indonesia, Alemania, Reino Unido, Francia, Canadá y Estados Unidos, ha subido a bordo del barco "de manera pacífica para protestar contra la destrucción de la selva en Indonesia". Antes de ser detenidos, desplegaron pancartas con mensajes en inglés que decían "Save our Rainforest" y "Drop Dirty Palm Oil" ("Salvemos nuestra selva tropical" y "Abandonemos el aceite de palma sucio").

 

El capitán ha sido "previamente informado" de la naturaleza pacífica de la protesta por la tripulación del barco de Greenpeace Esperanza, que se encuentra en la zona, según detalla la organización ecologista. "Tenemos un contacto limitado con los activistas del barco y hemos pedido al capitán que los libere para que puedan continuar protestando pacíficamente contra compañías como Wilmar que proveen de aceite de palma procedente de la destrucción de las selvas tropicales a los supermercados y consumidores", ha declarado Hannah Martin, portavoz de la Campaña a bordo del Esperanza.

Activistas de Greenpeace escalan una central térmica en A Coruña para pedir el fin de la quema de carbón

Ver más

Una investigación reciente realizada por Greenpeace desveló que Wilmar "ha destruido 70.000 hectáreas de bosque tropical en el sudeste asiático en dos años, así como evidencias de trabajo infantil, explotación de trabajadores, deforestación ilegal, incendios forestales y acaparamiento de tierras". Desde Greenpeace señalan que "la deforestación tropical produce más emisiones de gases de efecto invernadero al año que toda la Unión Europea, superando a todos los países excepto a Estados Unidos y China", y remarcan que, en octubre de 2018, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático pidió "el fin inmediato de la deforestación para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados".

Desde la sede de Mondalez en España remiten a un comunicado oficial en el que explican que dan "prioridad a los proveedores que cumplan con nuestros principios" y se compromete a excluir "a aquellos que no lo hacen". La multinacional defiende su voluntad de "erradicar la deforestación en las regiones en las que se produce el aceite de palma", asegurándose de que lo hace "en tierras legalmente adaptadas para ello, sin provocar la deforestación o  pérdida de turberas, y donde se respeten los derechos humanos y no se utilice mano de obra forzada o infantil".

Greenpeace, sin embargo, afirma que las en torno a 300.000 toneladas de aceite de palma que compra Mondelez para elaborar sus productos no poseen un origen sostenible. A pesar de que Mondelez firmó en 2014 un compromiso contra la deforestación, la ONG asegura que la empresa continúa llevando a cabo las mismas prácticas.

Seis activistas de Greenpeace han sido retenidos durante la mañana de este sábado tras subir a bordo, en aguas del Golfo de Cádiz, de un barco que transportaba aceite de palma "procedente de la destrucción de los bosques de Indonesia". Según ha informado la propia organización ecologista en un comunicado y que recoge Europa Press el capitán del barco Stolt Tenacity ha arrestado en un camarote a los activistas y ha cambiado el rumbo del barco una vez que ya se había llegado a aguas portuguesas para volver a España.

Más sobre este tema
>