Da igual el líder que esté al frente en ese momento. Pero el Partido Popular lleva muy a gala dos cuestiones que sus presidentes, se llamen como se llamen, siempre sacan a pasear en sus mítines de campaña y actos públicos. Una: que, con más 700.000 afiliados, son el partido con más militantes de España. Y dos: que ellos, a diferencia de otras formaciones, tienen un solo discurso y no 17, uno por comunidad autónoma.
La máxima de la unidad de discurso, tanto en el fondo como en la forma, cayó por su propio peso en los últimos días a raíz de la crisis por la alerta sanitaria del coronavirus. Tras una rueda de prensa en la que Pedro Sánchez trasladó a los ciudadanos las durísimas medidas a tomar a partir de ahora —la segunda vez que en España se decreta el estado de alarma— Casado compareció ante la prensa para destacar que el Gobierno no había estado "a la altura". Las críticas por la tardanza en aplicar medidas, por no haber suspendido la marcha del 8M, y por la "división" en el seno del Consejo de Ministros chirriaron cuando se le escuchó decir minutos más tarde que en él Sánchez iba a encontrar "lealtad" y "responsabilidad". Veinticuatro horas después, todos los barones de su partido, con mensajes más o menos contundentes, cerraban filas con el Gobierno y sus medidas tras haber mantenido una videoconferencia con el presidente del Gobierno.
Pero el Pablo Casado del sábado, que llegó a decir que "el retraso con el que Sánchez ha gestionado esta crisis ha tenido unas consecuencias evidentes en la propagación de esta pandemia por todo el territorio nacional", se difuminó este lunes en el tono y en el mensaje. Sin reproches, trasladó al líder de los socialistas "todo el apoyo" de su partido para sacar adelante las medidas que sean necesarias, incluso "si hubiera algún retraso o condicionamiento de sus socios de Gobierno o investidura".
Este martes se celebra un Consejo de Ministros crucial en el que deben aprobarse medidas económicas para paliar los efectos de la crisis del coronavirus en ciudadanos y empresas. En esta ocasión, a diferencia de lo que hizo el sábado, Casado optó por no hurgar en la herida de posibles diferencias en el seno del gabinete del presidente y de "divisiones" en el Consejo de Ministros. Se limitó a ofrecer su apoyo y el del resto del Grupo Parlamentario Popular.
El "escándalo" del Consejo de Ministros
¿A qué se ha debido este cambio? ¿Forma parte de un cambio de estrategia? En el partido aseguran que Casado actúa "como toca" en base a las situaciones que se le presentan. Y que lo ocurrido el sábado, en un Consejo de Ministros que se dilató horas fue "un escándalo".
Señalan que el presidente del PP siempre ha puesto por delante su "lealtad" a Sánchez en un momento tan delicado. Pero que la forma en la que se han dado los pasos para el decreto del estado de alarma no ha sido adecuada a la gravedad de la situación. Señalan que el Gobierno llevaba días sabiendo que no había tiempo que perder. Y que, por ello, fue "inexplicable" que el decreto de alarma anunciado el viernes no se aprobara hasta el sábado.
Tampoco ha sido muy tranquilizador, señalan, que se filtraran diferencias en el seno del Consejo de Ministros en lo relacionado con el alcance de las medidas económicas a aplicar para paliar los efectos del coronavirus. Ahora que van conociendo algunas de las iniciativas, a raíz de las comparecencias de los diferentes departamentos y de la videoconferencia entre Casado y Sánchez de este lunes, es cuando el jefe de los conservadores ha moderado su reacción. "Actúa como toca", insisten.
"Se han hecho cosas mal. Pero tiempo habrá de que se expliquen", señala un dirigente provincial en conversación telefónica con infoLibre. De momento, recuerda la misma fuente, el presidente del Gobierno comparecerá este miércoles en el Congreso de los Diputados para dar cuenta del decreto por el que se declara el estado de alarma. "Toca que vaya por el estado de alarma, pero llevábamos días ya pidiéndolo".
El 'cierre de filas' de los barones
Otros dirigentes consultados meten algunos elementos más en la coctelera a la hora de explicar el cambio de tono de su jefe de filas.
Hay quienes creen que algo ha tenido que ver que sólo 24 horas después de su dura intervención, todos los presidentes regionales del PP, sin excepción, cerraron filas con las medidas del Ejecutivo para atajar la pandemia y se sumaran a un comunicado del que solo se apeó el presidente de la Generalitat, Quim Torra.
"No es contradictoria una cosa con la otra. Casado es el presidente del partido, el líder de la oposición. Ya ha dicho que tiempo habrá de que se exijan responsabilidades, pero el sábado no pudo callar que a esto el Gobierno llega tarde. Nos jugamos mucho y nos puede costar muy caro", señala uno de los dirigentes consultados en defensa de la actitud de su líder.
Pese a que en el partido insistían en que todos miran en la misma dirección, el mensaje de Casado del sábado distaba mucho, por ejemplo del Alberto Núñez Feijóo, el único barón regional que gobierna con mayoría absoluta.
Tras asistir a una videoconferencia con Sánchez y el resto de presidentes autonómicos señaló que no era "el momento de ver lo que se podría haber hecho y no se hizo, sino el momento de ver qué pueden seguir haciendo juntos".
"Andalucía está al lado del Gobierno de España para luchar contra el coronavirus y así lo trasladaré en la videoconferencia de presidentes. Confío en que Sánchez entienda también que las comunidades autónomas necesitamos más recursos para esta batalla", diría Juanma Moreno, que preside la comunidad en coalición con Ciudadanos.
Ni siquiera se desmarcó de la foto de unidad de los líderes autonómicos la presidenta de la Comunidad de Madrid. Antes de que Casado exhibiera un perfil más duro este sábado, Isabel Díaz Ayuso fue la dirigente conservadora que se erigió en contrapeso del Gobierno en la gestión de esta crisis. Su comunidad lidera el número de muertes y contagiados y exigía que no se dilataran las medidas.
¿Ha medido su reacción?
De forma paralela, en sectores del PP había incomodado la dureza de las palabras de Casado el sábado por la noche y preocupaba la forma en la que sus votantes iban a entender la actitud del presidente del partido sólo un minuto después de que Sánchez anunciase unas medidas inéditas en España y con gran impacto en el día a día de los ciudadanos. "La gente tiene miedo. Estamos todos asustados. A lo mejor ha medido mejor su reacción ahora".
También hay quienes creen parte del giro puede deberse a la "delicada" situación de la Casa del Rey. A contribuir "a la estabilidad" en un momento en el que hay una grave crisis sanitaria y, de forma paralela, el rey Felipe VI anuncia que renuncia a la herencia de su padre, Juan Carlos de Borbón, y le retira la asignación que le correspondía como miembro de la institución.
En la comparecencia de Pablo Casado de este lunes, desde un despacho de la sede del partido, pudo apreciarse una fotografía suya con Felipe de Borbón. Nada más hacerse público el comunicado de Zarzuela, el presidente del PP recurrió a su perfil de Twitter para expresar su "respaldo" a las decisiones anunciadas, su "confianza" en Felipe VI y la "lealtad" del PP a la Corona.
La comparecencia en el Congreso: la prueba definitiva
Este miércoles, Casado tendrá la oportunidad de confrontar con Pedro Sánchez en la comparecencia parlamentaria convocada con motivo del decreto sobre el estado de alarma. Si no hay una intervención pública del líder de la oposición antes de esta cita, será en el Parlamento dónde se comprobará hasta qué punto el giro emprendido este lunes por el jefe de los conservadores va a marcar el discurso del PP para las próximas semanas. O hasta que punto es sólo una cuestión puntual.
"Motivos sobran para criticar a Sánchez y al Gobierno por la gestión de las últimas semanas. Pero ya habrá tiempo. Ahora toca otra cosa", defiende un veterano dirigente de partido. Unas declaraciones muy en la línea de lo que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, declaraba en una reciente entrevista con la agencia Efe.
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Preguntado por si, a su juicio, las decisiones de Sánchez habían ido "a remolque de la epidemia", esta fue su respuesta: "Eso tendremos que juzgarlo una vez que concluyamos esto. En este momento nuestra labor desde las administraciones es trabajar unidos, codo con codo y decirle a los ciudadanos, a los que hemos pedido tantos sacrificios, que estamos trabajando 'full time' con ellos y por ellos".
"José Luis [Martínez-Almeida] ha crecido políticamente mucho en la gestión de esta crisis. La claridad y sensatez de sus mensajes han sido claves para que los madrileños entiendan que nos la jugamos. Casado no se equivocó al apostar por él", defiende un dirigente del PP madrileño.
El papel jugado por regidor en estas circunstancias, no sólo ha sido aplaudido por los suyos, sino también por políticos de formaciones rivales.
Da igual el líder que esté al frente en ese momento. Pero el Partido Popular lleva muy a gala dos cuestiones que sus presidentes, se llamen como se llamen, siempre sacan a pasear en sus mítines de campaña y actos públicos. Una: que, con más 700.000 afiliados, son el partido con más militantes de España. Y dos: que ellos, a diferencia de otras formaciones, tienen un solo discurso y no 17, uno por comunidad autónoma.