Los titulares fueron otros. Como era obvio. Los cambios en el PP, el refuerzo de Mariano Rajoy, sus diatribas contra el PSOE. Todo ello centró la atención de la última cumbre de los conservadores en Génova, pero hubo otra queja más que pasó más desapercibida: la del presidente en funciones de la Junta de Castilla y León y candidato a la reelección, Juan Vicente Herrera. Allí, delante del jefe del Ejecutivo y líder del PP, le pidió sensibilidad con el sector de la minería, la misma de la que, a su juicio, había carecido el titular de Industria, José Manuel Soria.
Los dos, presidente autonómico y ministro, llevan semanas a la gresca, cruzándose fuertes reproches. Concretamente, desde las elecciones del 24 de mayo. El PP perdió la mayoría absoluta hasta en el feudo que consideraba más suyo, Castilla y León. Logró 42 escaños, a uno de la mayoría absoluta (y 11 menos que en 2011), aunque gracias al auxilio de Ciudadanos los conservadores podrán seguir al mando de la comunidad, en sus manos desde 1987.
Dos días después de los comicios, Herrera achacó a la "absoluta insensibilidad y arrogancia" de Industria y su titular, Soria, con la minería parte de los resultados cosechados en León. En la provincia, el PP cayó desde el 44,71% al 32,14%, y perdió tres de sus ocho procuradores. El ministro negó la mayor, y remarcó que su departamento sí había tenido una "sensibilidad muy grande" con los mineros, y le recordó a Herrera que había sufrido un enorme descalabro también en las provincias sin explotaciones de carbón. El enfrentamiento fue a más, con petición de cese del ministro incluida. Hasta que el pasado jueves el presidente castellanoleonés elevó su queja a Rajoy, y este le comentó que intentaría remediar el problema, avisando no obstante de que no era fácil contentar a todos, informa Yolanda González.
Volumen pequeño de población
¿Quién tiene la razón? ¿Herrera o Soria? Sí es cierto que fue en León donde el PP perdió más procuradores. Tres, para ser exactos. En Zamora, Salamanca, Ávila y Segovia se le escapó un acta, en Valladolid y Burgos bajó dos y en Palencia y Soria mantuvo su representación. En total, 11 menos. Pero la caída que se produjo en León y Palencia y, para ser precisos, en los pueblos mineros de ambas provincias, es algo menor a la caída que registró el PP en el conjunto de la comunidad. Además, el volumen de población de estos municipios es pequeño.
Podemos tomar como referencia las 31 localidades de las cuencas mineras de Castilla y León que fueron llamadas a la huelga en 2012, como protesta por la reducción de las ayudas al carbón, que para los sindicatos y la patronal significaba el fin del sector. Se trata de 24 pueblos de León –Bembibre, Berlanga del Bierzo, Cabrillanes, Cistierna, Fabero, Folgoso de la Ribera, Igüeña, La Pola de Gordón, La Robla, Matallana de Torío, Noceda del Bierzo, Palacios del Sil, Páramo del Sil, Sabero, San Emiliano, Toreno, Torre del Bierzo, Valdepiélago, Valderrueda, Valdesamario, Vega de Espinareda, Vegacervera, Villablino y Villagatón– y 7 en Palencia –Barruelo de Santullán, Castrejón de la Peña, Cervera de Pisuerga, Guardo, La Pernía, Santibáñez de la Peña y Velilla del Río Carrión–. El más grande, Villablino (9.784 habitantes), y el más pequeñito, Valdesamario (216).
Los 24 municipios leoneses, según el padrón de 2014, suman 56.781 personas. El 11,71% del total provincial (484.694). Los 13.848 habitantes de las 7 poblaciones palentinas suponen el 8,26% del conjunto de la provincia (167.609).
Bajada mucho menor del PSOE
En las 31 localidades mineras el PP bajó. En ninguna aumentó su porcentaje de voto. La caída oscila entre los cuatro puntos porcentuales menos que obtuvo en Valdemasario con relación a 2011 y los 26,33 puntos de desplome en Toreno. Hace cuatro años, el partido de Rajoy ganó en 11 pueblos. El 24-M, sólo se anotó la victoria en 5. En todos los demás, se impuso el PSOE, con triunfos tan aplastantes como el de Vegacervera (82,35%, aunque sólo viven 327 habitantes). Los conservadores han retrocedido de media, en las poblaciones del carbón leonesas, 12,39 puntos, un índice muy similar –aunque menor en todo caso– a la bajada experimentada en la provincia (-12,57, del 44,71% al 32,14%). Los socialistas, mientras, han visto mermadas sus fuerzas en 1,38 puntos (-4,48 en todo León).
El PP partía en los pueblos leoneses de un listón mucho más bajo que el regional. De media, obtuvo hace cuatro años un 40,07% de los votos, y se precipitó el 24-M al 27,67%. En toda Castilla y León, los conservadores pescaron en 2011 el 51,55%, que se quedó en el 37,73% en los últimos comicios.
En los siete pueblos palentinos, el PP cayó de media 9,9 puntos, un bajón inferior al total provincial (-12,05, del 53,04% al 40,99%). Pero, a diferencia de lo que ocurrió el 24-M en León, en estas localidades el PP siguió en cabeza, pese a la pérdida de votos. El PSOE más o menos se mantuvo (-0,86 puntos en los siete municipios, por los 3,76 puntos de caída en la provincia). En estos municipios, el PP se hallaba más fuerte que en toda la comunidad: se situaba en 2011 en el 53,99% de promedio y decreció hasta el 44,09% de los sufragios.
En las otras siete provincias, el descalabro de los conservadores aún fue mayor: fluctúa entre el mordisco de 12,64 puntos sufrido en Zamora y los 15,16 y 15,23 puntos de bajada en Soria y Salamanca. El desplome medio en estas provincias (todas menos León y Palencia, por tanto) es claro: 14,25 puntos menos, por los 3,3 que se dejan los socialistas.
¿Qué ocurrió en Castilla y León (2,4 millones de habitantes)? El PP retrocedió 13,82 puntos de promedio (se desplomó del 51,55% al 37,73%), y el PSOE, que pasó 29 a 25 escaños, mucho menos, 3,74 (del 32,78% al 29,02%). Podemos y Ciudadanos entraron en las Cortes regionales (con 10 y 5 procuradores cada uno), e IU y Unión del Pueblo Leonés (UPL) mantuvieron su representación (un acta).
Exageraciones de las dos trincheras
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El ministro Soria, tras recibir el primer rejonazo de su compañero de partido, reaccionó asegurando que el PP había perdido 230.000 votos en Castilla y León el 24-M, y que en provincias como Soria o Segovia, sin ser mineras, había descendido entre un 50% y un 46%. La primera parte de su afirmación se aproxima más a la realidad: a los conservadores se les escaparon 225.201 papeletas, un 30,45% menos. En Soria y Segovia, el PP decreció, en número de votos, un 32,56% y un 31,30%.
De cualquier modo, el juicio de Soria enardeció a la Junta de Castilla y León. Su portavoz en funciones, José Antonio de Santiago-Juárez, subrayó que el ministro había hecho "méritos para dimitir o ser cesado". El Gobierno autonómico insistió en que en Soria el partido había aguantado a sus dos procuradores, y en Segovia bajó uno. En León, tres. "Donde no hay minas es en Canarias, y ahí el PP sí ha perdido el 50% de sus votos". Otra exageración. En el archipiélago, los conservadores pasaron de los 289.381 de 2011 a los 169.065 sufragios del 24-M, un descenso del 41,58%. El 31,94% de los votos de hace cuatro años se convirtió en el 18,59% de hace un mes, 13,39 puntos menos. "Las descalificaciones al final descalifican a quien descalifica", replicó el ministro de Industria. La vicepresidenta del Ejecutivo central, Soraya Sáenz de Santamaría, intentando aplacar la polémica, ya apuntó que no eran oportunas las críticas de la Junta.
El conflicto, sin embargo, no se ha apagado, y lo prueba la protesta de Herrera en el Comité Ejecutivo Nacional del PP. Pero Rajoy, de momento, no ha reaccionado. Claro que todo está pendiente de la eventual remodelación del Gobierno, que sigue en el aire.
Los titulares fueron otros. Como era obvio. Los cambios en el PP, el refuerzo de Mariano Rajoy, sus diatribas contra el PSOE. Todo ello centró la atención de la última cumbre de los conservadores en Génova, pero hubo otra queja más que pasó más desapercibida: la del presidente en funciones de la Junta de Castilla y León y candidato a la reelección, Juan Vicente Herrera. Allí, delante del jefe del Ejecutivo y líder del PP, le pidió sensibilidad con el sector de la minería, la misma de la que, a su juicio, había carecido el titular de Industria, José Manuel Soria.