Hablar de listas electorales en cualquier organización es "terrorífico". No deja de ser una obviedad, pero que lo dijera este domingo Cayo Lara así, con crudeza, evidenciaba las fortísimas tensiones que ha vivido Izquierda Unida –y en particular, en el seno de la mayoría que le sustenta– a la hora de confeccionar su candidatura para las europeas. El coordinador reconoció eso, las "presiones terroríficas de todo el mundo", aunque con "legitimidad", pero también dio la cara con nitidez por Willy Meyer, justificando su continuidad en la cabeza de la lista por la necesidad de ordenar la "transición" en IU y no optar por "cambios de testigo radicales", como habría supuesto su relevo por la castellonense Marina Albiol. A Meyer dedicó Lara los mayores elogios en la presentación oficial de los candidatos, en la que caló hondo un mensaje: los comicios del 25 de mayo deben servir para "parar los pies" a los que han "destruido" Europa, para frenar a la troika, al capital y a los que los amparan. "Hay que echar al bipartidismo. Queremos echarlo. Fuera", ilustró Meyer.
La elaboración de la lista europea de IU ha sido traumática, la más ardua de todas las últimas candidaturas, como asumen sin reservas muchos dirigentes. Complicada porque la mayoría unida en torno a Lara, y que aglutina al 80% de la organización, se dividió en dos, entre los que patrocinaban un cierto continuismo –liderados por la poderosa federación andaluza y con el plácet del coordinador federal– y que pujaban por que la cabeza de la lista recayera por tercera vez en Meyer, y los que consideraban que era ya el momento del cambio, de la regeneración, que tenían puestas sus esperanzas en la joven Albiol, de 31 años y cara contra la corrupción en la Comunitat Valenciana.
Al final, se llegó a una solución de consenso entre esos dos sectores de la mayoría: Meyer ocupará el primer puesto y Albiol, el cuatro, aunque ambos harán campaña compartida, ambos protagonizarán la candidatura. Habrá bicefalia. Pero ese acuerdo, que cuajó in extremis, enojó a Izquierda Abierta, porque su candidato, Tasio Oliver, elegido en primarias ciudadanas, se vio desplazado de la lista. IzAb presentó lista alternativa ayer en el Consejo Político y Oliver logró saltar del puesto 11 al 9, pero el partido de Gaspar Llamazares y Montse Muñoz promete pleitear ante la Comisión de Garantías Federal e incluso ante los tribunales. La mayoría sorteó la fractura y votó en bloque el cartel encabezado por Meyer, y lo respaldó con un 77,4%.
La "generosidad" de la federación andaluza
Lara, poco dado a detenerse públicamente sobre cuestiones internas, no pudo evitar lanzar un mensaje a la organización. Agradeció el trabajo de sus compañeros para conseguir armar la candidatura. Citó en concreto a Miguel Reneses, secretario de Organización y Fernando Sánchez, número dos del PCE, y mentó la "generosidad" de Andalucía, que sólo ha colocado a uno de los suyos, Meyer, entre los 11 primeros puestos. Gracias a las cesiones de todos, vino a decir, se ha articulado una lista "solvente, comprometida, de la gente corriente, que se sitúa frente a las élites".
Tras esa reflexión general, el coordinador se detuvo en los primeros integrantes de la candidatura. Meyer, el primero. Representa, dijo, "la voz de la experiencia, de la solvencia y del compromiso", y del "internacionalismo solidario". Por ello debe repetir, justificó, porque no se puede hacer tabla rasa del pasado: "No podemos hacer las cosas sin transición. Hay que tener cuidado con esos temas. Porque todos podemos aprender de todos, todos bebemos de todos. No se pueden entender cambios de testigo radicales. Hay que tener transiciones. Y estamos teniendo transición también en la candidatura europea. Es tiempo de transición. No podemos desperdiciar el conocimiento adquirido que tiene una organización, y Willy forma parte de ese conocimiento". En suma, alegó que Meyer es un capital valioso que IU no puede tirar por la borda.
Paloma López, secretaria de Políticas de Empleo de CCOO y número dos, es la "voz de los trabajadores". Albiol, la "voz de la juventud, de la lucha contra la corrupción" y en particular contra Carlos Fabra, el expresidente de la Diputación de Castellón, "la voz de la rebeldía". La alcaldesa de Castrillón (Asturias), Ángela Vallina, la número seis, es "la voz de los ayuntamientos". Y el siete, Javier Couso, hermano del cámara de Telecinco muerto en Irak José Couso, es "la voz del activismo social, de los derechos humanos". Este y Albiol fueron los más aplaudidos. Lara se dejó para el final al nueve, Tasio Oliver, la voz del "periodismo comprometido" –el candidato de IzAb es informador de profesión–. Y nada más. Porque en el estrado, flanqueando al coordinador, no estaba. Tampoco en la grada. Izquierda Abierta protagonizó un plante "simbólico" para manifestar su cabreo: no acudieron al cierre de hoy en el hotel Convención de Madrid ni Llamazares, ni Muñoz, ni Oliver. De la dirección, el mando más alto presente era su responsable de Organización, Antonio Cortés.
La "mochila" de IU que no debe perderse
Lara llamó a los suyos a implicarse a fondo en las europeas del 25 de mayo, defendiendo el programa electoral aprobado este domingo como la doctrina que llevar al Parlamento Europeo y que cumple, a diferencia del PP. Porque lo que está en juego es derribar el "pacto de hierro de la socialdemocracia y los conservadores", el "eje de nuestros males". "Dicen PSOE y PP que cambiar Europa es cosa de dos. Pues destruir Europa ha sido cosa de dos. Es el tándem del bipartidismo, el del artículo 135 de la Constitución". Ambos partidos, vaticinó, intentarán por todos los medios que la alternativa de IU "no salga a la luz". "Somos peligrosos para la deuda y para los intereses que representa el bipartidismo, y cuando empezamos a pasar del 10% [en las encuestas], nos tiran por tierra, mar y aire".
IU debe proyectar, dijo, su defensa de la España "real", que "sufre", no la de las élites. "Es el tiempo del compromiso", abundó. "Los habrá más listos y más guapos, pero también sé que la humildad, la sencillez, la lealtad y la honradez son valores que nos han traído hasta aquí, de nuestra gente, la mochila de la que no nos debemos despegar", finalizó.
Meyer y Albiol retomaron el hilo conductor que había lanzado Lara. El número uno quiso dirigirse primero a los trabajadores, a los pensionistas, a los jóvenes, a los que padecen "el sufrimiento y la dictadura de la troika", para que todos juntos luchen para "echar" a la derecha y a los socialdemócratas de las instituciones europeas, para después construir "un proyecto nuevo", desde la base de proceso constituyente que ponga "todo al servicio de la creación de empleo", de las pensiones, de la educación y la sanidad públicas, democratice Europa y la edifique desde las personas.
La necesidad de fortalecimiento para este ciclo electoral
Pero para eso hace falta, recalcó, una organización "potente, de masas", y también unos sindicatos de clase "combativos y potentes". Para poder tener "fuerza" y conseguir el cambio. "No hay atajos para construir el socialismo, no los hay". IU, por tanto, debe aprovechar este ciclo electoral que comienza con las europeas de mayo y continúa con las autonómicas y municipales y generales de 2015, para coger más vuelo y fortalecerse. Mandó a los suyos a explicar a la gente "que el consenso de Bruselas fraguado entre la socialdemocracia y la derecha europea" todavía "funciona a día de hoy".
En el corazón del programa que lleva IU, y que citaron tanto Lara como Meyer, está la petición de que se audite la deuda, porque contiene una parte "ilegítima" producto de la especulación que no hay que pagar, porque ahora mismo el peso de ese agujero ahoga a los ciudadanos y es "imposible" de abonar. La deuda "esclaviza", y mientras no haya "independencia económica" no habrá emancipación política.
Meyer también hizo referencia a su propia candidatura. Señaló que fue Andalucía, su federación, quien propuso primero la limitación de mandatos –dos máximo y para repetir un tercero o cuarto, con mayoría reforzada–. Y después volvió a ese tono de modestia repetido por él mismo en las últimas semanas: "No soy nadie. No soy absolutamente nadie. Lo que aporta es IU. Es la gente. ¡Ay de aquel dirigente que se crea que es él quien aporta. No soy nadie sin el PCE ni IU. Dolores Ibarruri sin el PCE no hubiera sido nadie. Anguita sin IU sólo sería un maestro". Un eslabón que le sirvió para cargar contra Podemos, la plataforma del profesor Pablo Iglesias, a la que no citó, pero que se ha separado de la federación y presentará lista propia: "Seamos más humildes. Hay gente que hace plataformas, que cree que sin organización puede derribar el capitalismo. ¡Ni más ni menos! ¡Sería fantástico que fuera así! ¡Chico, llevo 61 años dedicándome a esto!", exclamó, para reconocer la labor "del colectivo".
Albiol siguió a Meyer en el turno de palabra. Leyó su intervención, pero la dotó de un contenido más social y más arraigado en los movimientos sociales y la calle. "Europa es ahora mismo un campo de batalla para la izquierda" y "no basta con derrocar al régimen", hay que "tumbar la troika", porque "el capitalismo no tiene fronteras". "Sus yates, sus lujos, salen de los desahucios y de los niños que no pueden hacer ni una comida al día. Su riqueza está construida con nuestra pobreza", clamó. "Tenemos alternativas, ideas, programa, pero un programa sin acción, sin lucha hasta las últimas consecuencias, es como un esqueleto sin músculos [...]. Si no somos parte del movimiento, seremos engullidos por el sistema", advirtió, marcando perfil.
Paloma López alertó contra el "austericidio" de las políticas de la troika y las "reformas laborales demoledoras" que se han agolpado en las últimas dos legislaturas. Javier Couso abogó por trasladar a Europa la forma de actuar de la Venezuela de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, luchando por la unión de los países del sur del Viejo Continente. "Sólo no puedes, pero con amigos sí", convino. Y Lara Hernández se ofreció como la voz de los jóvenes que no han podido culminar sus estudios y han tenido que emigrar fuera de España para poder encontrar trabajo, y como la representante del movimiento estudiantil y los que sufren la precarización en sus empleos.
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La gran "estafa" de la crisis
La asamblea programática que se cerró hoy en el Convención –una prolongación del Consejo Político– sirvió para aprobar la oferta que IU llevará a las europeas. Marga Ferré, secretaria de Elaboración Política, subrayó cómo en la confección del programa han participado militantes, simpatizantes, activistas y colectivos. Se recibieron hasta 1.250 aportaciones, y se han consensuado todas menos dos.
La parte estrella es el capítulo económico, donde IU exige una auditoría ciudadana de la deuda, porque es una "gran estafa" pagar por aquello que se considera "ilegítimo". Ahonda el programa en la "necesidad de democratización de todas las instituciones europeas", en el blindaje de los servicios públicos, la sanidad, la educación y la justicia y en la denuncia de la "Europa fortaleza", en la que mueren inmigrantes cuando están a punto de llegar al Continente. "El enemigo no viene en patera, viene en limusina. El problema está en Bruselas y no en la Europa del Sur".
Hablar de listas electorales en cualquier organización es "terrorífico". No deja de ser una obviedad, pero que lo dijera este domingo Cayo Lara así, con crudeza, evidenciaba las fortísimas tensiones que ha vivido Izquierda Unida –y en particular, en el seno de la mayoría que le sustenta– a la hora de confeccionar su candidatura para las europeas. El coordinador reconoció eso, las "presiones terroríficas de todo el mundo", aunque con "legitimidad", pero también dio la cara con nitidez por Willy Meyer, justificando su continuidad en la cabeza de la lista por la necesidad de ordenar la "transición" en IU y no optar por "cambios de testigo radicales", como habría supuesto su relevo por la castellonense Marina Albiol. A Meyer dedicó Lara los mayores elogios en la presentación oficial de los candidatos, en la que caló hondo un mensaje: los comicios del 25 de mayo deben servir para "parar los pies" a los que han "destruido" Europa, para frenar a la troika, al capital y a los que los amparan. "Hay que echar al bipartidismo. Queremos echarlo. Fuera", ilustró Meyer.