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11-M

“Somos los chivos expiatorios de la degradación política”

Pilar Manjón, 11-M, terrorismo

Pareciera que hubiera pasado una eternidad. Que las imágenes del terror se hubieran desvaído con el paso del tiempo. Sin embargo, han transcurrido nueve años. Nueve años desde aquel 11 de marzo de 2004 en que Madrid despertó traumatizada por la tragedia. 192 fallecidos y casi 2.000 heridos

Pilar Manjón (Cáceres, 1958) perdió a su hijo Daniel en aquellos trenes de la muerte, en los que viajaba para desplazarse de la periferia al centro de la muerte. Pero Manjón es algo más que una madre. Ella se ha convertido en el icono vivo del 11-M. En el símbolo del dolor y de la dignidad. Una lucha que comenzó en 2004, al poco de la masacre, cuando se constituyó la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, que ella preside, y que hoy representa a 2.700 víctimas. La batalla le ha dejado una piel mucho más dura, una coraza más sólida forjada a golpes de "insultos y amenazas". Estos años, reconoce, le han hecho "más fuerte". No le han vencido. Lo dice apretando los dientes, intentando contener la emoción. Habla con infoLibre a través del teléfono pocas horas antes del noveno aniversario de los atentados.

Nueve años. ¿Cómo se logra sobrellevar el dolor?

Han pasado nueve años, pero para nosotros sigue siendo ayer. Para nosotros, el reloj va marcha atrás, contando las horas hasta las 7.39 de la mañana del 11 de marzo, llenándose de recuerdos y de ausencias. Pero tal vez una palabra resume estos nueve años: mentiras. Mentiras que no nos han permitido en ningún momento recuperarnos del duelo. Vivimos cuatro días de mentiras, mientras oíamos por parte del Gobierno [de José María Aznar] que aquello era obra de ETA. Llegaron luego las elecciones [las que ganó José Luis Rodríguez Zapatero] y como por ensalmo nació la teoría de la conspiración. Tenía que ser ETA la autora, costase lo que costase. Estos últimos días vivimos con el alma encogica: ¿con qué mentira nos desayunaremos en este noveno aniversario, mientras recordamos a los nuestros?

¿Cómo ha vivido este último año?

Malos han sido todos los años. Pero el peor ha sido este último, por el afán de estrangulamiento que tiene el PP hacia nosotros. Primero empezó con las elecciones municipales y autonómicas [de mayo de 2011], cuando cambiaron de signo varios ayuntamientos que rompieron los convenios que tenían firmados con nosotros. Y luego continuó con las generales del 20-N, cuando ganó Mariano Rajoy. Somos una asociación reciente, nadie hace cuestaciones por nosotros, así que el estrangulamiento financiero es la mejor forma que tienen para hacernos desaparecer.

¿Cree que el PP quiere hacerles desaparecer?

Sí, estoy absolutamente convencida. El pasado jueves, 7 de marzo, se celebró el XI Concierto en memoria de las víctimas del terrorismo. Jamás vi un despliegue institucional semejante. Pero nadie, nadie, nadie, salvo los príncipes de Asturias y Mari Mar Blanco [presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo] se acercó a saludarme. Ni siquiera el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, del que dependemos. Ni la alcaldesa. Ni un director general o un subsecretario. Nos aplicaron el ninguneo, el "no son de los nuestros". Ni siquiera guardaron un mínimo respeto.

La indiferencia como medicina, más que el desprecio.

Eso, indiferencia. Por eso digo que lo que mejor define estos años es la mentira. Hay quien no asumió que no perdió las elecciones por nosotros, que nosotros somos tan inocentes como los demás. No sé qué hemos hecho. No me importa. No quiero nada de ellos. No queremos un trato especial, pero sí nos merecíamos un trato igualitario. No ninguneo. No odio, que es lo que nos profesan.

¿Sienten que los políticos ya no están con ustedes, que no están a su lado por electoralismo?

Nunca les dio réditos electorales. Les reportará algo haber estado en todo caso ocho años en la calle. A nosotros nos hicieron su bestia negra. ¿Si se han cansado? Estamos en un momento de hastío, de hartazgo de esta gente. El mismo hartazgo que tiene la sociedad por los recortes, por el deterioro de la sanidad, de la educación...

¿Y por PSOE e IU, las dos grandes fuerzas de la oposición, se sienten acompañados?

El PSOE ha gobernado siete años, y al menos sí ha actuado con equidad con equidad en el reparto de subvenciones entre la Asociación de Víctimas del Terrorismo y nosotros. Basta ver las cifras. De mayo a diciembre de 2012, se nos asignó 99.447,87 euros y a la AVT, 157.601,58 euros. De mayo de 2011 a abril de 2012, las dos recibimos 205.920 euros, y en el ejercicio anterior, de mayo de 2010 a abril de 2011, ocurrió lo mismo: se nos otorgaron 234.000 euros. Ahora lo que impera es el número de socios. Con los gobiernos municipales, pasó igual: los seis que cambiaron de color nos han hecho un agujero de 36.000 euros. Sólo pagan Parla y Fuenlabrada [las dos con alcalde socialista].

¿Sienten que ustedes son más vulnerables aún a esos ajustes?

Sí. La crisis se vive con mucha más intensidad en un colectivo débil como el de las víctimas. Se ha multiplicado en nosotros sus efectos. En nuestra asociación hay un 33% de inmigrantes, y ellos están solos en nuestro país, padecen el paro. Aquí no tienen nada de lo que vivir.

El noveno aniversario visualiza otra vez la división de las víctimas.

Nosotros vamos a ir a las diez de la mañana a hacer una ofrenda floral a Atocha, con CCOO, UGT y la Unión de Actores. Después iremos a Getafe y Parla para homenajear a las víctimas y a las siete de la tarde, las recordaremos en el monumento construido junto a la estación de El Pozo [uno de los escenarios de la tragedia]. ¿División? Mientras el 11-M no sea mirado como el mayor atentado de España y de Europa, mientras se deje a las víctimas del 11-M en la puerta de atrás, mientras persista el ninguneo, la unidad será imposible. Al final, cada uno hemos decidido dar nuestros mensajes y hacer nuestros actos, con nuestra gente. El resto no sé qué van a hacer. No sé dónde estarán los partidos, no nos interesa. No los hemos convocado. Hemos publicitado el acto y punto. Quien quiera ir, encontrará a las 2.700 víctimas a las que representamos. 

¿Cree que se ha disipado el recuerdo del 11-M entre los españoles?

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Creo que la sociedad sí se acuerda menos. Todos los medios de comunicación de derechas han conducido a la gente al hartazgo. En cambio, cuando la gente te ve de frente, es entrañable, cercana, cariñosa. Pero muchas veces no saben cómo acercarse. La sociedad acusa la fisura. Una fisura que yo no he visto en Estados Unidos en el 11-S ni en el Reino Unido en el 7-J. Son nueve años de tirarse la pelota, de acusarse. Siento que somos los chivos expiatorios de la división política, de la degradación democrática del país. Me gustaría que la sociedad continuara recordando el 11-M sin la polarización a la que le han llevado, porque todos íbamos en esos trenes. Las víctimas éramos todos. 

Personalmente, ¿se siente fortalecida tras tantos años de lucha?

La tempestad me ha hecho más fuerte, sí. Si no, me habría hundido. A ninguna víctima se le ha hecho lo que a mí, a ninguna se la ha cubierto de insultos y amenazas. Yo llevaba escolta hasta que el Gobierno de Rajoy me la quitó. Soy tan víctima del terrorismo como otras. Estos años me han hecho más escéptica. Escéptica, sobre todo, de la política y los políticos. 

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