Hasta 800 pacientes al día en los servicios de urgencias, falta de camas que impiden descongestionar la situación, sillones en pasillos en lugar de habitaciones y habitaciones con hasta tres enfermos... Es el día a día, desde hace semanas, de los hospitales madrileños. Ocurre en el Gregorio Marañón, en el 12 de Octubre, en el Ramón y Cajal, en el Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares... Pero no en el resto de España. Al menos, no de la misma manera o no por ahora. La situación, lejos de deberse a una saturación por una nueva ola de la pandemia, es el resultado de las últimas políticas sanitarias adoptadas por la Comunidad de Madrid, que mantiene cerrados los servicios de urgencias de atención primaria y no quiso renovar 6.000 contratos covid. A eso se suma, además, el tradicional cierre de servicios que llega con la temporada de verano.
Es la tormenta perfecta. Un "caos", según Víctor Tomé, de la sección sindical de UGT en el Gregorio Marañón. "En nuestras urgencias llega a haber más de 60 pacientes sin cama. A algunos incluso se les traslada al 'hospital de día', que es a donde acuden otras personas a hacerse distintos tratamientos. A otros se les ha llevado alguna vez a la sala de espera para familiares y hemos vuelto a las andadas creando habitaciones triples", lamenta. Pasa más o menos desde marzo, cuando empezaron con la "saturación". "Ahora vemos más de 500 enfermos al día en urgencias, y eso es muchísimo. A un volumen normal, habría unos 100 menos", explica. Su compañera Adela Osorio, delegada de CCOO, coincide con él. "A las urgencias no deja de llegar gente, los sillones que están en los boxes están siempre hasta arriba, así que también se van llenando los pasillos", critica.
Situación parecida se vive en el 12 de Octubre. José Luis Zapa, delegado sindical de UGT en el centro, de hecho, también emplea la palabra "caos". "La situación de la urgencia es brutal, ha habido días en los que se ha colapsado y hemos atendido a entre 750 y 800 personas. Además, como no tenemos camas libres, no podemos dar salida a muchos enfermos", lamenta. "No es normal lo que está pasando", denuncia.
También en el Ramón y Cajal. "A partir de las 15.00, las urgencias se saturan. Pasa todos los días. La situación es acojonante", asegura Luis Mancera, delegado sindical de CCOO en el hospital.
Y en el Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares. "Desde hace más de dos meses, en las urgencias atendemos a unas 450 o 500 personas al día. Antes de la pandemia no superábamos las 400", explica Begoña San Vicente, delegada de CCOO en el centro. "Es un desborde del servicio", añade.
Pero, ¿a qué se debe esta situación? Todos los profesionales sanitarios consultados lo tienen claro: las responsables son las políticas sanitarias adoptadas por la Comunidad de Madrid.
Motivo 1: los SUAP siguen cerrados
La primera tuvo lugar hace más de dos años, aunque sus efectos han comenzado a notarse ahora. El domingo 22 de marzo de 2020, apenas unos días después de la declaración del estado de alarma por la crisis del coronavirus, el Ejecutivo regional de Isabel Díaz Ayuso decidió cerrar los servicios de urgencias de los centros de salud, los conocidos como SUAP. Los profesionales que trabajaban en esos 37 servicios fueron trasladados al hospital de campaña que se acababa de levantar en Ifema, luego al Wizink Center a ejercer labores de vacunación y ahora, en junio, al Hospital Enfermera Isabel Zendal. Nunca volverán a su puesto de trabajo, puesto que la Comunidad ya ha anunciado que cerrará esos servicios y los sustituirá por 17 Puntos de Atención Continuada, de los cuales siete ni siquiera tendrán médico.
"Aquí un día llegamos a recibir a 104 enfermos ambulatorios, que son los que en una situación normal habrían ido a un SUAP o a su médico de cabecera", denuncia Zapa. Pero lo primero no lo tienen y lo segundo, con la falta de médicos asumida por la propia Consejería de Sanidad, es casi una misión imposible.
El resto de profesionales consultados por infoLibre también cifran en unos 100 el número de enfermos de más que están atendiendo en estas últimas semanas. "Como los SUAP han cerrado y no hay citas en los centros de salud, vienen aquí en tromba", añade Mancera, que señala que la atención primaria siempre ha actuado "como un filtro". "Antes podías ir y te atendían, ahora no", denuncia.
Motivo 2: Ayuso despidió a 6.000 sanitarios y el covid sigue contagiando
Esta situación, además, la afrontan en los hospitales con 6.000 sanitarios menos desde el pasado 1 de abril. Ese día, el Ejecutivo de Ayuso cumplió con los planes que llevaban meses adelantando y decidió no renovar a los profesionales que la Comunidad había contratado para servir de apoyo en la emergencia sanitaria y que, como se vio después, ejerció labores fundamentales y suplió, aunque no del todo, la falta endémica de sanitarios que sufre Madrid. Ellos mismos avisaron de que era un error, pero ahora se está comprobando.
"Tenemos una falta de personal brutal porque echaron a mucha gente que tenía contratos covid", dice Zapa, algo que también subraya San Vicente, que señala además que los sanitarios se siguen contagiando.
En su hospital y en todos. "La incidencia del covid está subiendo. Tenemos muchos trabajadores aislados y la cobertura de las bajas no es nada ágil. Hay veces que estamos hasta 15 días sin suplirlas", lamenta Tomé. Mancera, del Ramón y Cajal, pronuncia el mismo discurso. "En nuestro hospital estamos sufriendo una ola silenciosa de coronavirus desde marzo y muchas de las bajas no se están cubriendo", añade.
Así también resulta complicado abordar las largas listas de pacientes que acuden ahora a recibir diagnósticos que no recibieron en plena pandemia o a volver a tratarse con normalidad de patologías que habían estado olvidadas durante dos años. "Hemos estado un año y pico sin operar y ya teníamos una lista de espera apotéosica, pues imagínate ahora", lamenta Mancera.
Según los últimos datos de la Comunidad de Madrid, en abril de este año había 76.652 pacientes esperando para operarse, 569.952 para acudir a la primera cita de una especialidad y 173.701 para realizarse una prueba diagnóstica y terapéutica. Antes de la pandemia, en el año 2019, la primera lista la engrosaban 58.427 personas, la segunda 431.261 y la tercera, por su parte, 125.945. El aumento ha sido, respectivamente, del 31,2%, del 32,1% y del 38%.
Un futuro nuevo problema: el cierre de camas en verano
La perspectiva tampoco es buena. Todos los profesionales sanitarios temen ahora que el habitual cierre de servicios en verano agrave todavía más la situación. "Va a ser muy complicado...", prevé Tomé. Por ahora, en ningún hospital conocen los planes, pero si tenemos en cuenta los datos de 2021, este verano podrían cerrar 2.000 camas. Entre el 1 de julio y el 1 de octubre de 2021, 21 hospitales sufrieron la ausencia de 2.141. CCOO criticó la decisión y pidió garantizar el servicio del 100% de camas para no agravar la situación de las listas de espera, todavía más elevadas que actualmente. Pero la Comunidad no les hizo caso.
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La situación, por otro lado, es única en España. Ni en Cataluña, ni en el País Vasco, ni en Andalucía, ni en la Comunitat Valenciana, por poner solo algunos ejemplos, ocurre algo parecido. En la primera, como explica Xavier Lleonart, secretario general de Metges de Catalunya, los problemas relacionados con la atención sanitaria se circunscriben exclusivamente en la atención primaria, que está atendiendo ahora todo lo que no se pudo atender durante la pandemia. "Conforme se está volviendo paulatinamente a un estado prepandémico, está aflorando todo lo que se dejó de controlar y diagnosticar. En las urgencias de los ambulatorios estamos viendo ahora a pacientes con cánceres avanzados o con descompensaciones de sus patologías", explica.
Algo parecido ocurre en el País Vasco, donde el Sindicato Médico de Euskadi explica que la falta de facultativos en los centros de salud empieza a dar problemas, por lo que la presión en los hospitales podría empezar a aumentar. Pero de momento la situación está controlada.
En Andalucía, por su parte, no han advertido ninguna saturación y en la Comunitat Valenciana, por último, algunos hospitales sí declaran tener una mayor afluencia de pacientes, también por la llegada del verano. Es el caso del Consorcio Hospital General Universitario de Valencia, donde sus facultativos sí hablan de situaciones de "saturación" debido a la falta de "muchas camas".
Hasta 800 pacientes al día en los servicios de urgencias, falta de camas que impiden descongestionar la situación, sillones en pasillos en lugar de habitaciones y habitaciones con hasta tres enfermos... Es el día a día, desde hace semanas, de los hospitales madrileños. Ocurre en el Gregorio Marañón, en el 12 de Octubre, en el Ramón y Cajal, en el Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares... Pero no en el resto de España. Al menos, no de la misma manera o no por ahora. La situación, lejos de deberse a una saturación por una nueva ola de la pandemia, es el resultado de las últimas políticas sanitarias adoptadas por la Comunidad de Madrid, que mantiene cerrados los servicios de urgencias de atención primaria y no quiso renovar 6.000 contratos covid. A eso se suma, además, el tradicional cierre de servicios que llega con la temporada de verano.