"Si mañana desaparecieran las benzodiazepinas, el alcohol, la cafeína y los antidepresivos, España colapsa". Son las palabras del líder de Más País, Íñigo Errejón, que este martes ha presentado en el Congreso una proposición sin rango de ley para conceder permisos laborales de hasta dos semanas a los acompañantes de personas en riesgo de quitarse la vida. Errejón ha defendido "democratizar" el "derecho a la ayuda": "El dolor no entiende de clases, pero el derecho a que te ayuden sí”, ha manifestado desde la tribuna del Congreso.
Las cifras no son alentadoras. Once personas se quitaron la vida cada día en España en 2021, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) hace dos meses. Se trata del récord histórico de toda la serie, que arranca en 1980. La cifra de suicidios supera por primera vez los 4.000 en un solo año. Un dato en el que el diputado madrileño —y el resto de portavoces— ha incidido. "Es evidente que esto es un fracaso como país", ha lamentado Errejón, que ha defendido que tener "a alguien al lado" puede "marcar la diferencia": "En una sociedad que quiere detener la guerra contra nosotros mismos, esta es la única forma de ganarla", ha zanjado.
El suicidio es la primera causa de muerte "externa", muy por encima de los accidentes de tráfico (1.599) o de los homicidios (283). Es decir, por cada persona que fallece a manos de otra, 14 se quitan la vida. Y la evolución del problema es claramente negativa. Los datos también arrojan una gran diferencia entre hombres y mujeres: el 74,49% de los suicidios son masculinos. Ellos, 2.982 en 2021. Ellas, 1.021.
Un dato que la diputada de Vox, Rocío de Meer, ha sacado a relucir de forma extemporánea durante el debate para cargar contra la ley de violencia de género, que ha vinculado sin datos con esta alta tasa de suicidios. "Esta tragedia tiene responsabilidades. Hay cientos de hombres que se suicidan acusados falsamente porque dejan de ver a sus hijos", ha señalado la portavoz ultra. "Un 75% de los suicidios son de varones y no tenemos un ministerio que haya hecho protocolos de prevención". Unas palabras que le ha afeado el portavoz socialista, Omar Anguita. "Hay que tener poca vergüenza para mezclar el feminismo con los suicidios, hay que tener poca educación y respeto por esas familias que están viviendo ese drama".
La mayoría de los portavoces parlamentarios también han puesto el foco en las preocupantes estadísticas de juventud y suicidio. Desde 2018, las muertes por este motivo entre 10 y 34 años pasaron del 441 a 523, un alza del 18,69%. Según un reciente estudio de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción las ideas suicidas con "alta frecuencia" han pasado entre 2019 y 2021 del 5,8% al 8,9%. "El suicidio es la primera causa por la que los jóvenes están muriendo de manera muy desgraciada", ha lamentado Sara Giménez, de Ciudadanos.
España también lidera el consumo mundial lícito de ansiolíticos, hipnóticos y sedantes, según el último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) publicado en 2021. "Nos hemos convertido en una sociedad de yonkis para aguantar lo inagotable, sociedades que esconden el dolor del alma y lo solucionan con pastillas", ha señado Mireia Vehí, de la CUP. "Es un problema estructural de primer orden. El suicidio es solo la punta del iceberg de la salud mental”, ha acompañado Xavier Eritja, de ERC.
Pese a que la propuesta de Más País ha sido bien acogida, algunas formaciones como el Partido Popular o el PNV han mostrado sus dudas sobre el procedimiento para conceder este permiso retribuido. "Cabe preguntarse qué requisitos debe cumplir el acompañante para hacerse cargo de esa responsabilidad. ¿Cualquiera puede estar a la altura? ¿Qué profesional decide si se concede este permiso: un enfermero, un terapeuta, un psiquiatra? ¿Por qué dos semanas y no tres?", ha planteado la diputada de la bancada popular, Rosa Romero. En la misma línea se ha manifestado el diputado jetzale Íñigo Barandiaran: "¿Quién de ese entorno decide que es apto? ¿Puede decirlo el propio destinatario? ¿Es el profesional sanitario al que se le traslada esa decisión? Y en caso de disputa entre varios, ¿cómo se elige? ¿Judicializando esa decisión?", han sido las preguntas lanzadas.
La falta de un plan específico de prevención contra el suicidio
Lo cierto es que España no cuenta con ningún plan de prevención del suicidio, como sí sucede con otras problemáticas como la drogadicción o los accidentes de tráfico. En esta legislatura el Gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado una estrategia de salud mental y un plan de acción que tiene vigencia desde este 2022 y hasta 2026 e incluye, entre otras cosas, 100 millones de euros de presupuesto y un teléfono de atención al suicidio activo 24 horas al día: el 024.
"Necesitamos un protocolo de prevención de suicidio que debe realizar el ministerio de sanidad consensuado con las autonomías. La línea 024 no parece muy eficiente si las personas que son atendidas en ese teléfono no pueden acceder después a profesionales de atención primaria, de salud mental o a servicios sanitarios de urgencias, porque están colapsados o descoordinados", ha criticado la diputada de Unidas Podemos, Rosa Medel, que ha recordado que la proposición de ley de su grupo sobre salud mental "lleva en fase de enmiendas más de un año".
"No tenemos en España un plan de prevención, tal y como reclaman los especialistas de salud mental para hacer frente al aumento del número de suicidios. Existe el 024, pero en nuestro país necesitamos un plan específico que coordine y actualice las estrategias y protocolos de atención y prevención", ha reivindicado también Isidro Martínez Oblanca, de Foro Asturias. "La respuesta del ministerio ha sido incluirlo todo en un plan de salud mental", ha zanjado Bel Pozueta, de EH Bildu.
Los expertos piden más recursos: "El proceso ha de ser continuado en el tiempo"
Precisamente un Plan Nacional del Suicidio es lo que también reivindica Manuel Nevado, licenciado en psicología y doctor en Ciencias de la Salud por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, que considera que la medida presentada por Más País es "buena", pero "escasa e insuficiente". "Hay que poner el foco es en la sensibilización, en la prevención, en la atención primaria", sintetiza en declaraciones a infoLibre.
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"Hace falta un plan que recoja medidas encaminadas a mejorar la salud mental y que la respuesta farmacológica, a través de antidepresivos, ansiolíticos etc. no sea el único tratamiento", señala. "Trabajar desde la psicología es imprescindible, pero ninguna terapia funciona con sesiones espaciadas en el tiempo", opina. Por eso "el proceso de apoyo psicológico ha de ser rápido, inminente y continuado en el tiempo".
"Esto a día de hoy en la sanidad pública con la escasa presencia de profesionales de la psicología es a todas luces inviable, salvo que se pongan en marcha intervenciones individuales y grupales llevadas por expertos en centros de salud, se aumenten las ayudas a las asociaciones que trabajan con estos colectivos para poder desarrollar más acciones", apunta. Según los datos del Ministerio de Sanidad hay seis psicólogos en el sistema público de salud por cada 100.000 habitantes. En Europa, de media, son 18.
Asimismo, Nevado también considera que se debe poner el foco en las familias "que sufren un duelo complicado con riesgo de quedarse crónico como consecuencia del fallecimiento del familiar como consecuencia del suicidio". "La persona suicida ve la muerte con ambivalencia, es la puerta de salida a sus problemas y la carga que cree que origina a sus seres queridos y la de entrada a un descanso para sí misma y los suyos", zanja.
"Si mañana desaparecieran las benzodiazepinas, el alcohol, la cafeína y los antidepresivos, España colapsa". Son las palabras del líder de Más País, Íñigo Errejón, que este martes ha presentado en el Congreso una proposición sin rango de ley para conceder permisos laborales de hasta dos semanas a los acompañantes de personas en riesgo de quitarse la vida. Errejón ha defendido "democratizar" el "derecho a la ayuda": "El dolor no entiende de clases, pero el derecho a que te ayuden sí”, ha manifestado desde la tribuna del Congreso.