Presupuestos y aguantar hasta el final de la legislatura. Esta es la idea del Gobierno de coalición que ha pactado sus terceros presupuestos con las que pretende dar estabilidad hasta final del año que viene y siempre confiando en que los socios de investidura darán su visto bueno en las Cortes Generales. Un proyecto de ley que se cerró este lunes por la noche, apenas unas horas antes del Consejo de Ministros.
Los presupuestos ponen la base para el tablero económico del país, con una situación de incertidumbre y pensando en rebajar la ola de la inflación, pero suponen también una declaración política en toda regla. Pedro Sánchez tiene la intención de aguantar hasta el final de la legislatura (diciembre del año que viene) y quiere demostrar que tiene apoyos en las Cortes Generales con unas medidas orientadas también hacia sus socios de la izquierda.
Esta negociación de los presupuestos se ha hecho a varias bandas y en distintos tiempos. El pacto fiscal de la semana pasada supuso el gran grueso, uniéndose el PSOE y Unidas Podemos en medidas como un impuesto a las grandes fortunas, la subida del IRPF en capital, el impuesto de sociedades y los alivios fiscales para los que ganan menos de 21.000 euros. Además, esto ha supuesto un muro de facto para el dumping fiscal abanderado por las comunidades autónomas del Partido Popular.
Las últimas diferencias y los acuerdos
Entonces se decidió acordar el paquete de medidas fiscales, dejando el resto de los presupuestos para esta negociación in extremis. Los últimos escollos, según fuentes conocedoras de las conversaciones, se centraron principalmente en la dotación para la ley de familias (desarrollo de permisos de paternidad y maternidad, días por cuidados y prestaciones por crianza), impulsada por el Ministerio de Derechos Sociales, y en algunas partidas laborales que reclama Yolanda Díaz. Fuentes de los dos partidos durante todo el día confiaron en llegar a un pacto para el Consejo de Ministros de este martes, pero por la noche aún no se había cerrado.
La propia Díaz, en una entrevista este lunes por la noche, reconoció que existían "profundas discrepancias" entre los socialistas y Unidas Podemos. "No comparto nada esta manera de negociar", resumió la también ministra de Trabajo, que dijo que estaría negociando hasta el último minuto para sacar estos presupuestos.
Finalmente, La Moncloa anunció a primera hora de este martes que se había alcanzado el acuerdo, con la escenificación del pacto con una reunión a las 9.30 horas entre Pedro Sánchez y Yolanda Diaz. Fuentes del Gobierno destacan: "En una nueva muestra de estabilidad, el Ejecutivo saca adelante unas cuentas en tiempo y forma por tercer año consecutivo".
En el Ejecutivo subrayan que las cuentas "incorporarán el mayor gasto social de la historia para reforzar el Estado de bienestar". "Son unas cuentas que garantizarán el poder adquisitivo de nuestros pensionistas y mejorarán las condiciones laborales y salariales de los empleados públicos", resumen para añadir las fuentes: "La sanidad, especialmente la atención primaria, la educación, la dependencia o las becas son algunas de las partidas que se reforzarán en los próximos años".
"Además, las cuentas de 2023 incorporarán fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que orientarán la economía española hacia un modelo más digital, más verde y más productivo", argumentan desde el Ejecutivo.
Estas cuentas incluyen, tras los tiras y aflojas, el compromiso de tramitar "urgentemente esa ley de familias" con nuevos permisos de conciliación: permiso para cuidadores, permiso para atender circunstancias familiares imprevistas o un nuevo permiso parental de 8 semanas, según confirmó la propia Díaz en Twitter. El acuerdo contempla una prestación de crianza de 100 euros al mes para familias con menores de 0 a 3 años y se asimilarán las familias monomarentales, con 2 hijos, a la actual categoría de familias numerosas. Sobre el ingreso mínimo vital, se aumentará en los mismos términos que las pensiones, y el IPREM se situará en 600 euros mensuales a partir del 1 de enero. Asimismo, como había repetido el Gobierno, habrá revalorización de las pensiones. Lo que se ha quedado fuera del acuerdo político es el desbloqueo de la ley de vivienda, una exigencia de UP, ya que lleva estancada ocho meses en el Congreso.
Las terceras cuentas de la coalición
De esta manera la coalición enfila sus terceros presupuestos consecutivos desde que se formara a inicios del año 2020. A pesar de los vaticinios de un Gobierno débil y con una dificilísima aritmética parlamentaria, el PSOE y Unidas Podemos han sacado sus cuentas cada año. Esto no se veía desde la legislatura de mayoría absoluta de Mariano Rajoy tras su victoria en 2011.
En la siguiente legislatura, de 2016 a 2019, no se consiguieron sacar todos los presupuestos y fueron la propia causa de elecciones anticipadas. Rajoy logró aprobar los suyos, en minoría, hasta 2018, cuando llegó la moción de censura, y serían estos presupuestos de Cristobal Montoro los últimos aprobados, de manera rocambolesca ya que en las últimas votaciones ya estaba Sánchez en La Moncloa. Fueron prorrogadas esas cuentas hasta que el Gobierno de coalición sacó sus primeras para 2021.
De hecho, fue la falta de presupuestos generales lo que hizo a Pedro Sánchez adelantar las elecciones generales a 2019, después de que los socios independentistas tumbaran su proyecto, entonces un Gobierno en minoría del PSOE apoyado externamente por Unidas Podemos y los socios de la moción. Esto hizo a España vivir con presupuestos prorrogados hasta los de 2021.
Desde que se formara la coalición se han conseguido sacar cada año los presupuestos generales y van camino de los terceros. De facto, los primeros presupuestos de la coalición en el Congreso salieron con 189 votos a favor (una mayoría mucho más amplia que la de la investidura de Pedro Sánchez, que anotó 167 síes). Y en los segundos, para 2022, también se aprobaron por una amplia mayoría, con 188 parlamentarios a favor. El llamado por algunos Gobierno Frankestein ha logrado durante estos años sacar adelante todas sus grandes leyes, teniendo como única derrota en el Parlamento visible el rechazo que tuvo en 2020 el decreto sobre remanentes municipales.
Mirando a ERC y el PNV
La coalición ahora se enfrenta al reto de encauzar los de 2023 en las Cámaras. Tanto PSOE como Unidas Podemos se han conjurado para sacar adelante estas cuentas, a pesar de haber tenido fuertes roces en parcelas como Defensa (con la idea de trocear el gasto en varios Consejos de Ministros). La intención que ha repetido constantemente la titular de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, es que el proyecto de ley estará listo para entrar en vigor el 1 de enero del año que viene.
Los socialistas están confiados, según el Gobierno, en que lograrán el apoyo de los socios de investidura. No obstante, todavía no ha habido contactos con ellos, ya que la prioridad pasaba en primer lugar por cerrar con Unidas Podemos el proyecto. Se mira especialmente a Esquerra Republicana, que recuerda que todavía queda por negociar “todo”. El escenario de los presupuestos estará muy marcado también por lo que pase en Cataluña en el Govern en los próximos meses, pero en La Moncloa insisten en que los de Gabriel Rufián no podrán rechazar las medidas de izquierdas. También hay ojos hacia el PNV, que dice que todavía queda mucho para dar su apoyo.
En las últimas negociaciones de presupuestos se ha puesto también en la ecuación otra serie de normas, como pasó con la ley audiovisual modificada a instancias de Esquerra. En esta ocasión, se prevé una negociación parlamentaria respecto a la ley de vivienda, que está estancada desde hace ocho meses en la Cámara Baja.
Estabilidad y rechazo del adelanto electoral
Pedro Sánchez está convencido de aguantar hasta el final de la legislatura. El número tres del PSOE, Santos Cerdán, descartó este lunes un adelanto electoral para hacer un superdomingo el 28 de mayo junto a las municipales y autonómicas. “Presupuestos y elecciones, cuando tocan”, sentenció sobre los rumores. Hay varios factores que llevan al jefe del Ejecutivo a apostar por esta opción, como que las encuestas ahora son negativas pero confía en darles la vuelta hasta el año que viene. En su entorno estiman que el efecto Feijóo ya se está diluyendo y que falta todavía movilizar al electorado progresista. Además, el socialista quiere ostentar la Presidencia rotatoria de la UE que le corresponde a España en el segundo semestre de 2023.
Estos presupuestos son también una carta ideológica de Sánchez, con una subida a los ricos y alivios fiscales para las rentas bajas. De esta manera quiere el presidente recuperarse en las encuestas entrando de lleno en el cuerpo a cuerpo con Alberto Núñez Feijóo, al que quieren desmontar de la imagen de centrado y hombre de Estado que ha vendido desde su época en la Xunta de Galicia. Y, además, suponen unas cuentas en el sentido contrario a las del PP durante la anterior crisis, llenas de recortes. De hecho, el techo de gasto para estos PGE tiene la cifra récord de 198.221 millones de euros de gasto no financiero (1,1% más que el año anterior). El presidente tiene previsto comparecer en el Congreso y en el Senado para explicar las medias que está adoptando su Gobierno.
Presupuestos y aguantar hasta el final de la legislatura. Esta es la idea del Gobierno de coalición que ha pactado sus terceros presupuestos con las que pretende dar estabilidad hasta final del año que viene y siempre confiando en que los socios de investidura darán su visto bueno en las Cortes Generales. Un proyecto de ley que se cerró este lunes por la noche, apenas unas horas antes del Consejo de Ministros.