Comunicación, planificación y control: las reglas del núcleo estratégico de Feijóo

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Desde que confirmó su deseo de saltar de la política autonómica a la arena nacional, hace ya dos meses y medio, Alberto Núñez Feijóo se ha despedido de Galicia al menos en media docena de ocasiones entre actos de partido y eventos institucionales. El ritmo lento que ha aplicado a la transición de poder en Génova 13 ha sorprendido al escenario político madrileño, acostumbrado a un frenesí permanente, pero no al grupo de incondicionales que integran su círculo más íntimo. Un equipo de profesionales procedentes casi en su totalidad del periodismo que ha ido conformando a lo largo de su carrera política en Madrid y en Galicia y que le acompaña en bloque en su aterrizaje al frente del Partido Popular.

Algunos de ellos no han empezado todavía a trabajar en la calle Génova y lo harán a lo largo de las próximas semanas. Pero de nuevo sin prisa. Fuentes del PP descartan incluso que el equipo de Feijóo haya decidido ya la consultoría demoscópica que va a utilizar ni si va a seguir recurriendo a los servicios de GAD3, la empresa dirigida por Narciso Michavila, como hacía su antecesor Pablo Casado. Tiene posibilidades de continuar, si tenemos en cuenta que lleva tiempo trabajando también para el PP en Galicia.

En todo caso, “es muy pronto”, aseguran las mismas fuentes. Feijóo vive a caballo entre Madrid y Santiago y “no se ha centrado todavía” en el partido, como demuestra el hecho de que un mes después del congreso de Sevilla aún falten muchos vicesecretarios por nombrar.

La clave de bóveda del equipo personal de Feijóo es Mar Sánchez. Recomendada por el entonces ministro de Sanidad, José Manuel Romay Beccaría, le acompaña desde su primer cargo político en Madrid al frente del antiguo Insalud, en la primera administración de José María Aznar, y le ha seguido desde entonces en Correos, en el último Gobierno de Manuel Fraga, en los años de oposición en el Parlamento gallego y después en sus trece años como presidente de la Xunta. 

Después de un cuarto de siglo de colaboración, en Galicia todos saben que Feijóo no da un paso que ella no conozca y que no haya evaluado previamente, pero siempre desde un segundo plano. Ahora, la nueva etapa de Feijóo en Madrid le ha obligado a dar un paso adelante. Por primera vez forma parte del equipo de dirección política del PP con el revelador puesto de vicesecretaria de Proyección e Imagen, aunque ella nunca se ha considerado una mujer de partido. Feijóo es su responsabilidad exclusiva y el único compromiso por el que rinde cuentas, aseguran quienes la conocen bien. 

A Mar Sánchez se le atribuye el control del dinero público con el que la Xunta riega a los medios privados gallegos y la dependencia de la radio y televisión pública de Galicia. Una tarea clave que ha garantizado a Feijóo un ecosistema informativo afín —con muy pocas excepciones— durante todo su mandato.

Entre los más veteranos del equipo, ya desde los años de la oposición (2004-2009), está Álvaro Pérez, licenciado en Derecho, diplomado en Empresariales por la Universidad de Comillas y el único que no procede del periodismo y la comunicación. Como asesor jurídico especializado en estrategia política, durante años ha sido también imprescindible en la toma de decisiones internas, y ahora, después de un breve paso por la empresa privada, se reincorpora al círculo del líder del PP para ayudarle en el intento de ganar las elecciones generales de 2023.

Ese núcleo original se completa con Luis de la Matta, hoy al frente de la comunicación de Génova. De la Matta es también periodista y aterrizó en Galicia en 2007 enviado por el PP nacional para ayudar a Feijóo a preparar las elecciones de 2009. Su cargo como jefe de prensa del PP no le ha impedido ocupar durante once años un asiento en el Consejo de Administración de la Compañía de Radio Televisión de Galicia (CRTVG).

Fuentes consultadas por infoLibre atribuyen a De la Matta la guerra sucia desplegada por el PP en la campaña electoral que llevó a Feijóo a su primera presidencia de la Xunta. Fue entonces, en 2009, cuando Feijóo captó a otra de las piezas clave de su círculo de confianza, la también periodista Marta Varela, que hasta ese momento se ocupaba de informar sobre el PP en el servicio de noticias de Europa Press. Varela, a la que antiguos colegas suyos adjudican una gran devoción por Feijóo, se convirtió a partir de ese momento en un apoyo fundamental del presidente gallego. Suyos son la mayoría de los discursos importantes que el heredero de Fraga ha pronunciado en los últimos años.

Hoy, por decisión del presidente del PP y en calidad de jefa de gabinete, asiste también —como Mar Sánchez— a los comités de dirección del partido, en los que tienen asiento los cargos estrictamente políticos, como Cuca Gamarra, Elías Bendodo o Juan Bravo.

Los más influyentes

Sánchez, De la Matta y Varela son las personas con más influencia sobre las decisiones del nuevo líder del PP. Y sobre la estrategia que el partido ha comenzado a aplicar con la vista puesta en las próximas elecciones generales. Una hoja de ruta basada en tres principios ensayados con éxito durante más de una década en Galicia que ahora quieren aplicar también desde la calle Génova: comunicación, planificación y control.

El hecho de que el núcleo duro de Feijóo esté formado por periodistas es en sí mismo muy revelador de la importancia que el equipo da a la comunicación. En Galicia fue muy evidente: la prioridad siempre ha sido favorecer un ecosistema mediático cómodo, garantizar la imagen pública del presidente y ahuyentar cualquier tentación de fiscalización del ejercicio del poder.

En segundo lugar, la planificación. Feijóo y su equipo de estrategia han diseñado una fórmula para ensanchar la base electoral del PP que descansa sobre dos ideas: presentar a Feijóo como un “buen gestor”, como un político con “mucha experiencia”, y convencer al electorado de que el partido, gracias a él, vuelve a ser “de Gobierno”, una organización “responsable”, con “sentido de Estado”, pero a la vez capaz de plantar cara al Gobierno de Pedro Sánchez cuando es necesario. Esa es la hoja de ruta que han trazado para hacerse hueco entre el PSOE y Vox y llegar a La Moncloa.

El control es el tercer principio que rige la actuación del círculo íntimo de Feijóo. Lo han aplicado a rajatabla a lo largo del último mes, facilitando al nuevo líder del PP un aterrizaje suave en la selva mediática madrileña, midiendo mucho sus apariciones públicas, exponiéndolo lo menos posible a las ruedas de prensa —casi todas en las que ha participado han tenido lugar en Galicia— y seleccionando muy bien sus apariciones en entornos favorables.

El grupo de afines a Feijóo que le han acompañado desde Galicia no acaba ahí. Y todos sus miembros —de los que la única baja de relieve en estos años ha sido el periodista Lucas Martinón, hoy oficialmente dedicado a la consultoría privada de estrategia y comunicación— han sido ahora cuidadosamente situados para controlar el partido en Madrid. Marcos Gómez, el último en llegar, también es periodista. Es, en funciones, director general de Comunicación de la Xunta, y aunque lleva trabajando para el Gobierno gallego desde 2009 —llegó de la mano de Alfonso Rueda, la mano derecha de Feijóo durante 17 años y hoy su sucesor en la Presidencia autonómica— se incorporó hace apenas dos años al núcleo duro encabezado por Mar Sánchez. 

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Fuera de ese círculo estratégico, pero muy vinculados a él, hay otros dos nombres muy próximos a Feijóo ocupando puestos clave. El primero es Miguel Tellado, un licenciado en Ciencias Políticas al que situó en la sala de máquinas del PP gallego. Lo suyo es controlar el funcionamiento del partido. Es un fontanero puro —bajo esa denominación se conoce a los dirigentes que han hecho de la vida orgánica su profesión—, no un estratega, aseguran quienes le conocen. En Galicia, en sus ruedas de prensa semanales, se limitaba a leer con un teleprompter los textos que De la Matta le preparaba sin salirse apenas del guion ni siquiera para responder a las preguntas de los periodistas.

El segundo es Diego Calvo, el presidente del PP provincial de A Coruña. Calvo, que amagó con disputar a Alfonso Rueda la sucesión en el partido y en la Xunta, es muy apreciado por Feijóo gracias a los buenos resultados que el partido ha ido obteniendo en una de las circunscripciones gallegas menos afines a la derecha. Seguramente por eso lo ha situado al frente del comité electoral, un filtro por el que pasarán todas la candidaturas del partido.

El séquito de Feijóo en su nueva etapa incluye a una última figura, su secretaria personal, Isabel Figueira, encargada de la gestión de su agenda y de tareas de protocolo, pero ajena a la estrategia política.

Desde que confirmó su deseo de saltar de la política autonómica a la arena nacional, hace ya dos meses y medio, Alberto Núñez Feijóo se ha despedido de Galicia al menos en media docena de ocasiones entre actos de partido y eventos institucionales. El ritmo lento que ha aplicado a la transición de poder en Génova 13 ha sorprendido al escenario político madrileño, acostumbrado a un frenesí permanente, pero no al grupo de incondicionales que integran su círculo más íntimo. Un equipo de profesionales procedentes casi en su totalidad del periodismo que ha ido conformando a lo largo de su carrera política en Madrid y en Galicia y que le acompaña en bloque en su aterrizaje al frente del Partido Popular.

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