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Las comunidades se instalan en la opacidad para ocultar la realidad de las listas de espera

Acortar las listas de espera, consideradas un buen termómetro para medir cómo los recortes en plantillas y presupuestos afectan a la calidad asistencial, es uno de los grandes retos del sistema sanitario. Sin embargo es también un territorio sobre el que existe una absoluta falta de transparencia por parte de las autonomías, que son las administraciones encargadas de la gestión de la sanidad en España.

El Ministerio de Sanidad, que recibe el recuento de las comunidades semestralmente, tampoco revela esa información desglosada por autonomías. La opacidad es la norma: algunas autonomías no publican en sus páginas web datos globales –ofrecen sólo desgloses por especialidad o centro– o borran los resultados de fechas anteriores para dificultar que se puedan hacer comparaciones sin acudir a la hemeroteca. 

Hacer análisis completos es complicado porque la información que hay no es comparable, se ofrece de forma sesgada o, simplemente, se oculta. La duda en este punto es si esta falta de transparencia tiene detrás un objetivo político encaminado a preservar a la Administración de turno de la eventualidad de difundir datos negativos que la hagan salir mal en una comparativa general, algo que plantea serios problemas de imagen para los responsables políticos al tratarse de un tema tan sensible como la sanidad, o se atribuye simplemente a diferencias metodológicas. 

01. PERIODICIDAD 

La periodicidad en la publicación de datos actualizados sobre el estado de las listas de espera difiere enormemente entre las distintas comunidades autónomas, lo que dificulta enormente su comparación. Y eso que los datos que las autonomías tienen que recopilar sobre sus listas de espera están regulados por el real decreto 605/2003 y deberían difundirse al menos cada seis meses. Son solo tres las autonomías –AsturiasNavarra y Castilla-La Mancha– que publican datos detallados cada mes.

Castilla-La Mancha, según una legislación autonómica, tiene la obligación de difundir el estado de sus listas de espera mensualmente. Sin embargo, el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) estuvo sin publicarlos de enero a octubre de 2013, ambos meses incluidos, con la excusa de que se estaba remodelando la página web que los aloja y el sistema de elaboración de las listas. En noviembre volvió a publicarlos y los últimos facilitados corresponden a enero de 2014. 

Otras comunidades como Galicia, Madrid y Castilla y León los publican cada tres meses. El resto lo hacen, en la práctica, cada seis. La matización de que la cadencia de publicación bianual es sólo un compromiso sobre el papel tiene su razón de ser en el hecho de que, a principios de marzo de 2014, sean cinco las autonomías que llevan casi ocho meses sin dar información pública sobre el estado de sus listas de espera. Es el caso de País Vasco, Aragón, Cataluña, Murcia y Andalucía. Todas ellas publicaron los últimos datos en junio de 2013. Todas salvo Aragón argumentan que están ultimando la confección de la estadística y que se publicará "próximamente". La pasada semana, el consejero de Sanidad del Gobierno aragonés, Ricardo Oliván, insistió en la imposibilidad de facilitar datos actualizados por la "variabilidad" de los pacientes aunque aseguró que las cifras eran "similares" a las registradas en otras épocas.

02. DEMORA MEDIA 

El cálculo de las demoras –el tiempo que un paciente pasa esperando a ser operado–tampoco se hace de manera uniforme en todas las autonomías. En este punto destaca especialmente el caso de Madrid que, según los datos oficiales, tiene el tiempo de espera más bajo de todo el país (11,2 días). Sin embargo, lo que no cuenta al publicar su estadística sobre lista de espera "estructural" el Servicio Madrileño de Salud es que sólo incluye a los pacientes en la lista cuando han sido vistos por el anestesista y se les han realizado pruebas preoperatorias, no cuando el facultativo les indica que tienen que ser intervenidos. Se limita a definir la categoría como la que contiene "el número de pacientes que, en un momento dado, se encuentran en situación de ser intervenidos quirúrgicamente y cuya espera es atribuible a la organización y recursos disponibles".

Asimismo, ofrece otro dato, el del "tiempo medio de espera de pacientes que voluntariamente han preferido mantenerse en espera para ser intervenidos en el hospital de su elección", es decir, los que se niegan a ser derivados a otros –normalmente privados– para ser intervenidos. Aquí el tiempo de espera aumenta hasta los 107,2 días. Esta peculiar forma de medir provocó que el Ministerio de Sanidad expulsara a Madrid del cómputo nacional en 2005. Fuentes del departamento de Ana Mato señalan que esta comunidad lleva ya un año incluida en el cómputo nacional, aunque la desviación que supone esta extraña forma de medir se suple con una estimación para equiparar estos datos con los del resto de autonomías.  El caso de Castilla-La Mancha también es particular. Desde noviembre de 2013 el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) ha dejado de publicar el tiempo medio de espera de las tres categorías que forman la lista de espera en esa comunidad: intervenciones quirúrgicas, pruebas diagnósticas y consultas de especialidad. Preguntadas por este extremo, fuentes de la Consejería no supieron explicar por qué se había hecho esta modificación. Canarias tampoco ofrece datos del tiempo medio de espera. Y en la Consejería de dan por única explicación que se "carece" de ellos. 

Sobre la demora también es particular la manera de informar de Cataluña. En lugar de detallar el tiempo que un paciente tiene que esperar para ser intervenido expresado en días, el Servei Català de Salut ofrece esta cifra pero expresado en meses y fracciones, en el que 1 equivale a un mes y 0,5 a 15 días. Así, la lista de espera catalana a junio de 2013 se situaba en 4,4703. NÚMEROS ABSOLUTOS 

03. NÚMEROS ABSOLUTOS 

Todas las autonomías excepto La Rioja –la oficina del portavoz del Gobierno de esta comunidad dice que carece de ellos– ofrecen datos de la bolsa de pacientes que esperan a ser intervenidos. Si bien, no todas lo hacen con criterios similares. En este punto destacan especialmente los casos de Aragón y Cataluña. La primera sólo incluye en su lista de espera a los pacientes que llevan más de seis meses esperando a ser intervenidos. Eso hace, en consecuencia, que sus cifras sean mucho menores que las de otras autonomías. Con este sistema, en junio de 2013 había en Aragón 2.923 personas en lista de espera. En junio de 2011 eran 481.

Cataluña, por su parte, también tiene un sistema diferente. En la lista de espera del Servei Català de Salut sólo se pueden consultar los datos de los catorce procesos más comunes y que son también los que tienen tiempos de espera máximos garantizados que no pueden superar los seis meses. Es decir, Cataluña no ofrece información sobre la situación total de la lista de espera. En la estadística del Ministerio de Sanidad esta forma de medir se corrige con una estimación para adaptar las cifras a los criterios del resto de comunidades. 04. HISTÓRICO

04. HISTÓRICO

Echar la vista atrás en la evolución de la lista de espera en las diferentes autonomías también es complicado. Ocho de ellas no ofrecen en las páginas web de sus servicios de salud datos anteriores a los últimos publicados. Es decir, no proporcionan estos datos a los ciudadanos y, de esta forma, dificultan también el estudio de su evolución. Es el caso de Cantabria, La Rioja, Castilla-La Mancha, la Comunitat Valenciana, Murcia, Baleares, Extremadura y Madrid. Acceder a ellos solo es posible, por tanto, a través de las referencias publicadas en medios de comunicación o de las notas de prensa publicadas en su momento por los servicios de prensa de las respectivas consejerías. En esta ocasión vuelve a destacar el caso de Castilla-La Mancha, que tras remodelar su web entre los meses enero y octubre de 2013, procedió a borrar todo el histórico que se venía publicando desde 2002. En el Sescam no explicaron qué relación existe entre que se remodele una página web y se eliminen unos datos. 

Hay otras explicaciones también singulares. Fuentes de la Consejería de Sanidad de Madrid aseguraron que, al publicarse, los datos se "superponen" unos sobre los otros y que por eso no se puede consultar el histórico. Cantabria, La Rioja, la Comunitat Valenciana, Murcia y Baleares guardaron silencio ante la explicación sobre este asunto requerida por este periódico. 

Otras, como es el caso de Cataluña y País Vasco ofrecen datos históricos aunque no de forma sistematizada. En la página del Servei Català de la Salut se pueden ver datos aleatorios hasta diciembre de 2011 y Euskadi no tiene una aplicación de consulta en sí, aunque en un documento colgado en la página de Osakidetza se pueden consultar datos de 2006 a 2010. Canarias es la comunidad que difunde información más antigua, desde septiembre de 2003. Y Aragón y Galicia lo hacen desde 2005. Por su parte, la Junta de Andalucía difunde datos desde junio de 2008, Asturias desde febrero de 2010 y Castilla y León desde marzo de 2011. Por último, en la página del Gobierno de Navarra sólo están accesibles los datos de 2013. 05. PRESENTACIÓN DE DATOS 

05. PRESENTACIÓN DE DATOS 

La forma de presentar la información y el nivel de detalle con el que se hace también es un buen reflejo de la voluntad de las administraciones por hacerla llegar a los ciudadanos. Aquí tampoco hay una estrategia similar. Por ejemplo, en la nueva web remodelada de listas de espera de Castilla-La Mancha no hay forma de encontrar la cifra global, es decir, la que incluye las tres categorías: espera quirúrgica, pruebas diagnósticas y consultas externas. Sólo hay datos por centro hospitalario, especialidad, tipo de lista y año y mes de consulta, lo que es cierto que favorece la extracción de datos.

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Sin embargo, en la Consejería de Sanidad no supieron explicar a este periódico por qué ambas cuestiones son incompatibles; es decir, por qué no pueden estar en la web al mismo tiempo los datos globales y el desglose por especialidad y centro. Tampoco ofrece una cifra global Castilla y León, aunque se puede hallar de manera sencilla sumando los datos de los catorce complejos hospitalarios que hay en la comunidad. Sí la detalla por servicio y pacientes a la espera por tramos temporales en cada uno de ellos. 

Galicia, Asturias, Cantabria, Aragón, Cataluña, la Comunitat Valenciana, Murcia, Canarias, Extremadura y Andalucía ofrecen información de cifras globales de pacientes en lista de espera además de detallar el número de personas que hay esperando a ser operadas por servicios, hospitales o especialidades e incluso por tramos de espera. Madrid también da datos totales y del número de personas que hay a la espera por tramos temporales, pero no por servicios o especialidades.

La Rioja, como ya se ha apuntado, da datos totales y por especialidades, aunque sólo de la demora media. En último lugar son destacables los casos de País Vasco y Baleares, que no tienen una aplicación como tal para ver las listas de espera y los datos se difunden a través de informes que se difunden en sus páginas web.

Acortar las listas de espera, consideradas un buen termómetro para medir cómo los recortes en plantillas y presupuestos afectan a la calidad asistencial, es uno de los grandes retos del sistema sanitario. Sin embargo es también un territorio sobre el que existe una absoluta falta de transparencia por parte de las autonomías, que son las administraciones encargadas de la gestión de la sanidad en España.

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