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La confesión del empresario que admitió la financiación ilegal del PP pone a Aguirre en el disparadero

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La confesión de Daniel Mercado, que el martes admitió ante el juez haber participado en el engranaje instituido por el PP para pagar parte de los trabajos electorales con dinero negro o mediante facturas falsas emitidas contra empresas constructoras afines, ha colocado en el disparadero a Esperanza Aguirre.

Por el momento, Anticorrupción no prevé pedir la citación de la expresidenta madrileña como investigada en la Operación Púnica. Pero las fuentes del caso consultadas por infoLibre convienen en que la declaración de Mercado, dueño del ya desaparecido grupo de publicidad y eventos políticos Over Marketing, complica sin duda su posición.

Durante el interrogatorio, Mercado fue muy preciso en cuanto a quién le daba las instrucciones de a qué empresas debía enviar aquellas facturas que el PP no quería abonar por los cauces legales porque ello habría implicado reconocer que estaba gastando en la campaña para las municipales y autonómicas de 2007 más de lo permitido legalmente. Y, según sus palabras, quien transmitía a Over Marketing esas indicaciones era Beltrán Gutiérrez, entonces gerente del PP madrileño. La versión del empresario afianza la tesis de que las anotaciones del pendrive incautado al gerente de Aguirre y las de la agenda localizada en casa de Granados reflejan pagos reales efectuados por empresas en beneficio del PP. Y explica el porqué de la insignificante facturación al PP declarada por Over y sus tres empresas satélite en 2007 pese a que solo en Madrid asesoró a una docena de candidatos municipales. 

En un momento de la declaración, el publicista dijo tener la certeza de que el gerente del PP madrileño en ningún caso actuaba por su cuenta. Y que difícilmente la operativa que seguía el partido podía ser ajena al secretario general del partido, Francisco Granados.

Fuentes conocedoras de lo sucedido relatan cómo la fiscal de Púnica presente en el interrogatorio a Mercado, Carmen García Cerdá, preguntó en distintas ocasiones al empresario y utilizando perífrasis si el conocimiento de las técnicas empleadas para ocultar gastos electorales llegaba más arriba. El investigado reiteró que la entonces presidenta de Madrid nunca abordaba los asuntos de dinero pero subrayó su intensa participación en el diseño y preparación de los actos de campaña. 

De hecho, mencionó que había celebrado muchas reuniones con Aguirre, que intervenía directamente –eso dijo– en la definición de la estrategia de campaña y que estaba al tanto de los actos programados. A raíz de ese retrato de situación, ua fuente vinculada al caso se formula la siguiente pregunta: "¿Es posible que Aguirre supiera qué cosas se hacían en la campaña y no supiera que todo eso había que pagarlo?" En ese interrogante radica una de las claves por las que la declaración de Mercado ensombrece el panorama para quien durante una década dirigió el PP de Madrid y el Gobierno de la Comunidad con mano de hierro.

Los interlocutores de Mercado

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Según Mercado, sus interlocutores en esas reuniones eran la propia Aguirre, Francisco Granados, Ignacio González, Isabel Gallego –exdirectora de comunicación de la Comunidad de Madrid e investigada en Púnica– y, en varias ocasiones, Alberto López Viejo porque –adujo el empresario– era quien llevaba las campañas de la presidenta.  

Ahora en espera de sentencia tras el primer juicio de la serie Gürtel, López Viejo había sido señalado por el propio Daniel Mercado durante su declaración en el primer caso de corrupción en que se vio envuelto, el Palma Arena, como quien amañaba los contratos de que se beneficiaba Over Marketing. El acta de la declaración prestada en octubre de 2012 refleja sus palabras exactas: "Era López Viejo el que asignaba cada negociado sin publicidad [fórmula en la que se adjudica un contrato por  selección entre las empresas previamente invitadas] y le decía al órgano contratante que lo amañara como creyera conveniente". Mercado"nunca acudió a Esperanza Aguirre a exponer la situación porque le constaba que Alberto era una persona muy valorada y querida por Esperanza".

Pero en cuanto a los contratos públicos –Over y sus tres compañías satélite obtuvieron 10 millones solo del Gobierno de Aguirre en sus cuatro primeros años de gobierno–, Mercado concedió que recibía un buen trato y que tanto Francisco Granados como Ignacio González le allanaban el camino diciéndole con quiénes debían hablar en cada consejería. Pero se mostró este martes mucho más correoso que ante el juez instructor del Palma Arena, el ahora recién jubilado José Castro. Fue ese caso el que destapó la fórmula de que se valía el expresident del Ejecutivo balear y durante años líder del PP en el archipiélago, Jaume Matas, para repartir dinero público a despecho de la legalidad y nutrir con fondos opacos a su partido a la vez que se enriquecía. Matas, y así lo subrayó el juez Castro en distintas resoluciones, solía decir a sus subordinados una sola palabra: "Hágase". Y a partir de ese momento se declaraba por completo ajeno a qué pasos daban esos subordinados para cumplir sus órdenes. 

La confesión de Daniel Mercado, que el martes admitió ante el juez haber participado en el engranaje instituido por el PP para pagar parte de los trabajos electorales con dinero negro o mediante facturas falsas emitidas contra empresas constructoras afines, ha colocado en el disparadero a Esperanza Aguirre.

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