La nueva legislatura
El Congreso primero, Sánchez después: el PSOE empezará a negociar la investidura tras el 17A
En política —y en la vida— siempre hay que priorizar. Priorizar qué hacer, con quién hacerlo y cuándo llevarlo a cabo. La gestión de los tiempos es un recurso político más, sobre todo cuando todos están atentos a tus movimientos. En eso ha consistido la estrategia del PSOE tras el 23J, una noche electoral que dejó a Pedro Sánchez como el único candidato con opciones de gobernar pese a la victoria del PP en votos y escaños. Desde un primer momento los socialistas hicieron un llamamiento a la calma para encarar las negociaciones e incluso algunos emplazaban a Alberto Núñez Feijóo a buscar sus propios apoyos antes de mover ficha.
Tras constatar la soledad del PP, que como máximo podrá sumar 172 apoyos, la formación dirigida por Pedro Sánchez solo tiene un objetivo en mente de cara a la próxima semana: garantizarse el control de la Mesa del Congreso y contar también con la presidencia del Congreso, la tercera autoridad del Estado, lo que implica poder controlar la actividad parlamentaria, tener información de primera mano sobre lo que ocurre en la Cámara Baja y gestionar un presupuesto que en 2023 superó los 110 millones de euros.
Si lo consiguen, Sánchez estará más cerca de la investidura, ya que en los dos casos necesita el apoyo de sus socios habituales —aquellos en los que se ha apoyado a lo largo de la legislatura— y el de Junts. Sin embargo, los socialistas han optado por desvincular ambas votaciones y ahora solo negocian la elección del órgano de gobierno de la Cámara Baja, dejando la investidura para después de la constitución de las Cortes, como señalan a infoLibre todas las partes implicadas.
Así se lo han trasmitido los principales interlocutores del PSOE, Félix Bolaños, ministro de Presidencia en funciones, y su número dos, Rafael Simancas, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes en funciones, que en estas ultimas semanas ya han mantenido contactos telefónicos y videoconferencias con el fin de cerrar un acuerdo que todavía está en el aire pero que parece más fácil que el de la investidura. Este jueves Bolaños ya ha arrancado las negociaciones presenciales con Esquerra Republicana (ERC) y el BNG. Ambas se han mostrado partidarias de apoyar a un candidato socialista para que ocupe la presidencia del Congreso.
Los socialistas quieren dejar de lado las cuestiones más ideológicas y que la negociación únicamente se rija por cuestiones parlamentarias como el hecho de tener grupo propio —una de las principales reivindicaciones de ERC que, según trasladan, el PSOE ya les ha garantizado— o el reparto de presidencias y vicepresidencias en comisiones de la Cámara Baja.
En 2019 los republicanos lograron la presidencia de la comisión de Industria, Comercio y Turismo, presidida por Joan Capdevila. Pese a su pérdida de representatividad el 23J —han pasado de tener 13 diputados a 7—, ERC espera volver a tener una comisión y lo priorizan frente a tener un asiento en la Mesa del Congreso. El PSOE quiere evitar, así, que en estas negociaciones se aborden las reivindicaciones políticas del independentismo, que dejarían para la negociación de la investidura, aunque también establecen límites claros.
ERC vincula una Mesa progresista con el avance del diálogo en Cataluña
Este jueves se ha trasladado a Madrid una delegación de ERC, con la número dos al Congreso por Barcelona, Teresa Jordà, al frente. Jordà ha manifestado su predisposición a que el bloque de la izquierda se haga con cinco de las nueve sillas que componen esta institución, lo que a su modo de ver sería un primer paso para "avanzar en Cataluña" porque resultaría más sencillo negociar ciertos asuntos en el Congreso y garantizarse tener ese grupo propio.
La diputada de ERC también ha zanjado la puerta a iniciar una negociación con el PP, que quiere presidir el Congreso para cercar aún más a Sánchez: "Ante la posibilidad de que esté presidida por el PP o por el PSOE preferimos siempre ponernos del lado del supuesto progresismo español", ha indicado Jordà, aunque ha remarcado que eso no significa que el voto de ERC sea "gratis". La catalana ha señalado, a su vez, que todas las interlocuciones pivotan sobre el próximo día 17 de agosto y que el resto de conversaciones llevan "otro calendario" distinto.
Con todo, fuentes de ERC explican a este periódico que la negociación para la Mesa "puede ser la antesala de la investidura" y ahí es dónde va a estar "el meollo" de la negociación política: "Lo esencial en lo político está en la investidura. El acuerdo para la Mesa, si lo hay, va a ser el instrumento para continuar avanzando", señalan.
La prudencia de Jordà a la hora de hablar de las negociaciones ha ido de la mano de las reservas de Bolaños. "Creo que no voy a ser muy original. Es esencial que seamos discretos, responsables y prudentes. Cuando haya noticias y acuerdos se les comunicará a ustedes", ha respondido a las preguntas de la prensa.
Jordà recuerda a Junts que tienen una "ocasión de oro" y pide un frente común
Jordà también ha insistido en la idea de que el independentismo tiene una "ocasión de oro" para hacer valer sus posiciones, en alusión a Junts, que a diferencia de ERC ha optado por el silencio este jueves. "Los últimos cuatro años se ha trabajado mucho", ha recordado Jordà, tendiendo la mano al otro partido independentista con el que pretenden hacer un frente común para poner en el epicentro de la política los temas catalanes. "Tiene que haber sensatez", ha pedido.
Los siete diputados de Junts también han acudido al Congreso para recoger sus actas pero su portavoz, Miriam Nogueras, ha evitado el contacto con la prensa. Desde la formación llevan días lamentando que no se hayan producido avances en las negociaciones con los partidos del Ejecutivo en funciones para facilitar que los socialistas mantengan la presidencia del Congreso.
Pese a las apelaciones al frente común, entre ambas formaciones existe una pugna soterrada desde hace años. Durante toda la campaña electoral y prácticamente desde que ERC se convirtió en uno de los apoyos parlamentarios de Sánchez, la estrategia de los postconvergentes ha sido afearles su predisposición a contribuir a la gobernabilidad de España "a canvi de res".
El espacio posconvergente es ahora el más duro en el ala independentista. Ante la investidura de Sánchez el dilema de la formación es elegir entre seguir apostando por esa vía y, por tanto, tumbar el gobierno socialista o aprovechar su posición de fuerza y tener protagonismo durante la legislatura. ERC presiona para lo segundo y dentro de Junts hay un debate entre las variadas y múltiples almas del partido, en el que la decisión de Carles Puigdemont tendrá mucho peso.
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Este jueves el Congreso era un hervidero de quinielas sobre la persona llamada a ocupar la Presidencia de la Cámara. Tanto ERC como el diputado del BNG, Nestor Rego, que también ha desfilado por el Congreso, aseguran que desconocen el nombre que propondrá el PSOE tras la decisión de Meritxell Batet de no repetir en el cargo, aunque los republicanos han recalcado que las negociaciones no van "de nombres" sino "de políticas, mientras que el diputado gallego ha destacado que no podrán líneas rojas ahí.
Entre los nombres más repetidos ha estado el del propio Bolaños, que durante toda la legislatura se ha erigido como el negociador en ciernes del PSOE para cualquier votación de calado. El ministro en funciones no ha querido valorar esa opción, que tanto fuera como dentro del PSOE creen que está reservada a un exministro —también ha aparecido el nombre de Carmen Calvo, pero no es la opción con más fuerza— o a algún expresidente autonómico.
Es el caso de la balear Francina Armengol, que a día de hoy cuenta con más papeletas como parte de la estrategia del Gobierno de "feminizar las instituciones", por su buena relación con algunas formaciones como ERC, y al ser una representante de "la España periférica", como ella misma ha destacado al recoger su acta. Otro de los posibles candidatos es Patxi López, quien hasta ahora se ha dedicado a la portavocía del grupo socialista, aunque las fuentes consultadas creen que podría seguir en el cargo la próxima legislatura.