Este domingo se celebran unas de las elecciones generales más reñidas de la historia. La composición del Congreso de los Diputados y del Senado es una incógnita y cada voto parece decisivo. Pero, ¿cómo se determina la asignación de los escaños? Una vez realizada la votación, el sistema D'Hondt es el elemento encargado de decidir el reparto de estos por provincias.
¿Por qué unas provincias aportan un mayor número de asientos al Congreso y al Senado? ¿Existen diferencias entre una persona de Madrid y una de Zamora? ¿Qué tiene que ver la ley D'Hondt en todo esto?
El Congreso de los Diputados cuenta con un total de 350 asientos y cada provincia tiene determinado un número concreto de diputados: dos mínimo por cada circunscripción, salvo Ceuta y Melilla que cuentan con uno. Hasta este punto se suman 102 escaños, no obstante, los 248 restantes se reparten proporiconalmente a la población. Es aquí donde entra la Ley D'Hondt.
Supongamos que en las elecciones de este domingo una provincia aportarse cuatro diputados al Congreso. ¿Cómo se repartirían los escaños por partidos?
En este hipotético caso, sólo cuatro partidos políticos han recibido votos suficientes para optar a algún asiento en el Congreso: el partido A, 400.000 votos válidos; el partido B, 300.000 votos válidos; el partido C, 200.000; y el partido D, 100.000. El restos de los grupos que habían presentado candidatura, no han logrado en las urnas más de un 3% del total de los votos de la provincia y por lo tanto han excluidos del proceso.
A partir de los cuatro grupos que han 'pasado de fase', se ha de dividir el total de los votos válidos que ha obtenido cada uno por todos los posibles escaños que la provincia puede tener en el Congreso (en este caso 4). Cada asiento es individual y, por lo tanto, es lo que permite que el partido A pueda tener 2, por ejemplo, y el resto ninguno. Para que quede claro, hagamos los cálculos.
El partido A ha logrado 400.000 votos válidos, lo que se ha de dividir entre 1 (400.000), 2 (200.000), 3 (133.000) y 4 (100.000). El partido B, en cambio, sumó 300.000, y se divide entre 1 (300.000), 2 (150.000), 3 (100.000) y 4 (75.000), respectivamente. Se repite la operación con partido C, con 200.000 votos. Se divide entre 1 (200.000), 2 (100.000), 3 (66.667) y 4 (50.000). Por último, el partido D, con 100.000 votos: 1 (100.00), 2 (50.000), 3 (33.000) y 4 (25.000).
La asignación de escaños se determinará a partir de los cocientes de las divisiones realizadas para cada grupo y siempre en orden decreciente. Es decir, si esta circunscripción opta a cuatro asientos, los cuatro cocientes más altos entre los obtenidos serán quienes se traduzcan en diputados. En esta provincia, el partido A lograría dos escaños (de sus cocientes entre uno, 400.000, y entre dos, 200.000); el partido B sumaría uno de su división entre 1 (300.000); y el partido C, de su primer cociente (200.000), el cuarto último. El partido D, por su parte, no obtendría representación en el Congreso por su provincia.
En caso de empate en el último escaño disponible, el asiento se le concede a la formación con un mayor número de votos. En cambio, las cifras reales no son tan redondas y es muy difícil que suceda.
¿A quién beneficia la Ley D'Hondt?
Tal como se ha apuntado antes, existen 350 escaños que son repartidos proporcionalmente al número de habitantes por cada provincia: dos mínimo por cada circunscripción, salvo Ceuta y Melilla que cuentan con uno. Esto quiere decir que una provincia como Madrid, la más poblada de España, ha de rellenar un total de 36 asientos disponibles en el Congreso, mientras que Soria (la menos poblada), sólo tiene opción a dos.
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Estas cifras se traducen en un valor muy dispar para el voto de cada circunscripción. Un partido en Soria, al tener un menor número de habitantes, necesita 38.685 votos para lograr un escaño. Sin embargo, en Madrid la cifra asciende hasta los 128.287,5 votos. Soria es, por tanto, la provincia donde más vale la decisión de cara a las urnas.
Del mismo modo, un partido que tenga mucho peso en una circunscripción concreta, como pueden ser los nacionalistas, tiene más posibilidades de lograr un mayor número de asientos en el Congreso que un partido con representación en varias provincias pero con menos votos.
Entonces, ¿a quién beneficia la Ley D'Hondt? a los grandes partidos políticos, ya que suman más votos, y a los nacionalistas.
Este domingo se celebran unas de las elecciones generales más reñidas de la historia. La composición del Congreso de los Diputados y del Senado es una incógnita y cada voto parece decisivo. Pero, ¿cómo se determina la asignación de los escaños? Una vez realizada la votación, el sistema D'Hondt es el elemento encargado de decidir el reparto de estos por provincias.