Los inpectores del Banco de España sabían en abril de 2011 que durante la creación de Bankia y de su matriz, BFA, la entidad presidida por Rodrigo Rato no informó individualmente a los acreedores, especialmente los preferentistas, sobre qué destino tendrían sus títulos: "Sólo contestan las consultas que les llegan. Recomprarán los valores de aquellos acreedores que se sientan perjudicados y causen revuelo", especifica un correo electrónico interno al que ha tenido acceso infoLibre.
Un mensaje interno, que da cuenta de la "reunión de liquidez de Caja MadridCaja Madrid" mantenida el 13 de abril de 2011, relata que tras la decisión de traspasar los activos de las anteriores cajas de ahorros al Banco Financiero y de Ahorros (BFA) y a Bankia, en la nueva entidad se recibieron "llamadas de acreedores mayoristas interesándose por dónde quedan sus títulos, especialmente perjudicados en el caso de subordinadas y preferentes que van a BFA y que contarían con derecho de oposición en el plazo de un mes desde la inscripción".
Los inspectores del Banco de España que participaron en la mencionada reunión de abril de 2011, cuatro meses antes de la salida a bolsa de julio del mismo año, fueron José Carlos Molina Franquelo y Luisa Noelia Sánchez Saorín. Por parte de Bankia estuvieron Fernando Cuesta, Jaime Comunión, Fernando Álvarez e Íñigo Sáinz. Y según los funcionarios públicos, pese a las llamadas recibidas, los responsables de la entidad presidida por Rato "no han informado individualmente a los acreedores, sólo contestan las consultas que les llegan".
"Transmiten tranquilidad"
El informe del Banco de España sostiene además que en los casos en que los acreedores sí acudían a Bankia a reclamar información "les transmiten tranquilidad con el argumento de que esta estructura se ha montado para lograr una gestión más eficiente y garantizar mejor los pagos de todos los pasivos".
El conjunto de mensajes en los años 2011 y 2012 de los inspectores llegan a calificar a la matriz de Bankia, el Banco Financiero y de Ahorros (BFA) como un banco malo, en el que los directivos tenían intención de aparcar los activos tóxicos de las cajas de ahorrosaparcar activos tóxicos, así como inmuebles con difícil salida comercial en plena crisis del ladrillo. Por el contrario, Bankia era la entidad que saldría a bolsa, por lo que en ella se concenttaron los activos más rentables.
De hecho, en un correo electrónico de 16 de diciembre de 2011, el inspector del Banco de España José Antonio Casaus Lara explica que de la reunión que celebró esa semana con los directivos del banco pudo saber que "BFA individual probablemente cerrará 2011 en pérdidas. Mi impresión es que han tirado la toalla con BFA, pero se les ve tranquilos, lo que refuerza mi sensación de que está todo el pescado vendido: venta del 52% del capital social de Bankia en poder de BFA (por 2.000-3.000 millones de euros) y simultánea entrega de BFA (que quedaría en quiebra técnica pues sus fondos propios contables serían negativos tras esa venta) al FROB".
Rato negó que BFA fuera un 'banco malo'
Por el contrario, el 6 de abril de 2011 Rato había rechazado que BFA fuera un banco malo. Durante su intervención en el XVIII Encuentro del sector financiero, organizado por Deloitte y el diario ABC, Rato abordó la situación en la que quedaba Banco Financiero y de Ahorro (BFA), la entidad que agrupaba a Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas, que se quedó con todo el suelo mientras el negocio bancario se traspasaba a Bankia.
Según defendió Rato en ese foro económico, la denominación de banco malo para BFA era una "mala interpretación", porque era "una entidad no cotizada con beneficios, y no hay nada malo cuando gana dinero". Trece meses después Rato dimitía por sorpresa, provocando un terremoto financiero que acabó con la intervención de Bankia, que ha necesitado 22.400 millones para evitar su quiebra.
Una portavoz del colectivo ciudadano 15MpaRato, que ejerce la acusación particular en el caso Bankia, ha calificado de "grave" el contenido del informe adelantado por este periódico: "no se entiende que Bankia informe de que no van a atender a los que no se quejen, y que el Banco de España no haga nada".
La Audiencia Nacional investiga desde diciembre de 2012 la emisión de las preferentes por parte de Caja Madrid y Bancaja. Por ello está imputado el expresidente de la entidad financiera madrileña Miguel Blesa. Sin embargo, fuentes del caso explican que la investigación está paralizada y que muchos de los preferentistas han abandonado la acusación para tratar de recuperar su dinero en la vía civil.
Los inpectores del Banco de España sabían en abril de 2011 que durante la creación de Bankia y de su matriz, BFA, la entidad presidida por Rodrigo Rato no informó individualmente a los acreedores, especialmente los preferentistas, sobre qué destino tendrían sus títulos: "Sólo contestan las consultas que les llegan. Recomprarán los valores de aquellos acreedores que se sientan perjudicados y causen revuelo", especifica un correo electrónico interno al que ha tenido acceso infoLibre.