2-D: hacia las elecciones andaluzas
Criticas en el PP a la estrategia sobre Vox: "Fuimos quienes los metimos en campaña"
El ascenso del partido de ultraderecha Vox en las encuestas para las elecciones al Parlamento andaluz del próximo domingo ha tensionado la recta final de campaña. Una muestra clara de ello se vio el lunes, en el último debate televisado de los candidatos. La presidenta de la Junta, Susana Díaz, intentó, sin éxito, que los cabezas de lista de PP y Ciudadanos, visiblemente incómodos, aclararan si estaban dispuestos a sumar sus votos a los del partido liderado por Santiago Abascal. El papel para el candidato conservador, Juanma Moreno, fue muy delicado. Tuvo que esquivar una pregunta que horas antes había respondido el secretario general del PP, Teodoro García Egea, en una entrevista: "El PP sí quiere liderar ese cambio, porque es el único partido de centroderecha que tiene un programa alternativo. Si Ciudadanos y Vox encajan en nuestro programa, podemos pactar con ellos".
Desde la llegada de Pablo Casado a la presidencia del PP, con un discurso más conservador que Mariano Rajoy, dirigentes del partido han mostrado su preocupación por el hecho de que estuviesen perdiendo electores "por el centro". Esa preocupación ha crecido en las últimas semanas a cuenta de la estrategia seguida sobre Vox.
"Fuimos nosotros quienes los metimos en campaña", se lamenta de forma muy gráfica un líder regional conservador en conversación con infoLibre.
Esta idea, la de que el PP ha contribuido a "dar alas" a Vox está bastante extendida entre las fuentes consultadas, que señalan que fue "un error" que el líder del partido, Pablo Casado, asegurara que su partido y Vox compartían "muchas ideas y principios". "Otras, no", añadiría.
Fuentes conocedoras del diseño de esta estrategia de evitar el choque directo mantienen que recurrieron a ella conscientes de que Santiago Abascal había pescado en el caladero electoral tradicional del PP y que confiaban en que esos antiguos votantes regresarían al ver que Casado rearmaba a la formación a partir de "los principios y valores" tradicionales conservadores. Eso explicaría también que los dirigentes del PP que son cuestionados en público eviten calificar a Vox de partido de "extrema derecha".
"Un partido populista"
"Tendríamos que haber zanjado todo desde el minuto uno. Vox es un partido populista. En el PP somos todo lo contrario a los partidos populistas. Tendríamos que decirlo más", considera un diputado.
En este sentido, la misma fuente considera que la intervención del vicesecretario de Organización este lunes en la rueda de prensa ubicando a Vox junto a los partidos de ultraderecha europeos, tendría que haberse producido "antes". "Esto se tendría que haber escuchado en el PP desde el primer día. Es la mejor forma de desenmascararlos".
En su comparecencia ante los medios, Javier MarotoJavier Marotoseñaló que "presuntamente" Vox recibe financiación de esos partidos de extrema derecha, unas palabras que provocaron una catarata de insultos por parte de Abascal.
"Maroto, ¿por qué dices "presuntamente"? Porque sabes que mientes, miserablemente y sin escrúpulos, y porque no tienes lo que hay que tener para asumir una querella y sentarte en los tribunales por difamar y por atribuirnos un delito de financiación ilegal. Eres un cobarde", fue una de las respuestas del líder de Vox a su excompañero de partido desde su perfil en Twitter. Antes de dar el salto a su nuevo partido y, tras pasar por varios cargos en el Gobierno de Esperanza Aguirre, Abascal militó, como Maroto, en el PP de Euskadi.
Salvo cambios de última hora, la dirección nacional del partido evitará en los próximos días más confrontación. El eje de la campaña de los próximos días, aseguran en el PP, será llamar al voto útil. Moreno se la juega por ser cabeza de lista y por haber apostado, puertas adentro del partido, por Soraya Sáenz de Santamaría frente a Casado. Pero el líder del PP también se la juega: se ha implicado tanto en la campaña que va a tener complicado desentenderse de una derrota.
Y... llegó Aznar
Las fuentes consultadas coinciden, además, en que el expresidenteJosé María Aznar también remó bastante en contra de los intereses del PP en el momento en el que, en la presentación de su último libro, "legitimó a Vox", "le dio carta de naturaleza", al señalar que la derecha política en España estaba dividida en tres. Se refería al PP, a Ciudadanos y a Vox.
Tras varios años de tensiones con la dirección nacional del PP, la presentación del último libro del presidente de FAES supuso la reconciliación entre la dirección nacional del partido y el que fue su presidente. Casado accedió a presentarlo, un gesto que no fue acogido con entusiasmo en todos los sectores del partido.
¿Está el PP a tiempo de dar un giro a esta estrategia en la recta final a las elecciones andaluzas? "Ya llegamos tarde a todo. Es mejor omitirles, no darles importancia. Pero eso ya es un imposible. Decir que estamos abiertos a pactar con ellos es otro error y tampoco ayuda mucho atacarles en la última semana porque eso es darles demasiada importancia y es lo que menos necesitamos", reflexiona un líder provincial.
"Desenmascarando" a Abascal
En el PP hay voces que creen que se ha perdido la oportunidad de "desenmascarar" a Abascal para dejar claro que nada tiene que ver con el PP ni con sus principios y valores. "Como punto de partida, nosotros no estamos en contra de la Unión Europea. Ni de las comunidades autónomas. ¿Cómo explican su oposición al Estado autonómico presentándose a las andaluzas? Que lo expliquen", mantiene una diputada. El problema, explica la misma fuente, está en los vínculos del pasado del líder de Vox con el PP. Y, muy concretamente, con un sector del partido en el que Casado creció políticamente: el aguirrismo. "Abascal se fue del PP enfrentado con Rajoy. Y Aguirre, también enfrentada internamente con Rajoy, le dio cargo público", recuerda.
Abascal fue militante del PP de Euskadi, formación por la que ocupó escaño en el Parlamento vasco. Dejó la formación desencantado por la crisis que experimentó el partido ahora dirigido por Alfonso Alonso tras la marcha de María San Gil. Y dio el salto a Madrid. En la capital, encontró refugio en organismos de la Comunidad durante los años de Esperanza Aguirre como presidenta regional. Primero fue director de la Agencia de Protección de Datos de la Comunidad autónoma, donde aterrizó en febrero de 2010. Después, una reestructuración anunciada por Aguirre en noviembre de 2011 se llevó por delante este organismo. Y, en abril de 2013, según reconoció él mismo en la Asamblea de Madrid, se le encomendó la dirección de la Fundación para el Mecenazgo y el Patrocinio Social. Por estas fechas, el presidente regional era Ignacio González.
En 2013, el presupuesto de esta fundación fue de 252.818 euros. De estos, 183.600 provenían de la Comunidad de Madrid y el resto se correspondían con donaciones empresariales y de la Obra Social de Caja Madrid. El salario bruto anual de Abascal en este último destino fue de 82.491 euros. Fueron datos facilitados por el propio exdirigente del PP vasco en sede parlamentaria.
En diciembre de 2013, reunido el patronato, se acordó extinguir la fundación "a ser posible, en el primer trimestre de 2014". Y también se decidió que fuera Santiago Abascal la persona encargada de pilotar la supresión de este organismo. En enero, se presentó Vox.
De forma paralela, desde 2006 Abascal fue presidente de la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes).
Juntos en la jornada de reflexión
El PP acaricia la Junta de Andalucía
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Este sábado, jornada de reflexión en Andalucía, el PP de Casado acudirá a la concentración en defensa de la unidad de España organizada por Denaes y la plataforma España Viva, según informaron fuentes de la dirección nacional del partido a Europa Press. A ese acto se sumó desde el primer momento el líder de Vox.
De momentos, integrarán la delegación del PP que estará presente este sábado en la plaza de Colón de Madrid el secretario de Política Local y alcalde de Boadilla, Antonio González Terol, y el portavoz de los conservadores en el Ayuntamiento, José Luis Martínez Almeida.
Pablo Casado apoyó algunas de las convocatorias de Denaes en la plaza de Colón en defensa de la unidad nacional cuando ocupaba la Vicesecretaría de Comunicación con Mariano Rajoy.