La decisión de Correa de callar ahora sobre la caja b del PP torpedea la investigación

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La decisión de Francisco Correa de guardar ahora silencio sobre la caja b del PP ha lanzado un misil contra la reabierta investigación de los llamados papeles de Bárcenas. El viraje del jefe de la trama Gürtel, y así lo han asegurado varios letrados a infoLibre, obliga las acusaciones populares a actuar con rapidez y pedir nuevas diligencias para conjurar el riesgo de un segundo cierre anticipado de las investigaciones tras el que en 2015 se saldó con un auto de apertura de juicio contra seis acusados que no compromete a ninguno de los presuntos donantes de fondos opacos y que limita el papel del PP al de "responsable civil".

Tras mes y medio en la cárcel, Correa ha optado por callar sobre los hechos que él mismo desveló en su confesión de octubre durante el primer juicio de Gürtel celebrado en la Audiencia Nacional. Entonces prometió colaborar. Este jueves, en cambio, reiteró ante el juez que quiere seguir haciéndolo: en las demás piezas del caso Gürtel, pero no en la que afecta a las cuentas del PP. ¿Ha minado su propósito la cárcel, ha sufrido presiones de algún tipo? Nadie lo sabe. Fuentes cercanas a su defensa sostienen que el silencio obedece a que el auto de apertura de juicio dictado en 2015 sobre esta pieza no sienta a Correa en el banquillo y a que por tanto resulta "absurdo" que asuma riesgos innecesarios. Pero lo cierto es que su negativa a declarar fue idéntica a la que a primera hora de la mañana había protagonizado el empresario Alfonso García Pozuelo, quien también en octubre confesó: en su caso, que había pagado a cambio de contratos. Hoy viernes debe declarar el supuesto comisionista Plácido Vázquez. Y, tras lo ocurrido ayer, nadie espera que abra la boca.

Que las acusaciones populares se apresurarán a pedir nuevas diligencias -desde declaraciones hasta cotejo y requerimiento de datos obrantes en otros sumarios- lo han asegurado a este diario distintas fuentes de las cuatro personadas, algunas de las cuales subrayan dos factores: que, con o sin silencio, la confesión realizada por Correa en octubre, cuando destapó cómo funcionaba el presunto sistema de comisiones a cambio de contratos públicos, mantiene plena vigencia; y que cuando el antecesor de José de la Mata en el juzgado central 5 de la Audiencia, Pablo Ruz, cerró la instrucción sobre los papeles de Bárcenasno se conocían los avances que sobre la presunta financiación ilegal del PP se están produciendo en la Operación Púnica. Ni nueve empresarios valencianos habían confesado todavía haber abonado facturas falsas que en realidad escondían trabajos de Gürtel para las campañas electorales de 2007 y 2008. Tampoco se había consolidado aún la investigación judicial que señala a OHL -una de las tres empresas señaladas en octubre por Correa- como la empresa que supuestamente pagó para que el gobierno balear del PP amañara el concurso del mayor hospital de las islas, Son Espases.

Pese a todo y a que las acusaciones se declaran decididas a poner toda la carne en el asador para mantener la investigación en marcha, distintos letrados expresan en privado su temor a que el silencio de Correa permita a la Fiscalía alegar la ausencia de nuevos datos concretos -requisito imprescindible para la reapertura de un caso- como argumento para pedir por segunda vez un cierre "en falso". Pero también son varias las fuentes según las cuales el "enfado" evidenciado este jueves por el juez De la Mata ante el silencio de Correa juega en favor de la continuidad de las diligencias.

Un segundo y envenenado recordatorio

El primer argumento en favor de esa tesis -exponen tres de los juristas consultados- es este: que si bien Correa se ha negado incluso a ratificar la confesión que hizo en octubre en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional, confesión en la que desveló cómo funcionaba el presunto sistema de comisiones del 3% a cambio de contratos y mencionó a tres empresas –OHL, ACS, Dragados– que supuestamente habrían pagado, el juez le ha recordado que todas las piezas derivadas del tronco Gürtel forman parte del "mismo procedimiento". El magistrado, José de la Mata, lanzó a Correa un segundo y envenenado recordatorio que, en opinión de los juristas consultados, denota su enfado por el viraje de Correa: que no vale la colaboración con la justicia "a la carta".

La asociación de abogados Adade, que ejerce una de las acusaciones más activas, ya ha anunciado que pedirá a De la Mata que envíe a todos los tribunales encargados de juzgar las distintas piezas de Gürtel testimonio de lo sucedido este jueves para que calibren si realmente Correa tiene derecho a que se le aplique la atenuante de colaboración con la justicia. Es una incógnita si esa nueva amenaza influirá o no en la estrategia de un Correa al que los abogados de la acusación observaron "muy desmejorado" y "mal anímicamente" tras afrontar su segundo encarcelamiento en plena reapertura de los papeles de Bárcenas. La acusación ejercida de manera conjunta por organizaciones como IU, la Asociación Libre de Abogados y Los Verdes fue la primera en solicitar que la instrucción se abriera de nuevo. De inmediato, se le sumó Adade. El Observatori Desc no consideró que se dieran las condiciones para pedirla. Y finalmente, Anticorrupción suscribió la solicitud.

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"No sabemos si Correa ha recibido presiones o si lo que le pesa es verse en prisión después de haber prometido que colaboraría con la justicia y sin que la sentencia sea todavía firme", aduce uno de los letrados que mayor pesimismo exhibe sobre las posibilidades de éxito de la nueva investigación sobre la financiación del PP y que define así lo ocurrido este jueves: "Ha sido un coitus interruptus procesal".

¿Cometió un error la Fiscalía al pedir que Correa ingresara de inmediato en la cárcel para cumplir los 13 años de condena que le han sido impuestos por los contratos de Fitur que la trama obtuvo de la Generalitat valenciana? Bajo promesa de anonimato, otro letrado responde que sí. Un tercero considera que la cuestión resulta suficientemente compleja como para emitir un pronunciamiento tajante. 

 

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