La brecha entre el norte y el sur no se modera en España. Datos recientes publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y otros aportados por varias instituciones académicas han puesto de manifiesto que la diferencia entre las regiones ricas y las pobres sigue siendo muy significativa. Esta misma semana también la OCDE alertó sobre la desigual crisis que sufre España, si bien su informe no contiene datos desagregados por autonomías.
El INE sí hizo en su última Encuesta de Condiciones de Vida de 2013 una panorámica del país por territorios. Algunos datos: mientras en Extremadura el 20% de los hogares llega con "mucha dificultad" a fin de mes, en Navarra este porcentaje es del 4,7%. En Canarias, el 64,1% de las familias no tienen capacidad para afrontar gastos imprevistos, una situación que sufre el 24,2% de las vascas. La evolución tampoco deja lugar a dudas. En Navarra, la comunidad con una tasa menor de riesgo de pobreza, este indicador estaba en el 10,4% en 2009. Tres años después, en 2012, era del 12%. El aumento es de 1,6 puntos porcentuales. La brecha ha sido mayor en las autonomías con índices más abultados. En Andalucía, por ejemplo, ha pasado del 33,3% al 36,9%. El salto más grande, sin embargo, se produjo en Castilla-La Mancha, donde pasó del 28,6% al 35,1%.
La media en PIB por habitante es también, según los expertos consultados por infoLibre, un buen termómetro para medir cómo avanza la desigualdad. En 2008, el mayor nivel de PIB por habitante en España, el del País Vasco, se situaba 29,7 puntos por encima de la media nacional. Extremadura, la autonomía peor situada, estaba 31 puntos por debajo de esa media. La diferencia era, por tanto, de 60,7 puntos. Cinco años después, en 2013, la diferencia se ha ensanchado. Es de 67,1 puntos. Al cierre del pasado año, el PIB por habitante de los vascos (29.959 euros anuales, 34,5 puntos sobre la media) prácticamente duplicaba al de los extremeños (15.026 euros anuales y 32,6 puntos por debajo de la media).
Según la Encuesta de Condiciones de Vida de 2013 Murcia aparece como la autonomía con mayor porcentaje de hogares que llegan a fin de mes "con mucha dificultad", que tienen más retrasos en los pagos relacionados con la vivienda principal y que no pueden permitirse irse de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año. En estos indicadores acompañan a Murcia con porcentajes similares Andalucía, Extremadura, Baleares y Canarias. En el otro lado se encuentran País Vasco, Navarra, Asturias e incluso Madrid.
Desde la ONG EAPN (European Anti Poverty Network), su coordinadora técnica Gabriela Jorquera, cree que estos datos son una "grave señal de alarma" de lo que está ocurriendo en el país. En especial, Jorquera pone el acento en los territorios insulares. Entre 2000 y 2008 se fio el crecimiento de estas zonas al empuje de la construcción y el turismo. "Eso hizo elevar el coste de la vida para los ciudadanos que son residentes habituales", señala. "Una vez detenido el motor inmobiliario la carestía de la vida sigue ahí. Y eso es algo que pagan las familias", sentencia. "La desigualdad –amplía– es una preocupación añadida, estas divergencias hacen que cambie la forma en que nos organizamos como sociedad. En un escenario de mayor desigualdad salir de la pobreza es más complicado. Los recortes sociales, en prestaciones, en acceso a servicios básicos hacen que el salto que tienen que dar esas familias sea más complicado. Hay menos apoyo para ello y eso lo dificulta", culmina.
Esta semana, un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas puso cifras a la realidad de la que habla Jorquera. Según este documento, el porcentaje de pobres en España aumentó 3 puntos porcentuales entre 2007 y 2012, cuando llegó al 22,23% de la población. En seis de las 17 autonomías se produjo en ese período un leve retroceso en la pobreza, mientras que en las once restantes hubo un notable incremento que, en el caso de las Islas Baleares superó los 12 puntos y en el de Canarias los 10, donde se situó en el 31,3% de la población.
Los autores de este informe señalan que se aprecia un incremento en el porcentaje de pobres a medida que se avanza hacia el sur. Así, mientras que en Castilla y León el porcentaje de pobres se ha reducido en un 11,6% entre 2007 y 2012, en las Islas Canarias se observa un incremento del 32% (pasó del 21,3% de la población al 31,3%). ¿A qué se debe esta situación? Antonio Villar, investigador del IVIE y director del estudio, dice que no es fácil determinar "con precisión" las causas, pero sí apunta tres factores. En primer lugar señala la especialización productiva. "En las comunidades que van relativamente peor con respecto a las que van relativamente mejor encontramos un mayor peso del sector construcción, tanto en viviendas (inversión privada) como en infraestructuras (inversión pública), que se ha hundido con la crisis", asevera.
En segundo lugar, Villar se refiere al capital humano. Recuerda que en las autonomías con mayores índices de pobreza la masa de personas en edad de trabajar con una menor cualificación es mayor. También coincide con que estos son los territorios en los que se registran peores resultados formativos según los informes PISA o PIAAC que elabora la OCDE. "Un capital humano más rico suele permite una mayor capacidad de adaptación y de sustitución de unas actividades por otras. Y viceversa", explica. En último lugar, este investigador se refiere al grado de endeudamiento que tenían las diferentes administraciones públicas regionales cuando llegó la crisis. "Esta circunstancia también afecta al impacto de la crisis en cada comunidad, pues los recortes a implementar son de distinta magnitud", señala.
Ahorro y retribuciones
Guillem López Casasnovas, catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona, considera que, en general, es el "ahorro previo" el que "otorga diferente estabilidad ante las coyunturas del ciclo", si bien considera que no hay que valorar del mismo modo la frustración por no poder ir de vacaciones que la posibilidad de ser desahuciados por falta de pago de la vivienda principal. "Este 'cojín' en algún caso está ligado a retribuciones relativamente mayores por mejores productividades que las propias de las economías de servicios, en otros a subvenciones predefinidas o a retribuciones públicas menos fluctuantes con la crisis", asevera.
"La prognosis que de ello se deriva no es buena: comunidades dejadas a lo que de si en cada momento su economía de servicios, ingresos irregulares dependientes de la demanda externa, rentas sumergidas, redes familiares de apoyo que permite sobrevivir sin emancipación posible... y de otra el espejo de las autonomías que van a lo suyo desde un régimen de financiación regional privilegiado. El incentivo erróneo es pensar que lo segundo es solución substitutiva de lo primero", amplía López Casasnovas. Ante esta situación, el catedrático de Economía considera que la solución pasa por "mejorar el modelo productivo desde el esfuerzo propio y el desarrollo regional de la economía productiva" y no por "emular aún más economías subvencionadas y sociedades de brazos caídos".
Sin embargo, las perspectivas tampoco son prometedoras para el futuro en lo que a reducción de las desigualdades se refiere. Según el último informe de situación del Servicio de Estudios del BBVA, correspondiente al segundo trimestre de 2014, "la heterogeneidad en las previsiones de crecimiento regional se mantendrá, dadas las diferencias en cuanto a la exposición de cada comunidad autónoma a la demanda externa, el ritmo de corrección de los desequilibrios estructurales y el ajuste de las finanzas públicas".
La importancia del empleo
Además de la carencia material –que mide la proporción de población que vive en hogares donde no hay útiles tales como coche o lavadora o no se puede hacer frente a imprevistos– y el riesgo de pobreza, el concepto de pobreza o exclusión social viene determinado también por el empleo. Este indicador europeo también se denomina Arope (del inglés, at risk of poverty or social exclusion).
La tasa de paro, aunque ha aumentado en todas las autonomías desde 2008, también ha evolucionado de manera diferente. Andalucía (+14,54), Extremadura (+14,33) Castilla-La Mancha (+14,26) y Murcia (+13,45) son las comunidades en las que más aumentó, entre 2008 y 2013, el número de personas que a pesar de estar en condiciones de trabajar no encuentran empleo. En todas ellas, la tasa de paro aumentó por encima de la media nacional, situada en 12,12 puntos porcentuales a pasar del 13,91% en 2008 al 26,03% a cierre del pasado año. Justo en el otro extremo por debajo de la media están País Vasco (+7,44), Navarra (+8,71) y La Rioja (+10,3). Estas tres autonomías son las que tienen también tasas de paro más bajas.
En este punto resulta llamativo el caso de Baleares, donde a pesar de que la tasa de paro se situaba 3,12 puntos por debajo de la media nacional en el último trimestre de 2013 (22,91% en el archipiélago frente al 26,03% de la media nacional) aparece según la encuesta del INE sobre condiciones de vida como la segunda comunidad que tiene un mayor número de hogares con retrasos en los pagos relacionados con la vivienda principal. Gabriela Jorquera, de la ONG EAPN, recuerda que, por ejemplo, Baleares registró en 2013 la menor caída en el precio de la vivienda de toda España. El valor de los inmuebles se redujo en las islas un 3,7%, mientras que la media estatal lo hizo un 7,8%, según datos del INE.
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El archipiélago mediterráneo también está a la cabeza en cuanto a la proporción de parados que cuentan con algún tipo de prestación. Un análisis realizado por el investigador de la Fundación 1º de Mayo Enrique Negueruela recoge que la tasa de cobertura se situaba en esta comunidad en el primer trimestre de 2014 en el 38,7%. La media estaba en el 32,5%. A su juicio, esta cifra tiene que ver con la alta temporalidad en el empleo que hay en las islas. "El empuje del turismo hace que en Baleares haya mucho fijo discontinuo que cobra subsidio parcializado, lo que en muchos casos no sirve para garantizar unas mínimas condiciones de vida", asevera.
En este sentido, Negueruela recuerda lo que incluso ya ha admitido Bruselas, que encontrar trabajo en España no garantiza salir de la pobreza. El pasado enero, el informe anual sobre la evolución del empleo y la situación social en Europa dibujó un escenario muy desalentador. Sólo alrededor del 35% de los españoles en riesgo de pobreza entre 18 y 59 años que encuentra un trabajo logra salir de la pobreza, un porcentaje similar al que se registra en Grecia. Únicamente Rumanía y Bulgaria ofrecen cifras inferiores.
El mismo informe de la Fundación 1º de Mayo, ligada a Comisiones Obreras, sitúa a Extremadura como la autonomía con mayor tasa de cobertura, con un 41,8%. Negueruela explica este hecho en la influencia del subsidio agrario, la prestación de 426 euros durante seis meses que reciben los jornaleros que acreditan 35 peonadas. "¿Quién puede mantener que se sale de la pobreza con ese dinero?", sentencia Negueruela.
La brecha entre el norte y el sur no se modera en España. Datos recientes publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y otros aportados por varias instituciones académicas han puesto de manifiesto que la diferencia entre las regiones ricas y las pobres sigue siendo muy significativa. Esta misma semana también la OCDE alertó sobre la desigual crisis que sufre España, si bien su informe no contiene datos desagregados por autonomías.