El diario 'El Correo Gallego' intenta inhabilitar judicialmente al alcalde de En Marea en Santiago
La guerra abierta que el diario compostelano El Correo Gallego mantiene desde hace casi dos años contra el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, ha llegado a los tribunales. El periódico le ha denunciado por haber revelado supuestamente secretos al hacer público a través de Twitter y Facebook que el diario tiene una abultada deuda con la Seguridad Social (unos 800.000 euros), lo que impediría al ayuntamiento de la capital gallega formalizar contratos con la empresa editora. Entre otras cosas, El Correo ha pedido a la jueza de instrucción que se ocupa del caso la inhabilitación de Noriega para el ejercicio de cargos públicos. Martiño Noriega ya ha declarado ante la jueza como investigado (antes imputado) y alegó en su defensa que como alcalde no tiene acceso a los datos de la Seguridad Social.
Este episodio no es más que el penúltimo capítulo de la ofensiva que el diario abrió contra el alcalde nada más ganar por sorpresa las elecciones municipales del 24 de mayo de 2015. Aquel día la plataforma Compostela Aberta, formada por miembros de la nacionalista Anova (como el propio Noriega), de Esquerda Unida y de Podemos, fuerzas hoy integradas en En Marea, se convirtió en la fuerza más votada, después de décadas de gobiernos del PSOE y del PP. Por primera vez desde los tiempos de la república, un nacionalista se hacía con el bastón de mando de la ciudad.
El Correo Gallego, de tendencia marcadamente conservadora, no tardó en pasar a defender posiciones muy críticas contra las políticas impulsadas por el nuevo ayuntamiento. Y el alcalde, a su vez, respondió inmediatamente utilizando las redes sociales. Acusó en numerosas ocasiones al periódico de tergiversar, manipular y mentir y ha relacionado esta actitud hostil con su decisión de poner fin a los gastos en publicidad y propaganda de los que, según él mismo denunció a través de Facebook en julio de 2015, se había venido beneficiando El Correo Gallego en los últimos años. Las cifras, según los datos del alcalde, superaron los 200.000 euros sólo en los meses previos a las elecciones.
Este cambio de política con los medios de comunicación, que en Galicia dependen en un alto porcentaje del dinero que reciben de instituciones públicas, municipios, diputaciones y sobre todo de la administración autonómica, coincide además en el tiempo con informaciones que señalan graves dificultades económicas por parte de Editorial Compostela, la empresa editora del periódico, que incluso afecta al pago de los sueldos de sus trabajadores, sometidos a regulaciones temporales de empleo desde hace años.
El alcalde guarda silencio
Preguntado sobre la denuncia por infoLibre, el alcalde de Santiago se ha negado a hacer comentario alguno. Este periódico, sin embargo, ha podido saber que la jueza que tramita la denuncia ya tomó declaración a Noriega. Fuentes judiciales aseguran que Fiscalía, después de oír las explicaciones del regidor, ha decidido pedir el archivo del caso.
La Audiencia archiva sin posibilidad de recurso la denuncia de 'El Correo Gallego' contra el alcalde de Santiago
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Las mismas fuentes aseguran que, en su declaración, el alcalde se defendió de la acusación de revelación de secretos explicando a la jueza que él, como le ocurre a todos los regidores de España, no tiene acceso a datos de la Seguridad Social en virtud de su cargo y que la información sobre la deuda de El Correo Gallego le llegó por otras vías.
Al poco de llegar a la Alcaldía y a través de su perfil de Facebook, coincidiendo con las críticas que el diario le dirigió por intentar por primera vez separar la política local de los actos religiosos asociados a la festividad del Apóstol Santiago, Noriega aseguró llevar años "encajando criticas con elegancia. Son el peaje", razonó entonces, "que hay que pagar cuando te equivocas, cuando defiendes otra manera de hacer o las veces que no practicas el ‘sí señor’ o el ‘pagar con dinero de todos para que hablen bien de uno”. “El juego democrático o es para todos o no es”, concluía el alcalde, que en varias ocasiones no ha dudado en solidarizarse con los empleados del periódico.
Las críticas del periódico, que incluso dejó de referirse al alcalde por su nombre (durante mucho tiempo le llamó simplemente el alcalde 2.0), se han extendido a todos los aspectos de su gestión.