Díaz destaca la unidad del PSOE andaluz y reitera que será neutral en las primarias

Como decía en los pasillos de la sede de Ferraz uno de los barones socialistas más conocidos, el de este sábado era "el Susan day"Susan day. La sesión del Comité Federal totalmente centrada en Susana Díaz, en su victoria en las autonómicas del domingo pasado y en cómo ha inyectado de moral a un partido de natural ciclotímico. Ella era la protagonista, tanto o más que Pedro Sánchez. Y dejó varios recados internos. No nuevos, porque los fue repitiendo en su campaña. Pero sí investidos de la carga simbólica del lugar, Madrid, el nodo de poder del PSOE. Uno, que la "unidad" ha sido clave para que venciese en Andalucía, así que es mejor huir de los líos internos. Y dos, que ella respeta a su secretario general, pero se mantendrá "neutral" en las primarias de julio, en las que se debe decidir el candidato a la Moncloa. 

Díaz llegó a la sede federal acompañada de sus hombres y mujeres de confianza, rodeada de una gran expectación. No acudía a un Comité Federal desde el año pasado, en los tiempos de Alfredo Pérez Rubalcaba. Ante los periodistas, subrayó que su victoria el 22-M –47 escaños, los mismos que consiguió José Antonio Griñán en 2012, aunque el de ahora será un Parlamento más fragmentado, con Podemos y Ciudadanos como emergentes– "abre un buen camino para los socialistas" y llena de "esperanza" a los candidatos que se presentan el 24-M. "Los socialistas tenemos que saber que hay miles de ciudadanos que están deseando confiar en nuestro partido, que para eso el PSOE tiene que ser un partido útil a la gente. Somos la alternativa al Gobierno en este país". Su triunfo, además, "refuerza a todos los socialistas", y todos ellos "han ayudado", ya que su federación, la más potente del partido, ha tenido "el calor, la ilusión, y el aliento de todos los socialistas, desde el secretario general a todos los militantes". Díaz no citó a Sánchez. Alude a él como "el secretario general", y punto. 

De nuevo se le preguntó si él, Sánchez, es la alternativa al Ejecutivo del PP. Es el secretario general, dijo, y "tiene todo el apoyo de todos los socialistas" para desempeñar esa labor. Pero no hubo más cariños. Y no era extraño, porque si algo ha reprobado el PSOE-A a Sánchez es que quiera ejercer ya como candidato presidencial. La presidenta de la Junta en funciones no dio nada por supuesto: en julio, los militantes y simpatizantes "hablarán con libertad" para elegir a su cabeza de cartel en la Moncloa. "Yo no voy a intervenir en ese proceso porque quiero mantenerme neutral para que los militantes y los simpatizantes por primera vez en un partido ejerzan con libertad su voluntad". Díaz siempre pone como ejemplo que ella no intervino en el proceso de elección del relevo de Rubalcaba, aunque lo cierto es que su federación movilizó todos sus apoyos a favor de Sánchez y frente a Eduardo Madina, y eso se reflejó en el resultado. 

Abrazo a Madina

Comenzado el Comité Federal, Díaz fue la primera en tomar la palabra tras la intervención del secretario general, ya a puerta cerrada. La presidenta de la Junta, según relataron fuentes de su entorno y asistentes a la reunión, insistió en que uno de los factores que ha contribuido a su rotunda victoria ha sido la unidad del PSOE-A. Ella se encontró en 2013, cuando tomó las riendas del Ejecutivo y del partido, una federación dividida entre los griñanistas y los partidarios de Manuel Chaves. Y se empeñó en "coser" las heridas, como le gusta decir. Este sábado insistió ante sus compañeros lo que ya recalcaba en campaña: que los ciudadanos quieren que se hable de sus problemas y no de los líos internos de las fuerzas políticas. 

La presidenta señaló que quien gobierna la crisis no está abocado a perder, y que los Ejecutivos no son responsables de la crisis, pero sí de cómo la gestionan. Insistió en que no hay nada nuevo que inventar. Simplemente que la gente vea "reconocible" el discurso del PSOE. También comentó que aquellos que querían medirse con su partido –caso de Podemos– ya lo han hecho en Andalucía y no han colmado sus expectativas: el partido de Pablo Iglesias quedó como tercera fuerza, con 15 escaños, y a 20 puntos de porcentaje de voto. Y a los que dicen que el voto socialista es rural y clientelar, recordó que el PSOE-A ha ganado en 15 de las 29 ciudades de más de 50.000 habitantes

Díaz no se quedó todo el Comité Federal. Oyó las intervenciones del asturiano Javier Fernández, del catalán Miquel Iceta y de la vasca Idoia Mendia y se marchó. Pero antes de franquear la puerta de Ferraz, se encontró con Eduardo Madina, al que dio un fuerte abrazo que fue grabado por las cámaras.

La frialdad que Díaz dispensó a Sánchez contrastó vivamente con la efusividad de otro barón: Miquel Iceta. En declaraciones a los medios, señaló que el "magnífico" resultado de la presidenta en Andalucía coloca al PSOE "más cerca" de la Moncloa y al secretario generás, más cerca también de ser presidente del Gobierno. Para Iceta, Sánchez "está haciendo las cosas muy bien". "Por eso no me duelen prendas en decir que está hoy más cerca de la Moncloa de lo que podía estar hace unos meses", remachó. 

Algo de oxígeno

El Comité discurrió con cierta tranquilidad. Los barones territoriales dispensaron gestos de afecto y agradecimiento a Díaz por su victoria –y por su "narración, su relato y su organización de partido", como alabó el asturiano Javier Fernández–, y según comentaron varios de ellos en los pasillos de Ferraz, no se discutió ni de pactos postelectorales ni de primarias. La prioridad es el 24-M, y ahora se percibe una ventana de oportunidad. Algún dirigente, no obstante, advertía de que Andalucía es un "microclima" muy especial, y que los datos de los socialistas no tendrían por qué ser "extrapolables" al resto de España. La lectura más consolidada, sin embargo, era que la amenaza de Podemos ya no es tan alta como meses atrás, porque se han "desinflado" sus expectativas, y en cambio Ciudadanos sí es un "problema" para el PP. El ambiente, pues, era de satisfacción y de hasta cierta "euforia". Y es que, como recordaba un secretario regional, el PSOE es un partido ciclotímico, que pasa rápidamente de la depresión a la alegría y a la inversa. 

Madrid volvió a ser otra vez centro de atención, como ocurrió en la ejecutiva del pasado lunes. Siete miembros del Comité próximos a Tomás Gómez (entre ellos, Maru Menéndez, Laura Oliva, Trini Rollán, Amparo Valcarce y Mario Salvatierra) afearon a Pedro Sánchez que hubiera destituido al líder del PSM y hubiera disuelto el Comité Regional. Una de las más vehementes fue la exsecretaria de Organización Maru Menéndez, que lamentó el "dedazo" del secretario general hasta con las listas, en las que se ha laminado a los más cercanos a Gómez. Sin embargo, otra dirigente del órgano señalaba que ni siquiera el tono de Menéndez fue demasiado bronco, y en todo caso expresó su respaldo a Ángel Gabilondo, y la disposición de todo el PSM para que pueda ganar el 24-M. 

Las intervenciones de los tomasistas fueron replicadas por el presidente de la gestora, Rafael Simancas, y por miembros de ella cercanos a Sánchez, como Daniel Viondi o Javier Rodríguez. Nadie salió en auxilio de Gómez. 

El secretario general contestó al final, en una breve intervención en la que explicó que había tenido que tomar "decisiones difíciles", pero lo hizo para "tener un partido sólido, fuerte y ganador", y agradeció su trabajo a la gestora por cómo ha conducido todo el proceso en el último mes y medio. Fue respondido, según fuentes socialistas, por una amplia ovación

Los de Gómez pidieron una votación separada de las candidaturas de Madrid. Pero esa opción se desechó. El dictamen completo de la Comisión Federal de Listas, que afecta a todas las planchas autonómicas y de ciudades de más de 50.000 habitantes, salió aprobado con sólo ocho votos en contra –los de los tomasistas– y cuatro abstencionestomasistas. Es decir, quedó respaldado, como enfatizaron luego desde la ejecutiva federal, por "el 95% del Comité". 

Gómez: Sánchez "se juega su futuro" el 24-M

Gómez no intervino en la reunión, por ser miembro de la ejecutiva federal, pero sí disparó a dar en la entrada, ante los periodistas. El exlíder del PSM subrayó que Sánchez "se juega su futuro político" el 24-M. Se juega salir o no "legitimado", y no sólo en Madrid, sino "en toda España". El exjefe madrileño ya dejó claro dónde está el listón: será un fracaso si Gabilondo baja de los 36 escaños que él obtuvo en 2011. "En Madrid, estoy convencido de que va a sacar un diputado más que hace cuatro años", aseguró, con ironía. Además, criticó la operación de "control y exclusión" de sus afines, de la antigua "mayoría orgánica" que tenía las riendas del PSM, en las candidaturas confeccionadas por la gestora y validadas por Ferraz. 

En el Comité Federal se escuchó asimismo alguna crítica al pacto antiyihadista que Sánchez firmó con Mariano Rajoy en febrero. Aunque el tono, según la dirección, descendió respecto a semanas atrás. Algunos dirigentes dudaron no tanto del fondo, sino de la "oportunidad" de la firma del acuerdo, muy cerca de unas elecciones. "Hice lo correcto, porque soy coherente con la trayectoria y los valores del PSOE, y siempre hemos defendido la unidad de los demócratas frente al terrorismo", dijo en su réplica final. Reconoció que el "escollo" era la cadena perpetua revisable, pero recordó que se recurrirá enseguida ante el Tribunal Constitucional.

"Aspiramos a todo. Podemos ganar y gobernarreiteró como mensaje final ante sus compañeros–. Porque quien tiene un problema de liderazgo, relato y proyecto es el PP". A las 15.30 el Comité Federal ya estaba concluido, pese a las 37 peticiones de palabra. 

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