España, a votar . Pero no todos los ciudadanos tendrán las mismas urnas delante en los colegios. Se elegirán la noche del 28-M a los representantes en los 8.131 ayuntamientos que hay en todo el país, pero además seleccionarán a sus parlamentos doce comunidades autónomas (Aragón, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura, Balears, Murcia, Navarra, La Rioja y Madrid). Y más papeletas todavía para los que tengan que escoger a los cabildos y los consells en las islas.
Los partidos se lanzan de lleno a por todas las papeletas posibles y son muy conscientes de que haya sólo locales o varias elecciones esa noche puede afectar también al comportamiento electoral de los ciudadanos. Hasta qué punto diferencian los votantes las instituciones, qué importancia tiene el liderazgo de los candidatos o la fuerza del efecto arrastre a un partido son cuestiones decisivas a esa batalla.
Cada elección es un mundo, una guerra diferente, con características únicas. Pero, ¿qué dicen los datos? Hay que fijarse en la noche del 26 de mayo de 2019, la última vez que se celebraron locales, y con doce autonomías entonces también materializando sus comicios. En ocho comunidades la lista más votada fue la misma que ganó en general en las locales. Eso pasó con el PSOE en Asturias, Aragón, La Rioja, Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares y Canarias. También se impuso en las dos urnas la lista de Navarra Suma en Navarra.
Pero, en cambio, se registraron comportamientos diferentes en esas dos urnas en cuatro autonomías. Aquel día hubo disparidad en Cantabria, donde el PRC de Miguel Ángel Revilla se impuso en las autonómicas, pero el PP tuvo más votos en los ayuntamientos. Otro ejemplo fue Madrid, donde venció Ángel Gabilondo en las autonómicas pero el PP arañó más apoyo en los consistorios.. Los otros dos territorios con el PSOE ganando en las autonómicas de esa noche pero con el Partido Popular al frente de la victoria en las corporaciones fueron Murcia y Castilla y León. Por lo tanto, la gran conclusión de ese 2019 es que la doble urna suele estar dominada por un partido con un porcentaje del 66% de elecciones.
¿Qué pasó en las elecciones que no coinciden?
En cambio, cinco autonomías esa noche sólo votaron a sus alcaldes y sus parlamentos fueron seleccionados en fechas separadas. ¿Y domina el mismo partido? Pues en tres sí: País Vasco (PNV), Galicia (PP) y Comunidad Valenciana (PSOE). En cambio, en dos comunidades ese mayo de 2019 el partido vencedor no logró posteriormente el éxito en las regionales: en Cataluña fue ERC pero luego el PSC de Salvador Illa se aupó en el Parlament, mientras que en Andalucía ganó el PSOE las locales pero Juanma Moreno (PP) se apuntó una mayoría absoluta en las autonómicas en junio de 2022. Por lo tanto, el porcentaje entre las que fueron separadas es del 60% de victoria del mismo partido en las dos citas (muy similar, aunque algo menor, del grupo anterior).
Juan Rodríguez Teruel, profesor de Ciencia Política de la Universidad Valencia, hace una primera reflexión de cara a esta cita electoral: donde haya más de una urna la participación será potencialmente más alta que allá donde sólo haya municipales. Explica que suelen tirar más las elecciones de un grado administrativo mayor. Eso se puede ver, por ejemplo, en que en las generales del 28 de abril de 2019 la participación fue del 75,75%, mientras que un mes después en las locales de mayo esta fue de diez puntos menos (65,2%).
El profesor, experto en sistemas electorales, señala que el voto, cuando hay dos urnas, se suele corresponder en un 70%. Y comenta algunas variables que afectan a los comicios, por ejemplo, autonómicos como la fuerza que tienen los partidos regionalistas, que hace que haya más dispersión de voto. Otro factor que puede hacer también que se diferencien las papeletas es el liderazgo de los candidatos. Interpreta que esto hace que mucha gente pueda diferenciar los partidos de los nombres y meter papeletas de distinto tipo en la mesa.
Sobre las perspectivas de estas elecciones, Rodríguez Teruel comenta que, pese al ruido que hay de la oposición, los datos de las encuestas señalan que puede “haber mucha continuidad de los que están gobernando”. Otro factor que hay que tener en cuenta es la movilización a favor, pero también en contra. Explica, por ejemplo, en el caso de Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida. Los dos pueden tirar con sus electores del otro, pero también puede pasar al contrario. Que el rechazo a la presidenta de Madrid o al alcalde puede llevar a que no se vote al otro el mismo día. Pero indica que el gran enigma este 28-M en la capital es si los ciudadanos de izquierdas cogerán las dos papeletas iguales o las separarán: la intención de voto del PSOE en las generales es ocho veces superior que en las autonómicas en Madrid. “Ahí tienen un problema los socialistas”, apunta. En este punto, comenta que el desánimo de gente de izquierdas al no ver que se pueda conseguir la Puerta del Sol puede llevar a que eso se traslade también a nivel local.
Los "límites" de intenter "nacionalizar" las locales
Otro punto al que se mirará mucho esa noche será a Andalucía, la comunidad más poblada y que sólo tiene locales. Rodríguez Teruel dice que ahora se verá “en qué medida el efecto Moreno Bonilla se mantiene o no entre gente de izquierdas que lo apoyó”. “Tengo muchas dudas de que eso sea así. De hecho, la campaña del PSOE va tratar de que eso no suceda”, apostilla. Tanto en las sede madrileña de Ferraz como en la sevillana de San Vicente pronostican que en los ayuntamientos se va a aguantar mucho mejor que a nivel regional y confían en el tirón de alcaldes como Antonio Muñoz (Sevilla), Gabriel Cruz (Huelva), Julio Millán (Jaén), Paco Cuenca (Granada) y Mamen Sánchez (Jérez de la Frontera).
Desde el PP, Alberto Núñez Feijóo quiere convertir el 28-M en un gran plebiscito sobre Sánchez. El profesor de la Universidad de Valencia opina: “La nacionalización de las elecciones autonómicas y locales tiene muchos límites. Es variable y depende de los liderazgos. Si son fuertes, esa generalización no se produce. La gente prefiere darle el apoyo a un candidato concreto a pesar de lo que suceda a nivel nacional. Por ejemplo, esto sucede con Javier Lambán y Emiliano García-Page. Eso da a entender las posiciones duras que están manifestando durante estos meses. Les interesa realzar su perfil y evitar la nacionalización de los comicios”.
También hace su análisis el director de Opinión Pública y Estudios Políticos de Ipsos, José Pablo Ferrándiz, que sostiene: “Las elecciones más atractivas para los electores son las generales. Estas arrastrarán a más votantes hacia la urna de las otras elecciones con las que coincida. La importancia que los españoles atribuyen a las autonómicas y locales es más o menos similar, aunque se inclina del lado de las regionales. En este sentido, podemos decir que hay una graduación y el voto de arrastre se producirá desde la elección más importante hacia el resto con las que coincida”. Esto ha afectado a calendarios, como cuando Ximo Puig adelantó para que las valencianas coincidieran con las generales en 2019, o el tándem que José Luis Rodríguez Zapatero hizo con Manuel Chaves para que las andaluzas fueran con las nacionales.
“El momento, por tanto, también importa. Si las autonómicas coinciden con las locales y la gente quiere un cambio en el Gobierno regional, habrá más voto de arrastre que podría afectar al voto municipal. Esto como regla general, porque las opciones y las variables que entran en juego son muchas. Porque si el alcalde tiene un fuerte apoyo, pues el efecto podría ser el contrario”, resume Ferrándiz.
Deja claro que “no se puede generalizar en exceso”. Y comenta, por ejemplo, que el “histórico triunfo del PP en Andalucía hubiera arrastrado voto a las municipales si hubieran coincidido en el tiempo: ahora, está claro que la gente va a votar más en clave local, sin olvidar que siempre la política nacional tiene peso en toda cita con las urnas”. “Por todo esto es difícil cuantificar el efecto arrastre en este doble sentido: arrastre hacia la urna y arrastre del voto de una elección a otra. Pero que existe efecto, sin duda. Mira Castilla y León: la participación más baja en unas elecciones autonómicas”, agrega.
"La gente diferencia cada vez más las instituciones"
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Otra clave la aporta la politóloga Verónica Fumanal, que entiende que el voto dual (a partidos diferentes) proviene principalmente de gente “más politizada e informada”. Y también pone en valor que cada vez la gente “discrimina más el voto, ya que sabe diferenciar cada vez más quien ostenta cada competencia en los temas”. “Sin embargo, el arrastre en urna es muy importante entre electorados menos politizados, por eso, las municipales son un elemento de tracción para el voto autonómico”, reseña al hilo.
Para Ramón Mateo, director de beBartlet, estas elecciones son muy “contextuales”, pero sí se puede observar algún efecto arrastre. Vaticina que en las autonomías con dos urnas se espera una mayor participación en mayo, y que en el caso de las locales tiene que ver mucho con el perfil del candidato y que haya grandes temas de la ciudad en el centro del debate.
Centrándose en la batalla madrileña, cree que Ayuso puede ayudar a victorias de candidatos a alcaldías que estén perfectamente alineados con ella en la Comunidad, pero está por ver “cómo identificará el electorado más fiel a la presidenta a Martínez-Almeida”. “En el contexto actual no está del todo claro. En sitios muy institucionales, aparecen juntos, pero una parte de los votantes no olvidará la posición que tuvo el alcalde durante el conflicto interno. Y si uno está atento a los medios de comunicación más próximos a ella, uno puede seguir una cierta línea de puntos donde se marca distancias con el regidor. De alguna manera se identifica que no es equipo Ayuso. Aunque no creo que haya una divergencia tan grande, seguro que desde el sector de la presidenta harán la apuesta y se analizará la diferencia de voto que pueda existir del PP en la capital y en la región”, reflexiona.
España, a votar . Pero no todos los ciudadanos tendrán las mismas urnas delante en los colegios. Se elegirán la noche del 28-M a los representantes en los 8.131 ayuntamientos que hay en todo el país, pero además seleccionarán a sus parlamentos doce comunidades autónomas (Aragón, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura, Balears, Murcia, Navarra, La Rioja y Madrid). Y más papeletas todavía para los que tengan que escoger a los cabildos y los consells en las islas.