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Podemos e IU certifican la confluencia en Andalucía

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Cuando Antonio Maíllo Cañadas (Lucena, Córdoba, 1966) fue elegido coordinador de IU en Andalucía, en junio de 2013, la coalición gobernaba junto al PSOE, Cayo Lara dirigía el proyecto federal sin contestación interna y Podemos no existía. Han pasado algo más de cuatro años, pero por densidad política casi parecen el doble.

El que fuera director general de Administración Local de la Junta de Andalucía a las órdenes de Diego Valderas durante el cogobierno es el más convencido defensor de la confluencia con Podemos como vía para acabar con los casi 40 años de gobierno socialista en Andalucía, y no le ha temblado el pulso a la hora de dar por finiquitados y superados los tiempos del pactismo con el PSOE. Maíllo, profesor de instituto, recibió de nuevo este viernes en Sevilla la confianza de su organización, que lo revalidó en el cargo con 2.501 votos en la asamblea, el 83,03%, porcentaje similar al de 2013, lo que le da 59 de los 71 miembros del órgano coordinador andaluz y el control absoluto de la dirección colegiada.

Queda ratificado el rumbo de Maíllo para IU, que podría sintetizarse en una elocuente frase de su cosecha: "Somos imprescindibles, pero no somos suficientes". El coordinador andaluz, partidario de una estrategia de alianzas abierta que conecte con sectores andalucistas y progresistas sin referentes claros, hace énfasis en que ello no debe desvirtuar ni erosionar la identidad de IU, marcada pero no determinada por el Partido Comunista, mayoritario en la coalición. Esa preocupación existe en IU, pero más aún la de quedar de algún modo absorbidos o sometidos a Podemos.

Esa desconfianza alimenta una oposición interna minoritaria pero no irrelevante, que ha tenido como referente a José Luis Pérez Tapias –hermano del socialista José Antonio Pérez Tapias–, muy próximo a Valderas. Su candidatura ha cosechado 511 votos en la asamblea, un 16,96% del total, lo que le otorga 12 asientos en la coordinadora. Dicho órgano ratificó la elección de Maíllo como coordinador sin votos en contra.

Ovación del plenario a Teresa Rodríguez

La asamblea contó con la participación de la coordinadora andaluza de Podemos, Teresa Rodríguez, que levantó al plenario con un discurso generoso y emotivo, de reconocimiento a la trayectoria de IU. "Vosotros disteis la vida contra el fascismo", dijo, una apelación directa al orgullo comunista. En cuanto a la forma de colaboración de los dos partidos, Rodríguez escribió en su cuenta de Twitter: "No queremos un matrimonio pactado con IU Andalucía, queremos una relación abierta. Un proyecto que invite a todo el mundo". Ésa es también la idea de Maíllo y de Ernesto Alba, recientemente elegido secretario general del Partido Comunista de Andalucía, ambos alineados con Alberto Garzón.

El problema de los máximos dirigentes de Podemos e IU es que en Andalucía el músculo de los movimientos sociales en IU no es tan fuerte como desearían. Lo que sí se ha puesto de manifiesto es que todos han tomado nota de la experiencia de la confluencia en las generales de 2016, cuando Podemos e IU acudieron en Andalucía juntos a la cita electoral pero sin disipar del todo ni el recelo ni la desconfianza, sobre todo en bases y cuadros medios. Tras aquella decepción, la relación entre ambas formaciones ha madurado. En el Parlamento, cada cual hace su oposición, pero no chocan. No hay reproches públicos. Cuando hay roces, se minimizan. A diferencia de lo que ocurre en el Congreso, en el Parlamento IU sí tiene una visibilidad clara. Maíllo disfruta de un protagonismo específico y sus cara a cara con Díaz en el Parlamento a veces son el plato fuerte de la sesión.

El primer gran desafío de la confluencia será cómo articular la fórmula de colaboración, que se pondrá a prueba en las municipales y las autonómicas de 2019. Antes Podemos e IU se han propuesto alentar la movilización social en Andalucía con la vista puesta en el 4 de diciembre, cuando se cumplirán 40 años de la gran manifestación autonomista andaluza.

Susana Díaz, una "tragedia" para Andalucía

"Es verdad que hemos hecho una apuesta arriesgada, pero es la apuesta que teníamos que hacer como organización que siempre arriesga", afirmó tras su proclamación como coordinador Maíllo, que cree que la confluencia responde a "una lectura acertada del tiempo histórico". "Desde la izquierda política y social nos quieren cohesionados, respondemos que cohesionados nos tienen. Nos piden unidad, respondemos que vamos a confluir con aquellos que quieren abrazar la causa de la justicia social y la impugnación de un capitalismo que nos hace súbditos", proclamó. Pidió "una marea, un tsunami positivo de cambio" para ganar a Susana Díaz, cuyo gobierno considera "una tragedia para Andalucía". En lo interno tendió la mano –"somos complicados, yo el primero"– y pidió "que nos dejemos respirar". 

Maíllo y Rodríguez muestran pública e inequívocamente su sintonía política desde hace más de un año. Ambos se han presentado al liderazgo de sus organizaciones con la bandera de la confluencia en alto. Y ambos han recibido el respaldo de sus militancias. Rodríguez arrasó en 2016. Aunque Podemos Andalucía aún no tiene la autonomía que prometió su líder cuando ganó, no es previsible que la formación morada obstaculice desde Madrid sus planes de confluencia, más aún cuando son en buena medida coincidentes con los de Pablo Iglesias con respecto a Alberto Garzón.

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Un camino difícil

El periplo de Maíllo al frente de la mayor federación de IU ha sido cualquier cosa menos plácido. A los tres meses de su llegada, Griñán dimitió y dejó paso a Susana Díaz, que nunca dio muestras del menor entusiasmo por el pacto con IU (tampoco Maíllo, por cierto). En enero de 2014 nació Podemos e IU perdió su condición de gran alternativa al PSOE por la izquierda. Maíllo hubo de enfrentarse al deterioro de la relación con los socialistas, que terminó llevando a la ruptura del Gobierno por parte de Díaz y a la convocatoria de elecciones en marzo de 2015.

IU pasó de 12 a 15 parlamentarios, manteniendo por los pelos el grupo propio, un resultado que entonces pareció malo pero que, visto cómo le salieron a IU las autonómicas en el resto de comunidades, casi acabó pareciendo un logro. Con los comicios andaluces arrancó un largo y complicado ciclo electoral que continuó con las municipales y las dos generales. No ha sido una etapa sencilla, ni para IU ni para Maíllo, que a nivel personal ha superado un cáncer de estómago. Pero el mayor aliado interno de Alberto Garzón, tras dudarlo durante más de un año, se decidió a intentar revalidar su cargo. Sus compañeros le han encomendado el liderazgo cuatro años más, que tampoco prometen ser un camino de rosas. Garzón, presente en la asamblea, dedicó palabras elogiosas a Maíllo y le agradeció su liderazgo en momentos difíciles. El coordinador federal espera que el resto de federaciones opten por el mismo camino, la confluencia. 

Cuando Antonio Maíllo Cañadas (Lucena, Córdoba, 1966) fue elegido coordinador de IU en Andalucía, en junio de 2013, la coalición gobernaba junto al PSOE, Cayo Lara dirigía el proyecto federal sin contestación interna y Podemos no existía. Han pasado algo más de cuatro años, pero por densidad política casi parecen el doble.

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