El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, se mostró partidario este lunes de estudiar la propuesta del filósofo y pedagogo José Antonio Marina de que una parte de la retribución de los profesores dependa del resultado de la evaluación del centro escolar para que se impliquen en el proyecto educativo.
"Es una posibilidad que existe en Finlandia y Singapur que hay que estudiar", indicó el ministro en el desayuno informativo de Europa Press, y dijo que si se quiere tener un debate "honesto y abierto" sobre el profesorado español, "hay que tener todas las posibilidades encima de la mesa".
A su juicio, cualquier cambio "importante y significativo" en el sistema educativo depende "esencialmente del profesorado",de hecho, aseguró que en los meses que lleva al frente del ministerio se ha dado cuenta de que hay que contar "con la complicidad y la colaboración" de este colectivo. "Hay muchos profesores que quieren mejorar y esta [la propuesta de Marina] es una posibilidad que habrá que estudiar", añadió.
"Reconocimiento de la calidad de su desempeño"
"Los buenos profesores no pueden cobrar lo mismo que los malos". Bajo esta premisa adelantó José Antonio Marina (al que el ministro ha encargado el Libro Blanco de la función docente)
una de sus iniciativas para mejorar la calidad educativa involucrando en ello a los docentes. Que parte del salario de los maestros dependa de los resultados del centro es un "reconocimiento de la calidad de su desempeño", considera Marina, según el cual, habría de tenerse en cuenta el contexto sociocultural en el que se imparte clase para evitar que se produzca segregación en el alumnado y un sistema de distintas velocidades.
A juicio de Marina, al Gobierno le corresponde determinar la formación inicial y las competencias del profesorado, que incluye la definición de la carrera docente y las condiciones laborales de este colectivo. También subraya la importancia de los equipos directivos de los centros escolares y su formación y advierte de que en España "está todo por hacer" en este sentido.
"Solo formando profesionales capaces de convertir sus centros en organizaciones que aprenden, que establecen lazos con la familia y el entorno, podremos tener una escuela de calidad", apunta el autor, que ve igualmente "imprescindible" cambiar la selección y formación de los inspectores educativos para que sea un cuerpo de "élite", compuesto por profesionales con gran experiencia.
Inspectores y criterios de evaluación fijados por el Estado
Para Marina, el papel de estos inspectores "no es fiscalizar", "no son policías educativos", su tarea es la de "ayudar a los profesores españoles a mejorar sus competencias".
Este pedagogo indica que le corresponde también al Gobierno fijar el currículo, con la ayuda "imprescindible" de expertos, y advierte de que los currículos españoles en general han sido siempre demasiado extensos.
Como ejemplo, Finlandia. Según Marina, el país nórdico, tras sufrir una crisis educativa hace cuarenta años, creó un currículo muy variado que incluye artes, ciencias, humanidades, idiomas, matemáticas y educación física. Dio mucha libertad a las escuelas para hacerlo, priorizó los estudios profesionales y prácticos, valoró la creatividad, animó a profesores y directores a colaborar y abrió las escuelas a la comunidad educativa.
Asimismo, señala que el Ejecutivo tiene que fijar los criterios de evaluación, aunque reconoce que este es el tema "más complejo y difícil", pues el sistema educativo español "carece de una cultura de la evaluación" y cuando ha querido implantarla, la ha "confundido" con el aumento de exámenes.
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Evaluarles incluso "dentro del aula"
El experto afirma que no solo hay que evaluar a los alumnos, sino también a los directores, inspectores, profesores –incluso "viéndole actuar dentro del aula"– y a los centros educativos, establecer unos estándares, como recomienda la OCDE, y dar al mismo tiempo autonomía a los colegios para que logren a su manera estos objetivos educativos.
También propone evaluar a inspectores y responsables de la administración educativa que, a su juicio, "deben comprometerse con los objetivos educativos o dimitir".
El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, se mostró partidario este lunes de estudiar la propuesta del filósofo y pedagogo José Antonio Marina de que una parte de la retribución de los profesores dependa del resultado de la evaluación del centro escolar para que se impliquen en el proyecto educativo.