La investigación sobre los casi 53 millones adjudicados durante la pandemia a una sola empresa por el suministro de mascarillas mediante contratos a dedo sin publicidad ha puesto en la diana de las sospechas de corrupción a Koldo García, quien en 2020 era el hombre de confianza del entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos. Pero tras Koldo García reaparece como figura relevante del caso un empresario que, según fuentes de la investigación consultadas por infoLibre, ejercía desde atrás y sin que su nombre constase en los documentos mercantiles el control real de la empresa adjudicataria de las mascarillas: Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas SL. Según avanzó este jueves el diario El Mundo, fue él quien captó a Koldo García como intermediario por su relación con autoridades y funcionarios públicos.
Ese empresario se llama Juan Carlos Cueto y desde mayo de 2019 está al borde del banquillo en espera de que se celebre el juicio por una supuesta trama de sobornos multimillonarios a políticos y funcionarios de Angola. Una de sus empresas, Comercial Cueto 92 SL, jugó un papel esencial en la trama gracias a su alianza –una UTE– con la empresa pública de armamento Defex. A partir de 2014, el año en que estalló el caso, Cueto desapareció del organigrama del grupo empresarial de su familia. Pero según los investigadores el borrado de su nombre del Registro Mercantil no implicó un alejamiento de la actividad empresarial.
Ahora, tras salir a la luz un caso que reúne los mismos ingredientes que el de Defex en Angola –contratos a cambio de pago de comisiones– y tras cinco años de silencio informativo sobre un juicio cuya fecha no ha trascendido aún, Juan Carlos Cueto regresa al área de los investigados por corrupción. A día de hoy es uno de los individuos contra los que se dirige la querella que en septiembre formuló la Fiscalía Anticorrupción tras practicar diligencias durante varios meses.
infoLibre contactó con Comercial Cueto 92 SL y solicitó hablar con un portavoz de la empresa o con los abogados que representen a la compañía. La respuesta de la operadora fue colgar el teléfono en las dos llamadas consecutivas realizadas por este medio para recabar la versión del entorno de Juan Carlos Cueto.
El entramado societario: una muñeca rusa
Esas diligencias, que han derivado en la apertura de una causa que instruye el magistrado de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, se efectuaron a raíz de la denuncia que en marzo de 2022 presentó el PP en medio del escándalo por las mascarillas adquiridas por la Comunidad de Madrid y que una comisión de 234.000 euros a Tomás Díaz Ayuso, hermano de la presidenta. En esa operación Anticorrupción no detectó indicios de delito y archivó las denuncias de Más Madrid, PSOE y Podemos.
Los investigadores sostienen que parte de los 9,6 millones de beneficio que Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas SL obtuvo gracias a los casi 53 millones en contratos de mascarillas –el más jugoso, 24 millones, lo otorgó Puertos del Estado el 21 de marzo de 2020– acabaron invertidos en otra sociedad de la trama, Goya Global Holding SL.
En esa compañía, Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas SL poseía al menos en 2021 el 23,48% del total de las participaciones. Las inversiones las habría dirigido Cueto. Y le habría ido dando cuenta del resultado José Ángel Escorial, administrador único de una compañía –Purdey Investment SL– que a su vez ostentaba el cargo de administrador único de Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas SL.
El juez que investiga las presuntas mordidas por las mascarillas deja en libertad al exasesor de Ábalos
Con plantillas exiguas y una actividad pendular –Soluciones de Gestión pasó de los 0 euros contabilizados en 2019 como importe neto de la cifra de negocio a los 53.133.060,31 declarados en 2020–, el entramado societario adoptó aquí el esquema habitual en los aparatos mercantiles oscuros: la estructura de muñeca rusa, donde una sociedad es dueña de otra que a su vez participa en otra y así hasta convertirse en un enorme puñado de cerezas donde cada una conduce a otra.
Según los investigadores, el propietario real de Soluciones de Gestión era el empresario Íñigo Rotaeche aunque, como quedó expuesto arriba, el control real estaba en manos de Cueto. Rotaeche fue puesto este jueves en libertad por el juez Ismael Moreno al igual que Koldo García, su hermano Joseba García y Víctor de Aldama, presidente del Zamora CF.
Hasta ahora, el número de detenidos asciende a 14 aunque no se descartan nuevos arrestos ni registros. Los contratos sujetos a investigación fueron adjudicados por los Ministerios de Transportes e Interior así como por comunidades autónomas (CCAA) como Baleares y Canarias, en aquel momento con gobiernos presididos por el PSOE.
La investigación sobre los casi 53 millones adjudicados durante la pandemia a una sola empresa por el suministro de mascarillas mediante contratos a dedo sin publicidad ha puesto en la diana de las sospechas de corrupción a Koldo García, quien en 2020 era el hombre de confianza del entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos. Pero tras Koldo García reaparece como figura relevante del caso un empresario que, según fuentes de la investigación consultadas por infoLibre, ejercía desde atrás y sin que su nombre constase en los documentos mercantiles el control real de la empresa adjudicataria de las mascarillas: Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas SL. Según avanzó este jueves el diario El Mundo, fue él quien captó a Koldo García como intermediario por su relación con autoridades y funcionarios públicos.