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Enrique Santiago: “Vamos a echar de menos a Pablo Iglesias en el Gobierno"

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Enrique Santiago (Madrid, 1964) acaba de ser nombrado secretario de Estado de Agenda 2030 en el Ministerio de Derechos Sociales, que a partir de ahora estará en manos de Ione Belarra. Secretario general del Partido Comunista y portavoz de IU en el Congreso, en su dilatada trayectoria figuran hitos como ser mediador en el proceso de paz entre las FARC y el Gobierno de Colombia. Como jurista ha ejercido, entre otras tareas, la acusación en el caso del asesinato de José Couso en la guerra de Irak. Es una de las personas de mayor confianza política y personal del líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, y también de la nueva vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz.

Sale del Gobierno Pablo Iglesias, entra el secretario general del Partido Comunista y asciende a vicepresidenta una militante del Partido Comunista. A alguien le va a dar algo.

El Partido Comunista de España es el que más ha hecho por la democracia en el siglo XX. Se ve en la defensa de la legalidad republicana, la reivindicación de la democracia frente a la dictadura y la responsabilidad mostrada por los comunistas españoles durante la Transición asumiendo muchas renuncias, alguna importante como aceptar la monarquía con un jefe de Estado nombrado por el dictador.

Parece que se empieza a normalizar “comunista” como insulto en el debate parlamentario. Ha llegado incluso a lema de campaña casi al tiempo que se cumplen 44 años del viernes santo en el que se legalizó su partido.

La derecha está recuperando el discurso del NO-DO franquista con la criminalización del adversario

Hay un retroceso. La democracia y las libertades públicas están amenazadas con este auge de la ultraderecha. Vox es una expresión franquista de una derecha que siempre ha estado en el PP. La ventaja que han tenido hasta ahora es que la izquierda en España siempre ha estado fragmentada y eso ha dificultado mucho las alianzas. El gran acierto del Gobierno de coalición es saber fraguar alianzas sólidas con segmentos importantes de la izquierda de este país, que es diversa y a menudo nacionalista o independentista, como en Cataluña y País Vasco. Por eso la derecha ha entrado en pánico, porque esas alianzas le impiden construir mayorías de gobierno. Y a partir de ahí entran en el juego sucio, en la intolerancia y en no respetar a todas las ideologías. Están recuperando el discurso del NO-DO franquista con la criminalización del adversario.

¿Con qué objetivos llega a la Secretaría de Estado de la Agenda 2030?

Para mí es un privilegio, he dedicado gran parte de mi vida a defender los derechos humanos y ése es el principal objeto del cargo que voy a ocupar. Personalmente es una satisfacción. El reto es importante, hay que garantizar la aplicación del programa de Gobierno de coalición, que aún queda mucho por cumplir y queremos darle un impulso.

Usted consiguió poner de acuerdo a las FARC con el Gobierno de Colombia. ¿Se ve capaz de poner de acuerdo a PSOE y Unidas Podemos con la ley de vivienda?

Tenga en cuenta que esta vez no hago de mediador [ríe]. La clave es que seamos capaces de crear un proyecto común. A veces el PSOE es más susceptible de aceptar determinadas presiones de poderes no elegidos democráticamente. Tendremos que ayudarles a que venzan esas presiones y anteponer las necesidades de nuestro pueblo. Es necesario facilitar el acceso a viviendas dignas.

Las competencias son del ministro Ábalos, que fue muchos años militante de las Juventudes Comunistas. No sé si usted tiene algo de mano con él…

La oposición chilla mucho, pero la verdadera oposición son otro tipo de poderes

Yo era muy pequeño cuando él estaba en el partido. Hablo a veces con él, tenemos trato y me consta que es un hombre comprometido con cumplir con el acuerdo de coalición. El problema es que, a menudo, en las democracias hay determinadas esferas que incluso escapan al control ciudadano y decisiones que no se toman en espacios democratizados. El asunto es evitar que esos poderes influyan y que vayamos conquistando espacios de poder real en ámbitos también como el de la vivienda. Hace 80 años que no estábamos en el Gobierno, pero si algo hemos aprendido en este tiempo es que la oposición chilla mucho, pero que la verdadera oposición son otro tipo de poderes que se han ido fraguando durante muchos años.

¿Gobernar con el PSOE es tal y como se lo imaginaba?

El PSOE sabe que no va a volver a conseguir mayorías absolutas y que su posible mayoría de gobierno mientras haya una derecha tramontana en este país solo es posible con nosotros. Eso es lo que le obliga a aceptar los contenidos que hemos aportado. Somos la garantía no ya de hacer políticas de progreso, sino del mantenimiento de la democracia en este país frente a la ultraderecha.

¿Qué balance hace del paso de Pablo Iglesias por el Gobierno?

Pablo Iglesias ha marcado un antes y un después en la política española desde la muerte de Franco. Ha sido capaz de romper el tablero del bipartidismo poniendo en marcha todo un proceso político de reorganización de la izquierda y estrechando lazos con las fuerzas nacionalistas. Eso es estratégico para poder garantizar gobiernos progresistas durante muchos años en España. Tiene una visión política que nunca nadie había tenido antes, y ha sido valiente para romper muchos esquemas que parecían intocables.

¿Le hubiera gustado que permaneciera más tiempo?

Yo creo que vamos a echar de menos a Pablo en el Gobierno.

¿Usted le aconsejó que se quedara?

Yo le di mi opinión a todo el que me la pidió, sí. Pero Pablo ha identificado que la batalla política que se va a celebrar en la Comunidad de Madrid trasciende lo territorial, que es una batalla por mantener los valores democráticos frente a la imposición de un régimen autoritario como ya ocurre en Austria o Hungría.

¿Se equivoca el que piense que le quedan diez minutos en política a Pablo Iglesias?

Es un problema que Iglesias no tenga ya muchas ganas de seguir aguantando presiones

El problema no es que le queden diez minutos porque se acabe su momento. El problema es que él no tenga ya muchas ganas de seguir aguantando estas presiones.

Usted ha vivido con él momentos como el acoso en su propia casa o durante sus vacaciones en Asturias.

Son cosas que no han pasado nunca antes con nadie. En casa de Pablo Iglesias llevan acosándole un año. La pregunta es qué han hecho los poderes públicos para evitar eso. Esa familia no puede salir de su casa con sus hijos pequeños. No es que no puedan meterse en el cine, es que no pueden ni ir a pasear al campo. Es inaceptable. Son niños que viven un absoluto acoso.

Usted conoce muy bien a Yolanda Díaz. ¿Van a cambiar mucho las cosas con su liderazgo en el Gobierno? ¿La ve de candidata?

Queda mucho para unas elecciones generales, no toca hablar de eso pero es obvio que sería una extraordinaria candidata. Lo que ha quedado claro es que es una excelente ministra, que es una profesional brillante con gran capacidad de trabajo y de persuasión para conseguir acuerdos de todo tipo. Unidas Podemos está en muy buenas manos con Yolanda Díaz.

¿Iglesias le consultó con tiempo la propuesta de ser nombrado secretario de Estado o hizo como con Yolanda Díaz?

Ha sido una reflexión colectiva, pero yo ya me he encontrado otras veces ante la coyuntura de decidir si aceptaba altas responsabilidades en el Gobierno desde el inicio de la legislatura. Lo que no quiero es desvincularme del trabajo del Grupo Parlamentario.

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Que sectores ultraderechistas puedan entrar en un Gobierno es un drama para la democracia, sería un retroceso histórico. Pero creo que esa batalla se puede ganar porque Pablo ha activado a sectores que estaban desmovilizados. Es trascendental demostrar que se puede parar al fascismo si la gente se moviliza. Ayuso está intentando justo lo contrario, que la gente no vote. Por eso entre otras cosas organiza unas elecciones en un día laborable.

¿Usted contaría con Ciudadanos para establecer un cordón sanitario a la extrema derecha?

Habría sido muy bonito que ellos hubieran sido capaces de construir un espacio de derecha civilizada y democrática, pero se han supeditado a la derecha y la ultraderecha. Ciudadanos va a desaparecer en la Comunidad de Madrid.

Enrique Santiago (Madrid, 1964) acaba de ser nombrado secretario de Estado de Agenda 2030 en el Ministerio de Derechos Sociales, que a partir de ahora estará en manos de Ione Belarra. Secretario general del Partido Comunista y portavoz de IU en el Congreso, en su dilatada trayectoria figuran hitos como ser mediador en el proceso de paz entre las FARC y el Gobierno de Colombia. Como jurista ha ejercido, entre otras tareas, la acusación en el caso del asesinato de José Couso en la guerra de Irak. Es una de las personas de mayor confianza política y personal del líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, y también de la nueva vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz.

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