“El error fundamental de los partidos políticos ha sido no mirar por los ciudadanos”

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José Luis Sanchis (Albocàsser, Castellón, 1943) ha ejercido como consultor político desde que en marzo de 1977, a la edad de 33 años, llegó a la Moncloa para trabajar codo a codo con Adolfo Suárez, el primer presidente de la democracia y el que mayor huella dejaría en la memoria de Sanchis. 

El doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, abogado y economista por la Universidad Comercial de Deusto, ha participado en el diseño y organización de un total de 126 campañas electorales, junto a políticos como Manuel Fraga, Jordi Pujol, Aníbal Cavaco Silva y Alberto Fujimori, entre otros. Actualmente es decano de los expresidentes mundiales de la Asociación Internacional de Consultores Políticos (IAPC), y acaba de publicar el libro ¿De qué color llevaba Adolfo los calcetines?(Península, 2016), donde analiza los aspectos fundamentales del Gobierno de Unión de Centro Democrático (UCD).PREGUNTA: Usted sostiene que la política se basa en las matemáticas. ¿Por qué son tan importantes?RESPUESTA:

Cualquier afirmación política se puede pasar a un lenguaje o a un planteamiento matemático. Por ejemplo: en este momento hay un tira y afloja entre unos partidos y otros, sobre si se va a un pacto o no. Las razones que motivan el pacto es poder gobernar juntos. Para eso hay dos partidos, por ejemplo Ciudadanos y PSOE, que están queriendo gobernar, y suman una fuerza concreta. Por otro lado, están los partidos que quieren que no gobiernen estos dos, que pueden ser el PP y Podemos, y que suman otra fuerza. Si se unen PP y Podemos la fuerza es mayor que la de PSOE y Ciudadanos, por lo tanto éstos no podrán gobernar. Sin embargo si uno de ellos se abstiene, por ejemplo Ciudadanos, entonces Podemos y PSOE tienen suficiente fuerza. Es decir, para que haya un gobierno es necesario que como mínimo dos partidos voten a favor y otro se abstenga. Es pura matemática.

P.: En relación a las estadísticas, los sondeos y las previsiones, ¿cuál es la importancia de la interpretación y de actuar en consecuencia, más allá de las cifras?R.:

Los sondeos son un procedimiento matemático que tiene como objetivo reducir el número de personas a las que le preguntas qué es lo que desean votar, y tratar de tener así una previsión de cuál va a ser el resultado. La importancia es total, porque mucha gente que no sabe cuál será su voto, lo decide en función de estar con la mayoría o con la minoría. Todo se puede llevar a un planteamiento matemático, que es lo que te permite actuar de acuerdo con un método científico.

P.: Dice que Adolfo Suárez es el político que más huella le ha dejado.R.:

En efecto, y por varios motivos. En primer lugar, porque fue el primer político con el que trabajé a nivel profesional serio, y en segundo porque era un político de tanta altura, de tanta talla, de tan buena voluntad… Que cuando se tiene éxito con una persona buena la satisfacción es mayor. Y por último, conforme uno se va a haciendo más mayor, se va perdiendo la ilusión y se basa más en el pragmatismo y en la realidad, y sin duda alguna Adolfo Suárez fue una persona por la que valía la pena luchar, y el resultado fue realmente bueno.

P.: ¿Cree que ha cambiado con el tiempo la imagen que la ciudadanía tiene de Suárez?R.: 

Sí. Ha cambiado la imagen, porque la realidad es la que era. Y la realidad es que, al menos desde mi punto de vista, era una persona de gran generosidad y de gran valentía. Ahora, como las circunstancias han cambiado, y como después de Suárez han venido otros políticos, es más fácil darle el valor que tenía aunque entonces no se le reconociera. Por lo tanto sí que ha cambiado, porque ha cambiado España y porque hemos conocido más a otros políticos.

P.: En su libro, relata que su trabajo con él se basó en la ilusión y el entusiasmo, conceptos que suenan muy actuales.R.:

Sin duda. Yo creo que todos los políticos en general tienen una gran ilusión por conseguir su objetivo. Todos. La única diferencia es que cambian sus objetivos: si son de interés personal y propios, entonces a los electores no nos importan nada, y si los objetivos que tienen los políticos se basan en servir a los ciudadanos del país, entonces tienen una gran importancia. Aunque todos tienen ilusión a algunos les damos credibilidad y a otros no.

P.: Dice que la historia nos persigue y es necesario no repetir errores. ¿Cree que se han repetido errores en los últimos años?R.:

Yo creo que a lo largo de la Transición se produjeron muchos errores en asuntos que si se volvieran a producir los resolveríamos de forma distinta. Se han producido errores, y en las últimas legislaturas también. Para mí, el error fundamental es que cada partido mira para él en lugar de mirar para los ciudadanos. Porque por los ciudadanos se puede hacer cualquier cosa, y eso implica grandeza de espíritu y de ideales. Cualquier decisión se puede justificar siempre que sea en beneficio de los ciudadanos, pero si esa decisión se ha hecho por propio interés, aunque tenga éxito, implica una pérdida de credibilidad.

P.: ¿Cómo valora la actuación de los partidos a la hora de encarar los casos de corrupción que tan repetidamente se están destapando?R.:

Mal, muy mal. He de reconocer que la situación por la que ha pasado España ha sido muy propicia para que hubiera corrupción, pero lo que no está justificado es que los partidos hayan reaccionado con el silencio, en lugar de reaccionar diciendo que esto no es posible y que quien la hace la paga. En todo caso creo que hemos abusado de la corrupción en la política española, y se ha abusado excesivamente del tapar, lo que supone que un pecado se multiplica por dos o por tres.

P.: Hace un par de años decía en una entrevista que le gustaría asesorar a Cayo Lara porque había llegado el momento en que los ciudadanos e IU debían converger en las mismas ideas. ¿Cómo valora la situación de IU ahora y qué le dice la figura de Alberto Garzón?R.:

 Hace dos años yo pensaba, y sigo pensando, que la izquierda tiene mayor fuerza en la realidad española que lo que demuestran las urnas. Y en concreto IU, el partido de Cayo Lara, tenía en los sondeos y en los resultados peor valoración de la que tenía con respecto a los ciudadanos, y ese era el momento de tener éxito. La verdad es que la izquierda lo ha tenido, pero la izquierda de Podemos, que junto a IU podría haber obtenido un resultado muchísimo mejor y ambos podían haber sobrepasado al PSOE, algo muy importante. Desgraciadamente para IU, Podemos no aceptó ir juntos, y desgraciadamente para Podemos, no fue junto a IU. Si lo hubieran hecho, en estos momentos serían la segunda fuerza del país, y de cara a unas nuevas hipotéticas elecciones tendrían muy clara la victoria. Si hubieran ido juntos, en mi opinión, el resultado habría sido de un Podemos situado en segundo lugar gracias a esa coalición, y por tanto sobrepasando al PSOE, de modo que el Gobierno de izquierdas habría sido mucho más fácil formarlo.

En cuanto a Alberto Garzón, yo creo que es un excelente candidato con un gran futuro. Quizá ha pecado no de inmadurez, pero sí de poca experiencia en la negociación y en la vida política. El paso de él como candidato a la presidencia del Gobierno tenía toda la lógica del mundo, y habrá aprendido por los últimos meses lo que hay que hacer cuando se está en primera división, y lo fácil que es para un contrario abusar de él.

P.: Usted habla de la importancia de tener una relación cercana con el electorado, una buena actitud y estar atento ante las sorpresas que se pueden ir produciendo. ¿Cuál sería el candidato que a su juicio se aproxima más a esos requisitos?R.:

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Yo creo que hay dos candidatos que han tratado de acercarse más a la voluntad de los electores, que son, evidentemente, Rivera y Sánchez. Tanto Rajoy como Iglesias han estado firmes a sus bases, pero no respecto al electorado en su conjunto, que pedía un cambio y pedía que ellos llegaran a acuerdo. Eso va a dar como resultado un premio a los dos partidos que han tratado de poner solución a los problemas que hay en España, y pienso que habrá un castigo para Podemos y para el PP. Pero tenemos que esperar, estamos muy cerca de una solución, vía elecciones o vía investidura, por lo tanto mi opinión está basada en una experiencia grande, pero tampoco haría una gran apuesta. Con sinceridad creo que la situación es difícil y que tenemos que esperar.

P.: En su libro menciona también el peligro de las coaliciones en el marco de la Transición. Hoy la idea de un Gobierno de coalición está muy presente, ¿cuál cree que serían los riesgos y los beneficios?R.:

Los beneficios son los de todacoalición, y es que dan estabilidad al Gobierno que ha conseguido la investidura, y eso es muy importante. Por tanto creo que conseguir un gobierno de coalición sería positivo. La parte negativa es la desunión que podría aparecer a lo largo del periodo que se está en el poder, y sobre todo la sensación pésima de esa desunión. Eso que a corto plazo puede ser positivo, a medio plazo puede ser muy peligroso, porque hay que tener cuidado para evitar los desacuerdos que haya dentro de los grupos que forman ese gobierno. Yo recomiendo ese gobierno pero con prudencia y, sinceramente, no sé si eso ocurriría en el caso de que estuviera Podemos.

José Luis Sanchis (Albocàsser, Castellón, 1943) ha ejercido como consultor político desde que en marzo de 1977, a la edad de 33 años, llegó a la Moncloa para trabajar codo a codo con Adolfo Suárez, el primer presidente de la democracia y el que mayor huella dejaría en la memoria de Sanchis. 

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