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España no está en la agenda de Trump, pero Trump sí en la de Vox

Ocho años después de ganar las elecciones presidenciales, el republicano Donald Trump podría volver a la Casa Blanca si se impone sobre la demócrata Kamala Harris el próximo martes 5 de noviembre. Un regreso plagado de incógnitas por las decisiones que podría tener —tanto si gana como si pierde y no acepta el resultado—, especialmente en política exterior. La principal promesa de Trump es la imposición de entre el 20% y el 10% de aranceles a todas las importaciones a partir de 2025, a lo que se suma la presión hacia los países miembros de la OTAN para que aumenten su gasto en defensa bajo la amenaza de dejar a Rusia "hacer lo que ellos quieran" con los Estados que no alcancen ese mínimo de gasto y su apoyo sin matices a Israel en su guerra contra Palestina e Irán.

En el caso de que el magnate se hiciese de nuevo con la Casa Blanca, cabría esperar cambios que afectasen a todo Occidente. Así lo apuntan Carlota García Encina es investigadora principal de Estados Unidos y Relaciones Transatlánticas del Real Instituto Elcano, y profesora de Relaciones Internacionales, Ana I. López Ortega, doctora en Ciencia Política por la Universitat de València, especialista en extrema derecha, delitos de odio y análisis y comportamiento electoral y Pedro Soriano Mendiara, analista en Agenda Pública y experto en política estadounidense.

Las tres voces expertas consultadas por infoLibre también coinciden en que las principales repercusiones para España serían de carácter económico, aunque consideran que a nivel político podría beneficiar a formaciones como Vox, que se presenta como su gran aliada en nuestro país.

Consecuencias económicas: aranceles a productos españoles

A juicio de López Ortega, "las consecuencias más inmediatas serán las económicas derivadas de la agresiva política arancelaria de su administración y la aplicación de ley Helms-Burton que afectan a intereses españoles en Cuba". La experta destaca que la política aislacionista de Trump se traduce "en una economía y defensa más debilitada para la Unión Europea": "Ya ha anunciado que volvería a establecer aranceles de alrededor de un 60% a China, pero también al resto de países de mínimo un 10% con aranceles en las importaciones de los países europeos, debilitando la Organización Mundial del Comercio", prosigue.

La investigadora de Real Instituto Elcano considera que estos aranceles dañarían a España porque "dependemos mucho más Estados Unidos que ellos de nosotros". Sobre los sectores más perjudicados, García encina apunta a las exportaciones del campo como el aceite de oliva, el vino y las aceitunas. En 2019, Trump ya impuso aranceles a España, Francia, Alemania y Reino Unido, como penalización por las ayudas de Estado a la aeronáutica europea Airbus. Un 25% para el aceite de oliva, el vino, el queso y las aceitunas. Aun así, cree nuestro país no es el que más sufriría frente a las economías de Giorgia Meloni y Olaf Scholz.

Soriano también pone el foco en los aranceles. "Trump es un hombre de pocas convicciones, pero una de las que mantiene con mayor firmeza es el proteccionismo económico. Nuestras exportaciones a Estados Unidos sufrirían con el incremento de aranceles, que, a su vez, provocaría probablemente una serie de represalias que acabarían conduciendo al mundo a una recesión económica", anticipa.

Consecuencias políticas: auge de la extrema derecha y el populismo

A nivel político, García Encina destaca que con Pedro Sánchez al frente de la Moncloa es evidente que no habrá "sintonía política" entre ambos dirigentes, pero descarta que se produzca un incidente diplomático como sí sucedió con el presidente argentino Javier Milei. En ese sentido, destaca que para Estados Unidos España no es un país tan importante aunque sí podría acabar con el acuerdo de cooperación ratificado entre Sánchez y la administración Biden, en el que ambos países se comprometieron a colaborar en materia de migración y seguridad en América Central. "Si Trump llega al poder, podría acabar con este acuerdo", afirma.

Además, la investigadora también destaca que la victoria del norteamericano serviría de inspiración por su discurso populista. Coincide con ella Ana I López Ortega, que considera que habría "una mayor trumpización del eje de la derecha española, que ya ha copiado estrategias y mensajes de Trump fácilmente " reconocibles por ejemplo, en dirigentes como Isabel Díaz Ayuso. En este punto discrepa Soriano, que cree la elección de un gobierno de derechas "empuja a los votantes hacia posiciones de izquierdas, y viceversa". En el caso concreto español, hace hincapié en que la simpatía por Trump abarca "sólo un segmento restringido de los partidos políticos: Vox, Junts y parte del PP".

La especialista en extrema derecha explica que si Trump accede por segunda vez a la Casa Blanca, habrá "implicaciones políticas con un reforzamiento de la imagen y reputación de Vox", ya que es el único partido que ha apoyado la campaña de Trump y que ha sido invitado como orador a la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC). De igual modo, el republicano también ha apoyado al partido de Santiago Abascal con vídeos en sus mítines.

"Como en el primer mandato, la presidencia de un líder de extrema derecha refuerza a sus homólogos internacionales porque lo legitima como actor para gobernar y valida y normaliza su programa político, desde la política deshumanizadora de migración hasta la agenda del cambio climático que también podría reforzar la posición de los europeos escépticos sobre el propio acuerdo ecológico de la UE", señala López Ortega.

Consecuencias internacionales: problemas para Ucrania y Gaza

Las voces expertas consultadas coinciden en que en el caso de la victoria de Trump afectaría, especialmente, a la guerra de Rusia contra Ucrania y a la de Israel contra Palestina. Sobre el primer conflicto, la doctora en Ciencia Política por la Universitat de València recuerda que el norteamericano ya ha declarado públicamente su intención de suspender las ayudas a Ucrania lo que "supondría una debilidad defensiva que favorecería una victoria de Putin" y que a principios de este año, mientras el Congreso estadounidense negociaba un paquete de ayuda exterior que asignaba 60.000 millones de dólares en suministros militares para Ucrania, Trump "intentó influir presionando para que la ayuda se estructurara como un préstamo, en lugar de una subvención".

La investigadora del Real Instituto ElCano afirma que una de las obsesiones de Trump es acabar con el conflicto ucraniano. "Está convencido de que lo puede hacer, quiere tener ese legado.", apunta. "¿Cómo lo hará? Chantajeando a Rusia diciendo que van a imponer sanciones y a los ucranianos igual", añade. Sin embargo, no cree que Trump vaya a quitar a la ayuda militar porque "la mayor parte repercute en la industria americana". El analista en Agenda Publica considera, sin embargo, que Trump cerrará el grifo del suministro de armamento a Zelensky "y le forzará a firmar una paz humillante que consagre la pérdida del 20% del territorio de Ucrania a favor de Rusia, y probablemente ponga al país bajo una semitutela militar de ésta".

Sobre Israel, García Encina considera que "lo que va a hacer Trump es apoyar hasta el ultimo momento" a Benjamin Netanyahu, al que cree que no va a pedir explicaciones. "Hay más peligro, porque a él, en su percepción, le gustaría dar un golpe en la mesa", señala. Por su parte, López Ortega destaca que "las cosas no serían mejores para los palestinos" ya que el norteamericano ha dicho en entrevistas que Tel Aviv necesita "terminar el trabajo" en Gaza, "lo que para los israelíes podría significar completar una campaña de limpieza étnica o un genocidio": "La inclinación de Trump sería subir la apuesta, ir a todo y probablemente que Israel ataque las instalaciones nucleares iraníes. Y esto sería bastante peligroso", zanja.

Soriano, por su parte, también destaca que Trump dará "manga ancha a Israel para destruir a Hamás y Hezbolá, así como para atacar a Irán en puntos sensibles." pero señala que las relaciones entre Trump y Netanyahu "son menos buenas de lo que pueda parecer" por lo que por lo que cree que en algún momento Trump "puede también optar por cerrarle el grifo". Por el momento, sin embargo, señala que "el papel de Israel como policía de Oriente Medio le conviene a unos Estados Unidos que con Trump se replegarían de sus compromisos exteriores".

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La victoria de Trump también podría tener consecuencias en materia de defensa. Soriano anticipa "un giro aislacionista importante en la política estadounidense que obligaría a sus aliados europeos en la OTAN a incrementar sus presupuestos de defensa sustancialmente". En el caso España, que es el miembro de la OTAN que destina una parte menor de su Producto Interior Bruto a gastos en defensa (el 1,28%, según los últimos datos) "se vería obligada a incrementarlo, en detrimento de otras partidas del gasto social", apunta el experto porque "Trump se lo exigirá a España". El gran peligro, a su juicio, "es un viraje de Estados Unidos hacia el autoritarismo, que dejaría a Europa indefensa y atrapada entre unos Estados Unidos y una China autoritarios, sin soberanía propia".

Según López Ortega, "debería preocupar" al conjunto de la Unión Europea porque "si en el primer mandato atacó a la OTAN y se acercó a Corea del Norte y Rusia, esta vez, fortalecerá estas relaciones que debilitan a la UE porque rompe el multilateralismo y la cooperación internacional". Con lo cual, un sistema como el de la UE con tantos países y líderes dentro y sin un único interlocutor al que dirigirse, podría causar algún encontronazo. 

La investigadora del Real Instituto Elcano también destaca la problemática a la que se encontrará la Unión Europea por el gasto que cada país le festina a Defensa, pero no cree que a nivel nacional vaya a afectar a la base naval de Rota, que se ha comprometido a albergar dos destructores más en los próximos años. "Ahí no va a cambiar nada respecto a Biden", profetiza.

Ocho años después de ganar las elecciones presidenciales, el republicano Donald Trump podría volver a la Casa Blanca si se impone sobre la demócrata Kamala Harris el próximo martes 5 de noviembre. Un regreso plagado de incógnitas por las decisiones que podría tener —tanto si gana como si pierde y no acepta el resultado—, especialmente en política exterior. La principal promesa de Trump es la imposición de entre el 20% y el 10% de aranceles a todas las importaciones a partir de 2025, a lo que se suma la presión hacia los países miembros de la OTAN para que aumenten su gasto en defensa bajo la amenaza de dejar a Rusia "hacer lo que ellos quieran" con los Estados que no alcancen ese mínimo de gasto y su apoyo sin matices a Israel en su guerra contra Palestina e Irán.

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