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El doble rasero del PP y los jueces con el fiscal general: lo que vale con Koldo no vale con Ayuso

TENSIONES EN EL PARTIDO POPULAR

El espectáculo de Milei y el intento de dinamitar el pacto sobre el CGPJ alejan aún más a Ayuso de Feijóo

Los ninots de Alberto Núñez Feijoo e Isabel Díaz Ayuso, en la hoguera Baver Els Antigons, en Alicante.

Cada vez que tiene oportunidad, Isabel Díaz Ayuso se erige como el azote al Gobierno de Pedro Sánchez. Para la presidenta madrileña todo vale para lograr ese fin. Desde recibir con honores a un mandatario que insulta casi a diario al presidente del Gobierno y afirma que la justicia social es "una aberración" a defender el bloqueo al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), aunque ello implique desafiar la estrategia de la dirección de su partido. Ayuso arrastra con su estrategia al líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, que evita desautorizarla, consciente de lo que supuso para su antecesor en el cargo, Pablo Casado.

La agenda propia de la líder madrileña impide a Feijóo colocar la suya. Es ella la que marca el paso y el relato, lo que genera incomodidad en la dirección del PP. La función televisada que le regaló a Javier Milei en la Real Casa de Correos, no contó con la presencia de Feijóo, que discrepa en el fondo y en las formas con el mandatario argentino. En los últimos días el líder del PP ha evitado a la prensa y han sido sus portavoces los encargados de marcar la línea del partido minimizando la magnitud del encuentro pero sin entrar en ningún momento al choque.

En rueda de prensa este lunes, el portavoz del PP, Borja Sémper, se negó a valorar las declaraciones de Milei en el acto de Sol junto a Ayuso, en las que calificó la justicia social como "un monstruo horrible" "Me posicionaría sobre lo que dicen por todo el mundo todo tipo de dirigentes políticos, pero no tengo tiempo ni la capacidad para hacerlo" , se limitó a responder, si bien destacó que el "modelo del PP es el de la solidaridad".

Tampoco gusta a Génova el marcaje a propósito del Consejo General del Poder Judicial en el momento en el que Feijóo sopesa si desbloquear, de una vez por todas, la renovación del órgano de gobierno de los jueces. Para el líder del PP se trata de una de las decisiones más trascendentales desde que llegó a Madrid y que ya se truncó en el pasado, precisamente por las presiones recibidas desde sus filas para que no pactara con Sánchez. "Independientemente de lo que convenga o no a los partidos, lo importante es lo que conviene al Estado", afirmó Sémper.

En el último lustro el PP ha enarbolado múltiples excusas para impedir el acuerdo que ahora han dejado atrás pero que podrían volver si las tesis de Feijóo no logran imponerse internamente. Una debilidad que trata de explotar Pedro Sánchez. "Cada vez que hay una opción de que podamos entendernos, aparecen sus jefes", le lanzó el presidente del Gobierno al líder conservador el pasado miércoles durante la sesión de control porque "Aznar, Abascal y Ayuso le dicen que ni se le ocurra".Y zanjó: "Lo haremos con o sin ustedes".

La presidenta madrileña ignora a Génova y prioriza su propia estrategia

A Ayuso, sin embargo, poco parecen importarle las reservas de Génova con su recibimiento a Milei ni los editoriales de sus medios de referencia —que raramente la critican—. "Nos amenazan por mantener relaciones institucionales como pueblos hermanos: ha recibido una medalla porque tenemos esa potestad", defendió en un acto el sábado organizado por el PP madrileño. "No he visto al presidente de Argentina insultar ni a España ni al rey", añadió, dejando claro que las críticas a Sánchez no le molestan en absoluto.

Es más, la baronesa del PP optó por elogiar de nuevo al presidente argentino. "Hay que ser valiente para ponerse al frente de un país hundido por el kirchnerismo", dijo. Y, emulando al propio Milei, afirmó que "el socialismo nos lleva a la baja, al cero" pero que de ahí "se sale". También recurrió a viejos argumentarios a cuenta de independentismo: "Si hay embajadas catalanas, si se puede con el dinero de la clase trabajadora, ¿por qué no podemos mantener lazos de hermandad con naciones con las que estamos unidas desde largos siglos?", preguntó.

Además, a diferencia del resto de barones territoriales que han seguido la línea de Génova —al menos públicamente—, la madrileña tampoco oculta su oposición a que Feijóo pacte la renovación del Poder Judicial sin anteponer su propio modelo. "Si no se hace cambiando el sistema de elección de sus miembros, va a ser un auténtico desastre como ha pasado con el Constitucional", advirtió el pasado miércoles. La presidenta madrileña dijo que no podían "fallar" porque "no dejan de engañarnos a todos desde La Moncloa": Nos va la democracia en ello", zanjó.

Desde la dirección nacional insisten, sin embargo, en que su compromiso de pactar el CGPJ es real, tras varios intentos fallidos y pese a las presiones. El último fue el de octubre de 2022 y uno de los motivos determinantes de ese no a la reforma vino de la propia Ayuso. Todo estaba preparado para escenificar el acuerdo. Y, de repente, con la excusa de una promesa de reformar el delito de sedición por parte del Gobierno, que había sido desvinculado de la negociación por la propia número dos del partido, Cuca Gamarra, se reventó la negociación. Después trascendió una conversación de la baronesa del PP con Feijóo en la que le pidió no pactar.

A pesar de que Feijóo siempre ha evitado cualquier tipo de choque en público con Ayuso y desde el principio aseguró que iba a respetar las decisiones de sus dirigentes territoriales, ambos se miden constantemente. La madrileña trata marcar el camino ideológico del PP acompañada de su proyección mediática, mayor que la de sus homólogos en otras comunidades. Cuando eso ocurre Feijóo despeja su agenda y se refugia en el silencio, mientras los distintos portavoces del partidos hacen malabarismos —como este lunes Sémper—para justificar a la madrileña.

Ayuso trata de arrebatar a Vox sus referentes internacionales

La estrategia de Ayuso recibiendo con la alfombra roja al presidente argentino no solo se explica por su confrontación con el Ejecutivo de Pedro Sánchez —al que Milei le ha declarado la guerra —, sino también por su competición con Vox, ya que Milei es uno de los aliados estratégicos de la formación de Santiago Abascal. El argentino es el mandatario extranjero más abiertamente enfrentado al presidente del Gobierno español tras la crisis abierta en su visita previa a España, para participar en un acto de Vox, en el que acusó a la mujer de Sánchez, Begoña Gómez, de ser "corrupta", lo que inició un conflicto diplomático que todavía continúa.

¿Para qué trajo Ayuso a Milei? Para que dijera lo que aquí, de momento, no se atreve a decir ni ella

Abascal, que en los últimos años ha trabajado sus alianzas internacionales, aludió al recibimiento de Milei en la Puerta del Sol en sus redes. "Otra nueva demostración de que Sánchez no es España. ¡Siempre bienvenido!", escribió. Horas después coincidió con el mandatario en la 'Cena de la Libertad' celebrada en el Casino de Madrid donde Milei recibió su segundo premio del día, por parte del Instituto Juan de Mariana. Las redes oficiales del partido, dirigentes del partido como Hermann Tertsch y el propio Abascal promocionaron al máximo el saludo entre ambos.

Abascal quiere tener la máxima influencia posible fuera de nuestras fronteras y es consciente de que Ayuso representa una amenaza, pero al igual que Feijóo evita el choque directo. La madrileña, a su vez, también alabó recientemente a la ministra italiana, Giorgia Meloni, unas de las voces más reconocidas de la extrema derecha europea y otra de las aliadas de Vox. Sobre ella dijo que "está tomando un papel cada vez más relevante" y remarcó que "sus éxitos serán los de todos", desmarcándose nuevamente de la doctrina de Génova.

Aunque los números no acompañan y menos tras la irrupción de la candidatura del agitador ultra Alvise Pérez, Vox busca apoyos internacionales a los que agarrarse en su intento de dar una imagen de partido en auge y con proyección internacional, una estrategia en la que inserta tanto sus cumbres anuales en Madrid, en las que invita a los principales referentes de la ultraderecha como sucedió hace un año, como su reciente viaje a Israel para reunirse con el primer ministro Benjamin Netanyahu o sus giras por América Latina. Una estrategia en la que Vox seguirá insistiendo al margen de lo que haga Isabel Díaz Ayuso.

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