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El poder económico en España

Un examen interno a la CEOE desvela un sesgo de la patronal a favor de la gran empresa, el sector industrial y Cataluña

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.
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Una investigación académica, a cargo del doctor en Economía y profesor de la Universidad de Sevilla Marcial Sánchez Mosquera, ha desvelado un sesgo de la CEOE a favor de las grandes empresas, del sector industrial y, territorialmente, de Cataluña. Se trata de una exhaustiva exploración de las entrañas de la patronal, de la que el artículo, publicado por la revista Economic and Industrial Democracy, destaca una creciente debilidad y una dependencia de la ayuda pública, que actúan como determinantes de sus posiciones. Las pequeñas empresas son las perdedoras del desequilibrio de poderes, según el análisis. "No es creíble" que la CEOE represente "a todo el tejido empresarial", como suele darse por hecho, anota Sánchez Mosquera. La afiliación de las empresas ha caído entre 2013 y 2019 del 28,5% al 23,15%, lejos de la cifra dada típicamente como cierta, el 75%.

El artículo Algo más que dependencia de la trayectoria: CEOE y el diálogo social ante la crisis del sistema español de relaciones laborales, es obra de Sánchez Mosquera, doctor en Economía Aplicada e Historia e Instituciones Económicas. El estudio, que palía el déficit de investigación científica sobre las entrañas de la representación empresarial en España, se vale de la publicación por parte de la propia CEOE de sus presupuestos y cuentas auditadas desde 2013, así como de los datos de la Encuesta Anual Laboral del Ministerio de Trabajo sobre el periodo 2013-2019. Esta encuesta recoge datos de compañías afiliadas a organizaciones empresariales, sin especificar si se trata de la CEOE, si bien Sánchez Mosquera los considera atribuibles en su inmensa mayoría a dicha patronal, una "organización cúpula" de carácter "hegemónico". La propia CEOE, que no aclara a preguntas de infoLibre los datos exactos sobre su afiliación, presume de aunar 4.500 asociaciones de base, integradas en 225 federaciones y confederaciones, que representan a más de 3 millones de empresarios. El gran gigante se presenta como "la única organización empresarial europea que agrupa a todos los sectores productivos y a todos los territorios de un país".

A la hora de analizar la trayectoria pactista de la CEOE, los argumentos más repetidos han sido la incapacidad de las pymes para soportar los costes de la negociación a nivel de empresas, la legitimación que ofrece el diálogo con el Gobierno y los sindicatos y la necesidad de buscar acuerdos ante la resistencia sindical y la batalla contra las reformas liberalizadoras en los tribunales. No obstante, el autor del artículo combina el examen de los datos de representación empresarial con un análisis de las interioridades de la CEOE para dar con explicaciones más profundas, al mismo tiempo que más prosaicas, para explicar porqué la patronal actúa como actúa. Y da dos motivos en su artículo:

1) Su dependencia de las subvenciones. Los ingresos desde las empresas a la CEOE cayeron un 17% de 2012 a 2016: de 12,3 a 10,2 millones, aunque posteriormente han repuntado, según el artículo. A ello se sumaron, añade el autor, reclamaciones de reembolso por la deficiente ejecución de planes de formación subsidiados. En 2017, siempre según el análisis de Sánchez Mosquera, la CEOE se vio obligada a crear una provisión de fondos de 12,9 millones para devolver subvenciones. El periodo 2014-2020 supuso además una reducción de fondos europeos. Ante todo ello, Sánchez Mosquera concluye: "La posición de la CEOE [...] de continuar dentro de la negociación colectiva sectorial y el diálogo social parece haber estado notablemente influenciada por la necesidad de recibir los recursos que proporciona el sistema".

2) Su creciente debilidad. Sánchez Mosquera expone datos para desarticular la extendida idea de que, frente a una tasa de afiliación sindical de en torno al 15%, la CEOE había logrado aunar al 75% del empresariado desde los 80. Se trata, según el investigador, de una "estimación" de la CEOE que ha sido reproducida por "estudios nacionales e internacionales", entre los que destaca los de Franz Traxler, "el autor más conocido y reconocido" sobre el tema. El 75% también aparece, citando como fuente a la CEOE, en el artículo Tensiones organizativas y competición de intereses en el mapa español de organizaciones empresariales, de Rosa Nonell e Iván Medina. "Recuerdo que cuando hacía mi tesis, entre 2009 y 2012, la web de la CEOE recogía esa cifra, que entonces ya era canónica", señala. Esa cifra ya no está en la web de la patronal. infoLibre preguntó a la CEOE si lo había estado. La respuesta: "Si esa cifra ha estado o no en la web en algún momento, lo cierto es que no te puedo decir, migramos la web recientemente y la información que conservamos está en la nueva".

Lo seguro es que el 75% no es una cifra correcta. Ni de lejos. El porcentaje de compañías afiliadas en 2019, último año estudiado por la Encuesta Anual Laboral, es el 23,1%. Es decir, la afiliación empresarial a la CEOE debe necesariamente de estar por debajo. El porcentaje ha caído desde el 28,5% de 2013, primer año de la encuesta. En cuanto al porcentaje de trabajadores de las empresas afiliadas, también ha bajado, en ese caso del 34,5% al 28,5%, según el análisis de los datos realizado por Sánchez Mosquera. Y el de 2019 no es el peor dato. El punto más bajo estuvo en 2017, con un 20% de empresas y un 25,8% de trabajadores. Sánchez Mosquera añade que la CEOE aún no ha recuperado el número de organizaciones integradas que tuvo antes de la crisis, que ascendía a 240.

"La influencia y la representación reales en el tejido empresarial han sido menores de lo que se consideraba en general, y están en declive, lo que plantea serias dudas sobre la capacidad de representación mediante la afiliación a las patronales". Y añade: "Con una tasa de afiliación de empresas que sólo emplean en torno al 30% de la plantilla, no es creíble pretender que la patronal máxima represente a todo el tejido empresarial".

Peces grandes y pequeños

La investigación desvela el sesgo interno de las representación empresarial en España, determinada por su composición. Se trata de una fotografía que, según Sánchez Mosquera, es una representación fiel de lo que hoy es la CEOE. Pero, ¿sesgo a favor de quién? La respuesta sería: de los peces grandes, de las compañías de sectores de alto valor añadido, mejor coordinados, más sindicalizados y con mayor fuerza política, especialmente de las regiones más avanzadas, según las conclusiones del artículo.

Esta composición determina, según Sánchez Mosquera, las cesiones de la CEOE sobre el SMI, ya que son las empresas más pequeñas y menos competitivas las que tienen problemas para encajar las alzas. Y son, a su vez, las peor representadas. El autor destaca el impacto del sistema de afiliación directa a la CEOE de las grandes empresas, caso de las sucursales de Google o Amazon, que "privilegia el acceso, presión y obtención de una mejor y más directa representación en la toma de decisiones".

"El peso de la afiliación a las patronales no se corresponde en absoluto con la verdadera composición del tejido empresarial [...]. La decisión de continuar con el diálogo social se tomó a costa de aumentar los costes salariales, algo que perjudica especialmente a las microempresas y a las pequeñas empresas", añade el autor, que analiza la trayectoria del actual presidente de la patronal, Antonio Garamendi, expresidente de Cepyme, la patronal de las pymes, quien tras haber si "muy crítico" con las subidas del SMI "cambió radicalmente su postura" tras llegar a la jefatura de la CEOE. A juicio de Sánchez Mosquera, la patronal llega por un camino sinuoso al destino acertado, ya que las subidas del SMI son la receta adecuada para el mercado laboral.

Veamos los datos. Según la encuesta laboral sobre 2019, las empresas de 5 a 9 trabajadores suponen el 11,5% de los trabajadores en España, pero sólo el 5,7% del empleo de las afiliadas a organizaciones. Hay una brecha de 5,8 puntos. También hay infrarrepresentación de las empresas de 10 a 49 trabajadores: 27,4% del empleo en el país, frente a 16,7% en las afiliadas. El saldo es de -10,7. Es decir, tanto las micro –5 a 10 trabajadores– como las pequeñas –10 a 50– están infrarrepresentadas.

En cambio, a partir de ahí, las empresas están sobrerrepresentadas, y lo están más cuanto mayores son. Las de 50 a 249 trabajadores suponen el 20,7% del empleo total, frente al 20,9% en las organizaciones (+0,2 puntos, casi en equilibrio). En cuanto a las de 250 a 499 trabajadores, suponen el 7,7% del total del empleo en España y el 9,3% en las organizaciones (+1,6). La mayor diferencia se con las empresas de más de 499 trabajadores: suponen el 32,6% del empleo, pero sus empresas acaparan el 47,2% del empleo en las organizaciones empresariales. La sobrerrepresentación es de 14,6 puntos. Sánchez Mosquera afirma que el resultado de esta brecha es perfectamente observable en la CEOE, inclinada a la defensa de las grandes empresas, que "hacen valer su dominio".

El autor recalca el desequilibrio existente acudiendo también a los datos del Ministerio de Industria sobre puestos de trabajo creados en diciembre de 2018, según los cuales las pequeñas empresas (18,9%), las microempresas (19,4%) y los autónomos sin asalariados (12,5%) fueron los responsables de algo más de la mitad, mientras las grandes empresas lo fueron sólo del 34,1% y las medianas del 15,1%.

Es importante también observar la evolución, tomando como referencia el porcentaje de trabajadores representados en las empresas. Entre 2013 y 2019, ese porcentaje ha caído en el caso de las empresas de 5 a 9 trabajadores (del 6% a 5,7%), de 10 a 49 (del 20,4% al 16,7%), mientras que ha subido en las compañías de 50 a 249 empleados (del 19,6% al 20,9%), de 250 a 499 (del 8,7% al 9,3%) y de más de 499 (del 45,4% al 47,2%). El desequilibrio va a más.

Sánchez Mosquera, en conversación con este periódico, señala que la nueva patronal Conpymes, nacida en 2021 –es decir, después del cierre del artículo–, podría suponer una competencia con la CEOE, aunque será "verdaderamente limitada".

La fuerza de la industria y el comercio

El análisis de Sánchez Mosquera desvela también un predominio de los sectores de la industria y el comercio –tanto de grandes empresas como minorista– en la representación empresarial. El sector industrial, de elevado valor añadido y fuerte sindicalización, aparece sobrerrepresentado. Así lo indica la encuesta de 2019. Con un 20,7% del empleo en España, las industriales suponen un 26,4% dentro de las afiliadas (+5,7). También están sobrerrepresentados estos dos sectores:

– Comercio y reparación de vehículos: 21,3% frente a 23,9% (+2,6)

– Transporte y almacenamiento: 6,85% frente a 8,5% (+1,65).

El resto de sectores están infrarrepresentados:

– Hostelería: 11,2% frente a 8,9% (-2,3).

– Construcción: 7,2% frente a 6,1% (-1,1).

– Información, finanzas, seguros e inmobiliaria: 8,5% frente a 8,2% (-0,3).

– Actividades profesionales, científicas y técnicas: 6,2% frente a 5,1% (-1,1).

– Actividades administrativas y servicios auxiliares: 13,7% frente a 10,2% (-3,5).

– Actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento: 4,2% frente a 2,8% (-1,4).

Allianza con Cataluña

También hay sesgo territorial en la CEOE. Madrid y Cataluña son las comunidades que han determinado el liderazgo de la patronal desde 1977, con las presidencias de Carlos Ferrer Salat (1977-1984), José María Cuevas (1984-2007), Gerardo Díaz Ferrán (2007-2010), Juan Rosell (2010-2018) y Antonio Garamendi (2018-actualidad).

Cataluña, con un 20,1% de los empleados, según la Encuesta Anual Laboral, supone el 23,7% de los trabajadores considerando las empresas afiliadas (+3,6). Es la autonomía con mayor representación por trabajadores. Además, ha subido desde 2013 a 2019 del 19,6% al 23,7%, siendo la comunidad en la que más ha aumentado el peso.

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La segunda comunidad más representada es Madrid, con un 21,8%, si bien es un porcentaje inferior al de su peso global (27,8%) y al que tenía en 2013 (25,4%). Las siguientes en representación quedan lejos: Andalucía (9,5%) y Comunidad Valenciana (9,3%).

Sánchez Mosquera destaca el peso político y cualitativo del País Vasco (6,6%), clave en la elección de Garamendi en CEOE, "imposible sin el apoyo de Cataluña". El autor del artículo no lo incluye en su investigación, pero sí considera que el fuerte peso de la alianza vasco-catalana, sobre todo por Cataluña, es crucial para entender el posicionamiento de Garamendi a favor de los indultos.a favor de los indultos "Con todos los peros y objeciones que se pueden poner a la CEOE, por muchos de sus posiciones y por su sesgo de representatividad, en líneas generales es destacable su razonable postura de apoyo al diálogo social durante esta legislatura", valora ahora Sánchez Mosquera.

infoLibre solicitó a la CEOE una conversación con un responsable para abordar los sesgos detectados por el artículo, así como información precisa sobre datos económicos y de afiliación de empresas, a lo que la patronal remitió al contenido de su página web.

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