Ser más exigentes y legislar más: Sumar lanza su estrategia tras la reflexión de Sánchez

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"No estamos para abrir debates, ni para instar a reflexiones. Estamos para legislar, cerrar la brecha social, extender derechos y democratizar el Estado". Con esas palabras el portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón, marcaba la que será la línea del partido tras los cinco días de reflexión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que culminaron con su decisión de permanecer al frente del Ejecutivo "con más fuerza si cabe". Para el socio minoritario no basta con realizar discursos bienintencionados. "Hay que dotarlos de contenido", defienden. Quieren que el "punto y aparte" de Sánchez implique medidas de calado. "O se sale con el Gobierno dando un paso adelante o con la mayoría democrática dando diez pasos atrás", resumía Errejón. "Este punto de inflexión tiene que servir para pisar el acelerador y pasar a la ofensiva", añadía.

Pese a que hasta el lunes la formación de Yolanda Díaz barajaba cualquier escenario —con un adelanto electoral como la peor opción—, incluida la dimisión del presidente del Gobierno, ahora hay quién ve una clara "estrategia electoral" por parte de Sánchez para tratar de 'comerse' su espacio. En las últimas semanas desde Sumar denunciaban que los socialistas buscaban "apropiarse" de medidas trabajadas en los ministerios liderados por ellos, como el de Trabajo con el Salario Mínimo, o el de Sanidad con las pruebas del cribado neonatal, ambas anunciadas por Sánchez en lugar de por las ministras del ramo. Y, ante esa estrategia, abogaban por "bajar al detalle" de las medidas.

Tras la decisión de Sánchez, los de Díaz buscan confrontar más con los socialistas, pero sin entrar en descalificaciones. Así, fuentes de la dirección de Sumar abogan por dar la batalla en varios frentes, con la vivienda por bandera pero también con la ampliación de permisos de crianza, la reducción de jornada, las listas de espera, la oposición al aumento del gasto militar y la aprobación de normas que se quedaron en un cajón la pasada legislatura como la mordaza. Además, también defienden que hay que reformar el sistema de mayorías del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). "Tenemos mayoría para hacerlo", insistía el portavoz parlamentario de Sumar, que llamaba al PSOE a "hacer una reflexión". "Hasta ahora se ha limitado a pedir al PP que entre en razón, para nosotros hay que cambiar de táctica, porque esta no ha funcionado".

El socio minoritario considera que el PSOE quiere llevar a cabo una estrategia similar a la planteada por Sánchez el 23J —"o yo o el caos"— mientras se pasa de largo por problemáticas como la vivienda, la sanidad o el encarecimiento de la cesta de la compra. "La parálisis de estos meses era un mal camino, por el cual se envalentonan los reaccionarios y se desmoralizan los progresistas", señalaba Errejón, verbalizando así el malestar de Sumar frente a la actitud de "brazos caídos" de su socio a la hora de sacar iniciativas adelante como los Presupuestos Generales del Estado, que el ala socialista renunció a aprobar este año después de que el Parlament de Cataluña tumbara las cuentas de Pere Aragonés.

Para Sumar lo prioritario de cara activar al electorado progresista es lograr avances legislativos. Con la alusión al "pueblo de la coalición", buscan "reactivar el ánimo" y darle la vuelta al clima de opinión actual que, a su modo de ver, solo beneficia a la derecha. Sin embargo, los de Díaz no se conforman únicamente con sacar iniciativas adelante, también creen que se deben promover manifestaciones, manteniendo así el pulso en las calles como sucedió el pasado domingo con la convocatoria 'por la democracia'.

Democratizar el Estado

La coalición de Díaz, al igual que algunos aliados parlamentarios del Gobierno, quieren que Sánchez impulse una "agenda democratizadora" para hacer frente al lawfare, combatir los bulos lanzados por la extrema derecha y sus satélites mediáticos y sacar adelante iniciativas de calado, entre otras cuestiones. Así, distintos portavoces de la organización han incidido este martes en la importancia de "democratizar" el Estado con algunas reformas pendientes en materia judicial pero también mediática y de regeneración.

Además de la renovación del CGPJ, desde Sumar consideran prioritario facilitar el acceso a la carrera judicial, una de las estructuras que, dicen, "no se vota" pero que pertenece al bloque de poder de la derecha, al igual que sucede con determinados medios de comunicación. Sin embargo, en la organización de Díaz no quieren entrar en el debate sobre qué hacer con los medios que difunden bulos y, más allá de defender que es necesaria la transparencia sobre las subvenciones y el criterio de repartos, "para que la sociedad sepa quién paga a pseudomedios que son plataformas de agitación de la derecha", subrayan que el debate sobre las noticias falsas lo deberían tener los propios periodistas, en palabras de Errejón. De esta forma se desvinculan de una hipotética Ley de Medios como ha reivindicado aliados como IU, ya que creen que no es una prioridad.

El socio minoritario del Gobierno también dedicó un gran apartado a la democracia de calidad en su propio programa. En él proponían una ley de participación ciudadana, la revisión de la Iniciativa Legislativa Popular, la actualización de la Ley Electoral o la ampliación del número de diputados y diputadas para mejorar su capacidad de representación, “fomentar la formación democrática en las diferentes etapas educativas” y, en materia de libertad de expresión, actuar “contra el uso fraudulento de la información”. 

Situar al PSOE "frente a sus contradicciones"

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Desde que Sumar echó a andar como proyecto, Díaz ha llamado a cuidar mucho las formas y a alejarse del "ruido", como ella misma ha definido las discrepancias entre los socios de la coalición. Ese "ruido" que, a su juicio, provenía especialmente desde Podemos la pasada legislatura, implicaba a su modo de ver un desgaste en el Gobierno y generaba desafección hacia la política. Los morados convirtieron sus enfrentamientos con los socialistas en uno de sus campos de batalla —la exministra Ione Belarra llegó a llamar al PSOE “partido de la guerra”—, mientras que Díaz abogaba por resolver los conflictos sin explicitar tanto y tan a menudo sus discrepancias en público.

Con todo, voces de la dirección de Sumar defienden que hay que "saber qué batallas dar" y creen que, a veces, deben mostrar su perfil más duro para situar a los socialistas "frente a sus contradicciones", ante el riesgo de que sea el PSOE, y esencialmente la figura de Sánchez, el que se convierta en el referente de todo el espacio progresista. Un escenario que temen de cara a los comicios catalanes y, especialmente, los europeos. Así, estas fuentes mantienen que no deberían tener ningún problema en desmarcarse más pero sin "repetir los errores del pasado" y con la directriz, al menos en el Gobierno, de no alzar las armas contra su socio. Ese papel se lo reservan al grupo parlamentario, encabezado por Errejón, que se ha erigido como la voz más crítica con los socialistas. Tras la entrevista de Sánchez en TVE, el exdirigente de Podemos sentenció con una sola palabra: "Nada".

De esa manera, Sumar también consigue dar forma a las demandas planteadas por el resto de aliados que conforman la coalición como Izquierda Unida, Compromís o Más Madrid, especialmente tras las tensiones por la confección de la lista de las europeas. Voces al más alto nivel de IU señalan que “hace falta subir el tono” hacia los socialistas, también desde el propio Gobierno, mientras que los aliados territoriales de Díaz reclaman “más contundencia” para “no quedar desdibujados” ni en el Gobierno ni en el Congreso. De hecho, buscar la diferenciación con los socialistas se ha abordado con asiduidad en las reuniones de la dirección de Sumar y también en las del grupo parlamentario.

"No estamos para abrir debates, ni para instar a reflexiones. Estamos para legislar, cerrar la brecha social, extender derechos y democratizar el Estado". Con esas palabras el portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón, marcaba la que será la línea del partido tras los cinco días de reflexión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que culminaron con su decisión de permanecer al frente del Ejecutivo "con más fuerza si cabe". Para el socio minoritario no basta con realizar discursos bienintencionados. "Hay que dotarlos de contenido", defienden. Quieren que el "punto y aparte" de Sánchez implique medidas de calado. "O se sale con el Gobierno dando un paso adelante o con la mayoría democrática dando diez pasos atrás", resumía Errejón. "Este punto de inflexión tiene que servir para pisar el acelerador y pasar a la ofensiva", añadía.

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