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Feijóo pone en duda las cifras de empleo de las que alardea con sus barones en Madrid, Andalucía, Galicia y Murcia

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Desde que se hizo con la presidente del PP, Alberto Nuñez Feijóo se ha situado en el terreno de juego del debate económico. Prácticamente cada día hace referencia a la elevada inflación, de la que culpa a la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez aunque se trate de un fenómeno extendido por toda la Unión Europea cuyo origen está en las tensiones del mercado energético desatadas por Rusia, y a las elevadas cifras de deuda y de déficit, en este caso sin mencionar que el incremento de los dos últimos años es el resultado del coste que supuso el escudo social levantando durante la pandemia para evitar que la crisis económica provocada por el confinamiento dejase daños permanentes en el tejido productivo y en el empleo.

Lo que no suele menciona nunca son las cifras de desempleo, las más bajas desde 2008. Tanto lo niegan el líder del PP y sus colaboradores, encabezados por el vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, siempre aseguran que en estos momentos no existe ni un solo indicador económico favorable en España.

Feijóo no se cree las cifras oficiales. El mes pasado ya expresó sus dudas al respecto, haciendo entonces referencia a los contratos públicos. Según él, el Gobierno estaba ya entonces utilizando el sector público para engordar las cifras de empleo.

Es “preocupante”, dijo entonces en un acto organizado por El Debate, el periódico de la Asociación Católica de Propagandistas, que España “aún no ha conseguido el empleo privado que tenía antes de la crisis”, haciendo descansar el descenso del paro, según él, en “215.000 empleos públicos más”. Esa es la única razón, dijo en aquel evento, de que los datos de desempleo de España “parezcan más aseados”, no la buena marcha de la economía ni la modificación de la normativa laboral aprobada a comienzos de año.

Se trata, remarcó, de empleados públicos que no siempre “son necesarios”, aunque “en algunos casos sí”, pero que siempre tienen un efecto negativo sobre el déficit. “Cuando tenemos menos empleo privado y más empleo público se produce algún desequilibrio y uno de los desequilibrios que tenemos en España es que el déficit público también es muy superior a la media de los países de la Unión Europea”, alegó.

La buena evolución del empleo en España sorprendió este jueves a Feijóo en los estudios de Onda Cero Radio. Cuando el conductor del espacio, el periodista Carlos Alsina, le preguntó, dio una vuelta de tuerca más a sus reservas sobre las cifras del paro afirmando directamente que el Gobierno las está falseando. 

Se “maquillan” los datos porque lo que antes era un contrato temporal ahora es un fijo discontinuo y “no computa en el paro”. aseguró. “Cuando se maquilla la estadística, es difícil hacer comparaciones” porque según él ahora hay más de 750.000 personas paradas que no se contabilizan. 

“Presumir con un paro bastante maquillado es cuanto menos algo que los españoles no se merecen”, declaró. Porque además España sigue siendo “el país de Europa con más paro” y eso “no es para echar cohetes en ningún caso”.

El legado de Rajoy

Lo que Feijóo no dijo es que las cifras de paro son en la actualidad mucho mejores que las que dejó Mariano Rajoy. Y entonces el PP bien que las celebraba. Al final de su mandato, en mayo de 2018, en España había 3.252.130 desempleados y 18.915.668 afiliados a la Seguridad Social. Hoy, según los datos del SEPE, a pesar de haber atravesado una pandemia, hay 2.922.911 parados registrados —por primera vez por debajo de los tres millones— y una cifra récord de afiliados a la seguridad social: 20.232.723.

A pesar de ello, este viernes el líder del PP se reafirmó en sus palabras y apeló a su autoridad personal a la hora a de hablar del paro, por encima del criterio de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, diciendo que él tiene “bastantes más trienios en gestión”.

“Los fijos discontinuos no se apuntan al desempleo, no figuran como parados”, insistió, negándoles la condición de empleados con derecho a cotización y a percibir prestaciones. Para él es “evidente” que los contratos temporales con la anterior legislación “se consideraban parados y esos mismos contratos con la actual legislación se consideran fijos discontinuos y no computan en el paro”, aseguró haciendo una equivalencia entre los antiguos temporales y los actuales fijos discontinuos que no existe en la realidad. “Pero no lo digo yo, lo dice cualquier catedrático y experto en derecho laboral”, añadió durante una visita electoral a una empresa en Málaga.

En realidad el Gobierno no ha maquillado nada: las estadísticas no han cambiado. Los fijos discontinuos son trabajadores indefinidos que desempeñan actividades intermitentes porque la naturaleza de su empleo no es permanente como ocurre, por ejemplo, en determinadas actividades agrícolas o vinculadas al sector de la hostelería. Cuando tienen actividad aparecen en las estadísticas de afiliación a la Seguridad Social como trabajadores ocupados pero cuando carecen de ella dejan de contabilizarse como empleados.

En esa situación no constan como parados, como tampoco sucedía con la normativa laboral que el PP echa ahora en falta. Eso ocurre porque los parados son personas sin empleo en búsqueda activa de trabajo, algo incompatible con ser fijo discontinuo, porque en esa situación se tiene un trabajo que, por su propia naturaleza, no se desempeña de manera continuada. En el SEPE constan como demandantes no ocupados, una categoría que siempre ha existido en la normativa laboral española y que no ha creado ahora el Gobierno. Eso sin contar con que durante los periodos de inactividad estos trabajadores puede desempeñar otro empleo.

Lo cierto es que las palabras de Feijóo contradicen las de los presidentes autonómicos del PP y las suyas propias. Aunque considera que el Gobierno manipula los datos del paro, en el mismo discurso Feijóo no tuvo reparo alguno en elogiar, con esos mismos datos, que gracias a Juanma Moreno Andalucía ha sido “la comunidad autónoma donde más ha descendido el paro” y es “líder en empleo”. Donde gobierna el PP, para Feijóo no hay maquillaje. Aunque las cifras salen del mismo sitio.

Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de Madrid, sacó pecho en la Asamblea Regional asegurando que los de su comunidad son “grandes datos” porque “el paro ha bajado tres puntos más que en el conjunto de España. Ahora mismo los contratos indefinidos son la cifra más alta de todo el territorio. Nunca había habido tanta gente trabajando” en Madrid, se vanaglorió.

El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, se felicitó también de la bajada del paro en su comunidad y la atribuyó a su política de de bajada de impuestos, que según el favorecen la inversión y el “emprendimiento”.

Alfonso Rueda, el sucesor de Feijóo en Galicia, tuvo que hacer equilibrios para destacar que las cifras de paro en Galicia fueron bien y, al mismo tiempo, no desmentir al líder del partido. “La tendencia es buena pero porque las políticas que se desarrollan están funcionando, más allá de un cambio normativo”. “Ojalá que con un cambio normativo se pudiera solucionar el problema del paro”, añadió dando a entender que la evolución del empleo no depende de los nuevos contratos fijos discontinuos.

En la Región de Murcia ocurrió lo mismo. Para la directora general del Servicio de Empleo y Formación del Gobierno de Fernando Lopez Miras, Marisa López Aragón, los datos del paro de mayo “son una muy buena noticia, que nos indica que debemos seguir por este camino, implementando políticas que permitan la formación y el empleo de calidad”. Ni una palabra sobre maquillaje ni manipulación.

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En todo caso, no es la primera vez que Feijóo pone en duda los datos del paro. Ahora lo hace para decir que en realidad son más, pero antes, cuando gobernaba Mariano Rajoy, lo hacía para afirmar que en realidad eran menos. En 2014, cinco años después de utilizar los datos de la EPA contra el Gobierno bipartido del socialista Emilio Pérez Touriño, Feijóo ponía en duda la fiabilidad de este indicador porque no dejaba en buen lugar su gestión en Galicia. “El conjunto de estos datos necesita un estudio”, alegaba cuestionando el método que se utiliza para medir y comparar el paro en toda la Unión Europea. “Lo que es evidente es que las personas demandantes de empleo no se obtienen de una encuesta” sino “de los registros del paro”.

Es “sorprendente”, decía, que la EPA detecte miles de personas “que dicen que están ocupadas y no afiliadas a la Seguridad Social”. Cuando los periodistas le interpelaron para que aclarase si estaba sugiriendo que se trataba de empleos de la economía informal, respondió: “Pregúntenle a los que hicieron la EPA”.

Entonces Feijóo cuestionaba incluso que parte de la población sin trabajo quisiera obtenerlo. “Es difícil encontrar un empleo si no muestras interese en conseguirlo” anotándote en la oficina de empleo, aseguraba Feijóo. Un razonamiento que contrastaba con declaraciones suyas anteriores, que se pueden consultar aquí, en los que sí daba valor a los datos de la EPA cuando resultaban favorables a sus intereses.

Desde que se hizo con la presidente del PP, Alberto Nuñez Feijóo se ha situado en el terreno de juego del debate económico. Prácticamente cada día hace referencia a la elevada inflación, de la que culpa a la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez aunque se trate de un fenómeno extendido por toda la Unión Europea cuyo origen está en las tensiones del mercado energético desatadas por Rusia, y a las elevadas cifras de deuda y de déficit, en este caso sin mencionar que el incremento de los dos últimos años es el resultado del coste que supuso el escudo social levantando durante la pandemia para evitar que la crisis económica provocada por el confinamiento dejase daños permanentes en el tejido productivo y en el empleo.

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